20.10.16

PSOE Fútbol Club

El columnismo ha empezado a fijarse en el número de abstencionistas del PSOE que hacen falta para que haya gobierno (o, eufemísticamente, para que no haya terceras elecciones). Once patriotas, los llama con sorna Arcadi Espada; los once de la fama, dice con no menos sorna Raúl del Pozo.

No podemos hacernos los suecos con la numerología. Once es lo que es: el número de jugadores de un equipo de fútbol. El once inicial, se dice. En el PSOE no hay un míster que los escoja. Quizá porque se lo están tomando como un once final: los once jinetes del Apocalipsis. O como una Última Cena en la que, de doce, once fuesen Judas. (Y el que se queda limpio Dios).

Todos han hecho ya su lectura de lo que “quería” el electorado tras las segundas elecciones. Ahora me toca a mí. Quería (¡disculpen la licencia!) evidenciar el fondo estólidamente futbolístico de nuestra política, mediante ese sudoku que montó con los votos cuya solución es once.

Sobre el auge del independentismo catalán señaló precisamente Arcadi Espada su relación con las campañas triunfales de Guardiola al mando del Barça. Los nacionalistas consideraron su nación un equipo más y se tomaron la política como la prolongación del fútbol por otros medios.

También la célebre militancia no es otra cosa que una hinchada. La crisis del PSOE viene del miedo del militante a entrar en el bar al día siguiente de la investidura de Rajoy y que el del PP le diga: “qué”.

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En The Objective.