13.9.16

Woody por dos

Qué raro que este año no escribiese nada después de ver la nueva de Woody Allen, a la que fui hace dos semanas: el viernes de estreno, como de costumbre. Una dejadez sin deliberación, simplemente surgió así. Pero lo raro no es eso: lo raro es que la he visto de nuevo y era ahora cuando debía anotarlo; porque la he visto con la persona adecuada, la que faltaba en las anteriores. Esta vez era la buena, por este año y por todos los demás. De pronto la película feliz estaba en dos butacas, con una suavidad irónica muy de Woody Allen. En cuanto a Café Society: sencilla, tierna, habitable, con su toquecillo de amargura conjurado por el dulzor de que era la de Woody. Se sabe que no se puede hablar de felicidad mientras ande el tiempo, porque cada minuto puede torcerla. Pero hay felicidades que ya no se quitan. (De pronto: gracias).