6.2.09

Calefacción parcial

A veces me pregunto qué hubiéramos hecho sin Savater, qué hubiera sido de nosotros sin Savater. Ayer salí a pasear con lluvia y viento. El paraguas se volteaba. Estuve por la zona que arrasó el tornado la otra noche y observaba con prevención las vallas, los árboles, las cornisas. Al mismo tiempo, me encontraba en la confortable sala de la Fundación Juan March escuchando la conferencia que pronunció Savater el pasado 20 de enero: justo el día de la toma de posesión de Obama. Luego me subí al autobús, sin quitarme el shuffle. Y seguí escuchando por el litoral lluvioso. Es una conferencia memorable. Su tema: "El librepensador". Al final, tras un grato recorrido por Voltaire y compañía, habla de qué significa hoy, en España, ser librepensador. Básicamente, el frío absoluto. Cada uno de los dos grandes bloques de poder, con sus cohortes (cortesanas), le hiela el corazón al españolito del bloque contrario; pero se lo calienta al del suyo. Muchos se quejan coquetamente de frío mientras disfrutan de este sistema de calefacción parcial. Al librepensador, en cambio, le hielan el corazón las dos Españas. Aunque, bien pensado, también dispone de una estufita: la del regocijo que le produce contar con Savater.