11.6.08

Yo me acosté con la doctora Melfi

Últimamente están saliendo en este blog más tetas que botellines; pero bueno, qué le vamos a hacer (¡tampoco está tan mal!). Éstas son impepinables, porque a nadie le amarga un dulce, ni unas tetazas como las de Lorraine Bracco: ¡una fenomenal sorpresa! Me he encontrado el archivito ahora y, aunque parezca mentira, lo tenía olvidado. Lo cacé cuando vi la última temporada de Los Soprano, aquí en el portátil. Es una secuencia en que la doctora Melfi tiene un sueño erótico, creo que con Tony, y se mira en el espejo mientras se lo folla subida encima. Yo estaba absolutamente prendado de la Melfi antes de saber que era dueña de semejantes melones. Me bastaban sus caritas a bordo del sillón psicoterapéutico. Qué gran actriz Lorraine Bracco: aguanta toda la serie, capítulos y capítulos, en ese puesto tan poco lucido. A mí me pasó una cosa curiosa con ella, o con una que se le parecía. Fue una novia mía de hace unos años. Me gustaba, pero no me volvía loco. La cosa se fue apagando y lo dejamos, aunque seguimos siendo amigos. Entonces vi las primeras temporadas de la serie. Y descubrí cuánto se parecía esa chica a la doctora Melfi. Y la deseé como nunca la había deseado. Pero ya era tarde. Un día se lo dije: "¿Sabes que te pareces a la doctora Melfi?". Ella no estaba de acuerdo. Un rato después, sin embargo, se quedó pensativa. "¿Esa actriz estuvo casada con Edward James Olmos?", me preguntó. "Creo que sí...". Me dijo que unos años antes se encontraba cubriendo el Festival de Cine Iberoamericano de Huelva (ella es periodista) y, en la fiesta de clausura, Edward James Olmos la sacó a bailar. "Eres igual que mi ex mujer", le dijo. Y sí. Era igual. Nos reímos... pero no volví a acostarme con ella.