1.1.13

El día sin periódicos

El 1 de enero era uno de los tres días que teníamos sin periódicos, y el de un mayor simbolismo: el año empezaba con el blanco de la prensa, que hacía juego con los valses y los saltos de esquí. Esto con internet se ha terminado. El discurso escrito no cesa y, aunque los quioscos permanecen cerrados y no hay periódicos de papel, las webs siguen emitiendo palabras, como las radios y las televisiones. Es otro de los lujos de los que la escritura ha prescindido. Viene a ser algo así como el síntoma de su ausencia de reposo.

El día sin prensa se acompasaba también con la resaca. Y dejaba un vacío que servía para hacer balances y para hacer propósitos. Era como si por un día nos resguardásemos de la “rabiosa actualidad”. Sin prensa, la actualidad misma parecía remitir; y qué extraña sensación cuando se producía una noticia importante en esta jornada: casi parecía un sacrilegio. En La emboscadura, que es un buen manual para nuestra época, escribe Ernst Jünger: “La simple necesidad que la gente siente de absorber varias veces al día noticias es ya un signo de angustia; la imaginación gira y gira y de esa manera va creciendo y paralizándose. A lo que se asemejan todas esas antenas que hay en las ciudades gigantescas es al cabello erizado”. Los periódicos antes apostaban por la deselectrificación. Ya no pueden.

Y en realidad los lectores tampoco podemos ya. Casi no nos damos ni la pausa de las campanadas, las uvas y el brindis. Los que nos quedamos en casa en Nochevieja (y también en Nochebuena) hemos adquirido la costumbre de, en cuanto remiten los compromisos familiares, asomarnos a internet. Para ver si hay alguna noticia, y para saludar a nuestra familia online, que al fin y al cabo es la familia con la que pasamos más tiempo a lo largo del año. Yo hoy he querido dejar este artículo un poco en blanco, para homenajear a los antiguos días sin periódicos. Quisiera que estas líneas no desentonaran con los valses ni con los saltos de esquí, ni con las resacas, ni con los restos de serpentinas. Feliz año nuevo. (Seguiremos atentos, a ver qué pasa).

[Publicado en Zoom News]