9.5.13

Peces cansados

Se va afianzando en mí la idea de que contra Zapatero vivíamos mejor. La crispación, al fin y al cabo, era un signo de vitalidad. Ponías un debate parlamentario y aquello parecía una jaula de fieras. No dejaba de haber un elemento melancólico: el del espectáculo de la dilapidación de energías. Pero la condición era, justamente, la existencia de tales energías. No sé si las que hoy nos faltan son aquellas que malgastamos entonces. Pero la constatación actual es precisamente esa: que nos faltan.

Ayer me puse el debate por la mañana y se instaló en la tele un sopor de tarde. Lo de “atonía generalizada” es poco: la pantalla parecía una pecera de peces cansados (y no digo “muertos” porque algo se movían). Es como si ese pez llamado Rajoy lo hubiese contagiado todo. Ha logrado lo que más le beneficiaba: dormir el balón. (Una metáfora que le sería simpática, si leyera Zoom News además del Marca). Es como si el plasma televisivo con el que suele presentarse se lo hubieran encasquetado todos. Eugenio d’Ors tiene un título precioso: Oceanografía del tedio. El Parlamento tiene hoy lentitud de acuario.

El único que se animó un poco fue el propio Rajoy, en las réplicas. Sin duda se sintió vitaminado al ver que los demás estaban pez como él. A mí, francamente, lo que me sorprendió fue el desvanecimiento de Cayo Lara y Rosa Díez. De los demás se esperaba. El pobre Rubalcaba bastante tiene con lo suyo. Es una lástima que no valga su discurso exento, con su tono apacible y sus dejes de sensatez socialdemócrata: la insidiosa compañía de su trayectoria se lo dinamita. Por lo demás, su PSOE sigue alejándose del PP en las encuestas, mientras los dos bajan. Su única esperanza es que la caída del PSOE tiene un suelo intraspasable: el del 0%. Ahí podrá pararse a esperar al PP. En cuanto a los nacionalistas, poco que decir: verlos pasar por la tribuna es como ver desfilar a las distintas tunas. Ideológicamente son también grupos folclóricos regionales.

Pero Lara y Díez, como digo, parecían también presa de la lasitud dominante. Con un puntito más de energía, pero menos que otras veces. Son los únicos que suben decididamente en las encuestas y tal vez estén empezando (por usar otra metáfora grata a Rajoy) a amarrar el resultado. Algo beneficioso para sus partidos, pero que contribuye al muermo general. Definitivamente, qué bien nos lo pasábamos berreando, cuando la crispación.

[Publicado en Zoom News]