30.10.12

Aniversario sombrío

Si Sherlock Holmes (el bueno, no el de Garci) buscara el elemento común entre las dos cosas que peor van en España, que son la propia España y el PSOE, se encontraría al otro lado de la lupa a Zapatero, que manejó los dos volantes. Su herencia, aparte de la doble ruina, ha resultado ser la memoria histórica, aunque no la de la guerra civil sino precisamente la del zapaterismo: los españoles, pese a lo mal que lo está haciendo el PP, han optado por no olvidar lo mal que también lo hizo el PSOE.

Pero conviene no cargar las culpas en Zapatero. Tanto lo que ha venido después en el PSOE como lo que ha venido después en España, relativizan su figura. Al cabo, no era tanto un culpable como un síntoma del montón de cosas que ya iban mal y que eclosionaron en él. Fue, de algún modo, el antiparche: lo que andaba flojo se terminó de soltar; pero la razón última de que se soltara fue que andaba flojo. Andaba flojo el PSOE, que apoyó sin fisuras a alguien tan menesteroso y tan incapaz. Y andaba floja España, que apostó por la fantasía contra la realidad, como en los mejores momentos de su penoso pasado.

Ahora, en este aniversario sombrío de su victoria en 1982, el PSOE se encuentra con una tremenda papeleta: tiene un líder que no vale, y varios candidatos a sucederle que valen aún menos. Parece que se ha consumado el proceso de “selección adversa” del que hablaba Félix Bayón. El candidato que haría falta seguro que se lo cargaron hace años los trepas del partido, si es que llegó a afiliarse alguna vez. Uno mira al PSOE y le entra un noventayochismo más acusado que cuando mira a España. Y es un noventayochismo que tiene también que ver con España: porque, realmente, esto va a ir peor sin el PSOE.

[Publicado en Zoom News]

28.10.12

Quincallería sevillí

Han pasado ya unas semanas, pero el dinosaurio, como en el cuento de Monterroso, sigue ahí. Me refiero al estruendoso silencio de los personajes catalanes a los que Arcadi Espada (¡también catalán!) fue haciendo llegar, desde el 19 de septiembre, estas dos preguntas:
1. ¿Quiere usted que Cataluña siga formando parte del Estado de España?
2. ¿Defendería activa y públicamente su punto de vista si en algún momento Cataluña y el resto de España iniciaran un proceso de discusión de su vínculo constitucional?
Según el recuento que hizo el propio Espada el 13 de octubre, de los treinta y siete que las recibieron, solo contestaron dos. El resto, silencio y alrededores. Félix de Azúa, que ha huido de ese ambiente, lo he definido bien: “un terror pequeñito”. Es imposible no detectar, en las no respuestas y en los circunloquios, el miedo. El miedo, obviamente, al régimen. El que impera en Cataluña se ha decantado por la independencia. Por eso, quienes están a favor se pronuncian sin tapujos; y el resto trata de eludir la cuestión como buenamente puede: sabe que otra cosa le traería problemas o incomodidades. Quizá algún lector eche de menos una definición de régimen. Propongo esta para el contexto catalán: “dada una circunstancia histórica determinada, régimen es aquello que apoya La Vanguardia”.

De entre todas las no respuestas, me quedé prendado de la de Pere Gimferrer: una formidable voluta elusiva, en dos tiempos. En el primero, un despliegue erudito de estirpe barroca: casi una exudación nerviosa, para encubrir o aplazar. En el segundo, con barroquismo semejante, la no respuesta definitiva. Me acordé, por contraposición, de un insólito momento en que Gimferrer sí fue contundente en política: el de su ataque a Felipe González en Mascarada. Cito en la traducción de Justo Navarro:
Es bajo ser criado de uno
como ese Felipe González
No pongáis las zarpas aquí
Soy insumiso a este gobierno
Quincallería sevillí
Gobierno de ropavejeros
Lo llamativo es que Gimferrer se pasó catorce años sin decir nada –que trascendiera– contra los socialistas, y que en cuanto cayeron aparecieron esos versos. El PSOE perdió las elecciones en marzo de 1996, y Mascarada se publicó dos meses después; aunque fue escrito en otoño de 1995. Cuando se publicó en castellano, en 1998, el poema fue saludado precisamente por Arcadi Espada, y es en verdad un poema magnífico: valiente, sí, y también hermoso; osado en territorios más decisivos tal vez que la política. Este ha sido el signo de Gimferrer: atrevido en estética y en moral, pero en política cobardón. (Aunque hay que resaltar que sin caer en el servilismo.)

Es una actitud que, por otra parte, comprendo. En una atmósfera tan encanallada como la nuestra, no sé hasta qué punto tiene sentido permitir que la política le arruine a uno los días. En El agente provocador, escribe algo que podría adjudicarse a este pensamiento: “Si en el fondo, aparte de mi estricta felicidad personal, no me ha interesado nada de nada en la vida aparte de los libros”. Lo comprendo, pero no deja de incomodarme. Yo admiro la obra de Gimferrer, en poesía y en prosa; pero echo de menos en ella una pasión crítica hacia los asuntos públicos como hay en la de su maestro Octavio Paz. Hablo del Octavio Paz de su (larga) época dorada: el de los últimos años se volvió más prudente aún que Gimferrer.

Y echo de menos un poeta catalán que escribiera versos incendiarios y gloriosamente liberadores como podrían ser hoy estos, con solo cambiar un nombre y un adjetivo; contra el régimen:
És cosa baixa ser el criat
d’algú com Artur Mas
No acosteu les urpes ací
D’aquest govern sóc insubmís
Quincalleria barceloní
Govern de roba venturera.
[Publicado en Jot Down]

19.10.12

La puerta

Llevaba tiempo con ganas de ir a la exposición de Vik Muniz en el CAC y al fin ayer pude. Me gustó, pero este apunte no es sobre la exposición, sino sobre el museo, sobre la puerta del museo. Por allí pasó A. hace veinticinco días (veinticuatro días ayer). Y he caído en que es el primer sitio por el que me consta que hemos pasado los dos desde que nos escribimos. Es una trivialidad, pero a mí estas trivialidades me hacen cosquillas. (Cosquillas que sea el CAC, cosquillas que sea una puerta). Hay además una conexión brasileñista, que tiene su origen último en el hecho de que Muniz sea brasileño, pero que se presenta más cercana. Cuando ella me dijo que iba a venir a Málaga, yo le recomendé la exposición de Muniz (sin haberla visto) porque antes me había hablado muy bien del artista mi amigo V., al que a su vez se lo había recomendado tiempo atrás una carioca en la playa de Leblon, de Río, en estos términos: "É massa, cara, o Vik [léase Viqui] é muito foda, cara...". Y de ahí a la puerta.

14.10.12

Perder la mañana



Ignacio Escolar me tiene bloqueado en Twitter (con muy buen juicio) y por lo tanto no puedo ver sus tuits. Pero esta mañana el amigo Goslum ha retuiteado este suyo del 10 octubre y, por un fallo del sistema que Twitter deberá corregir algún día, los retuits sí los puedo ver. Así que he escrito estos tres que copio, y que de paso explican por qué Escolar me bloqueó (con muy buen juicio):
Escolar: "¿Alguien se imagina a un conseller de Educación diciendo que su objetivo es catalanizar a los alumnos". De esto come un sectario.

1/2 Un tipo (Escolar) suelta lo anterior. ¿Y luego qué tienes que hacer? ¿Explicar cómo son las cosas? ¿Perder la mañana en lo que sabemos?

2/2 ¿En lo que sé yo y sabe él? Esto no es un debate. Es un señor (Escolar) comiendo de un discurso. Así que mejor dejarle ahí, sin réplica.
En cuanto al tema en sí, ya solté también mis tuits el 10 de octubre. Tuits que borré luego, como los borro todos, pero que decían (da hasta pereza repetirlo) que no había que españolizar, sino descatalanizar, ¡y desespañolizar!; que lo único que tiene que hacer la educación es internacionalizar y cosmopolitizar: abrirnos y no cerrarnos; darnos los instrumentos para salir de todas las mierdas posibles, y muy en especial de la mierda nacionalista.

* * *
PD. ¡Novedades! Puede que Escolar no conociera esto. Pero es que da igual. El asunto, insisto, no es aquí la realidad, ni lo que pasa. Es un señor diciendo ciertas cosas, comiendo de decirlas, y diciéndolas siempre, pase lo que pase. Para comer. Y ya está. (Y ni siquiera le acuso de cinismo, tampoco me parece que sea un cínico: es que su pensamiento está perfectamente sincronizado con su estómago; come de un nicho que, en realidad, es el suyo.)

13.10.12

La franja

El artículo de hoy de Muñoz Molina, "Guerreros desganados", ha hecho que me reconcilie un poco con el pueblo español, contra el que tanto arremeto. Sí, tiene razón. La culpa del pueblo no es otra que la de dejarse llevar, la de irse apañando; es esa, sí: pero no otra. En realidad, cuando uno despotrica contra el pueblo, contra quienes debería despotricar es contra esa franja de cabrones que supuestamente lo encarna, la que le da el tono; la que dirige (o provoca o encauza) la acción. Esa franja de cabrones dañinos que son los genuinos representantes de la España negra y que hoy los vemos en su avatar nacionalista: esos catalanistas o vasquistas, por ejemplo, más españolazos que su puta madre.

9.10.12

La picha del buen salvaje

El buen salvaje, como sabemos, era un mal bicho. El que lo caló fue Hobbes. Hobbes es anterior a Rousseau, pero eso no le impidió calar al angelito de este. Una de la más fastuosa sarta de adjetivos de toda la historia de la adjetivación es la de Hobbes acerca de cómo es la vida del hombre en estado de naturaleza: "solitary, poor, nasty, brutish, and short" (solitaria, pobre, grosera, brutal y corta). Esto es muy conocido, aunque yo no me enteré hasta hace poco. Ayer me la recité mientras paseaba. Y me partí literalmente de risa yo solo en la calle. Es que caí súbitamente (¡no sé por qué!) en el efecto de los tres últimos adjetivos si los aplicamos a una picha, a la picha (¡ya puestos!) del salvaje en cuestión: "grosera, brutal y corta".

8.10.12

Un detalle

Un detalle, en el transcurso de una conversación sobre otras cosas, un detalle sin importancia, dicho como apostilla, sin la presión de la autocensura: como la verdad que se cuela en los divanes. El periodista malagueño Teodoro León Gross está entrevistando a Teodulfo Lagunero, el multimillonario comunista que trajo a Carrillo en la Transición, cuando la peluca. Está hablando de su vida, de que, tras la guerra civil, "a pesar del boicot falangista, el gobernador, viejo amigo de su padre, le mantiene una ayuda del gobierno". Y entonces, como apostilla, al paso, entre paréntesis, aparece el detalle: "algo que Carrillo me recomendó ocultar en mis memorias".

6.10.12

Sala de estar

El idioma está lleno de cartas de Poe, a la vista desde siempre, en las que solo a veces, y por turnos, reparamos. Hoy ha sido "sala de estar". ¡La sala de estar! Está la sala de dormir (el dormitorio), la sala de comer (el comedor), la sala de cocinar (la cocina), la sala de lavar (el lavadero), la sala de asearse (el aseo), la sala de pasar (el pasillo) y la sala, simplemente, de estar. Me parezco ahora a esos filósofos españoles, vagamente heideggerianos, aunque anteriores a Heidegger bastantes, que se ponían a marear las palabras y a desprender filosofías de ahí. Es un ejercicio algo estólido, lo reconozco, y en verdad poco filosófico. Pero de pronto brilla una expresión: ¡la sala de estar! En ella, solo estamos. Cierto, ahora con la tele lo que estamos es viendo la tele, o con el ordenador en el regazo; pero, en principio, se trata solo de estar. En inglés es vivir, living, pero aquí es meramente estar. ¡La sala de estar!

2.10.12

Celadas

Estoy leyendo ahora a Gimferrer y sobre Gimferrer y se ha producido un eco curioso, de azar objetivo. Yo sabía que había vuelto a escribir poesía en castellano por su mujer actual, porque el castellano es la lengua en la que hablan. Lo que no sabía, lo que he sabido ahora, es que cuando comenzó su etapa poética en catalán fue por lo mismo. Un día se fijó en la palabra paranys, pronunciada por su mujer de entonces, y se produjo el cambio. "Paranys" (Trampas, o Celadas, como traduce el poeta) es el primer poema, espléndido, de aquel primer libro en catalán, Els mirals (Los espejos, 1970). Ayer lo estuve leyendo: "Aquest poema és / un seguit de paranys" (Este poema es / una sucesión de celadas). "Tiene el amor su lenguaje", escribe Gimferrer en la Nota de Amor en vilo: "Lo explica sobradamente el cambio de interlocución (y de interlocutora) que es a la vez materia y condición necesaria de la existencia de ambos libros, y de toda mi propia existencia personal".

Solo un día después, y este es el azar objetivo, he vuelto a encontrarme la palabra, en la prensa de hoy:
Este mes de octubre morirán cientos de miles de pajarillos por el uso del parany, un método ilegal de caza que se sigue utilizando en la Comunidad Valenciana y Cataluña, y que consiste en atraer a las aves a una zona embadurnada de pegamento.
Lo que me hace pensar en el "Birds in the night" de Cernuda (con Rimbaud y Verlaine: "y los poetas acaban así: heridos, anulados, muertos-vivos, y por eso los llamamos poetas"), etc., etc.