17.12.08

La esperanza




Paraíso fue precisamente el título de la exposición que hizo mi amigo Gómez Losada en el año 2000. Esta tarde inaugura otra: La esperanza, que podrá verse hasta el 17 de enero en la galería Carmen del Campo, de Córdoba. El catálogo incluye un prólogo de Rafael Obrero Guisado, un poema de Pablo García Casado y tres textos del propio Gómez Losada, escogidos de su blog Cien ojos. En uno de ellos nos ofrece su idea del paraíso, suculenta:

Cuando pienso en el paraíso lo imagino nublado y con la hierba mojada. La palabra maleza no existe, tampoco ninguna jerarquía vegetal; no hay jardines ni animales domésticos. No hay dominio hacia otras formas de vida. Las mujeres tienen el pelo negro liso, con flequillo, casi todas iguales o con parecido de hermanas. Están descalzas, sólo llevan bragas blancas de algodón sin elástico, caídas por debajo del pubis, dejando ver a cada paso una vulva hermosa, de labios generosos y sin vello. Sus tetas son notablemente desiguales, divergentes, con los pezones oscuros manchados de leche. Son mujeres calmadas, sabias como madres, no narran lo que ven sino que lo interpretan; sonríen y me saludan desde el otro lado de la niebla. En el paraíso no hay demostraciones de superioridad (que es la inferioridad disimulada) porque todo el mundo es querido, valorado y cuidado. Se practican los bellos actos y las bellas palabras, ejercitando el espíritu, la emoción y la belleza. Al atardecer todos se asoman al mirador, esperando con entusiasmo la llegada de los que en la tierra todavía sufren alguna falta de amor.

Los dos cuadros que ilustran este post, y que Losada ha usado para las invitaciones, son espectaculares: por su tamaño (miden 146 x 456 cm) y por su hermosura definitivamente paradisíaca.