tag:blogger.com,1999:blog-146639992024-03-18T04:02:43.465+01:00El aprendiz al solJosé Antonio Montano © (jamontano@gmail.com)J. A. Montanohttp://www.blogger.com/profile/14505889419175190750noreply@blogger.comBlogger2207125tag:blogger.com,1999:blog-14663999.post-59752858622385862902024-03-17T06:50:00.003+01:002024-03-17T06:51:02.791+01:00Monigotes al servicio de Asurbanipal[Montanoscopia] <div><br /></div><div>En <a href="https://theobjective.com/opinion/2024-03-17/monigotes-servicio-asurbanipal/">The Objective</a>.</div>J. A. Montanohttp://www.blogger.com/profile/14505889419175190750noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-14663999.post-59143293059090456492024-03-15T23:30:00.052+01:002024-03-15T23:46:55.706+01:00Indiferente como un caballero<div style="text-align: left;">[La Brújula (Opiniones ultramontanas), <a href="https://www.ondacero.es/programas/la-brujula/programas-completos/la-brújula-15032024_2024031565f4ce23ab79d80001a729e5.html">3:52:22</a>] </div><div style="text-align: left;"> </div><div style="text-align: left;">Buenas noches. No sé si alguien se acuerda ya de José María Álvarez, pero es uno de esos poetas, no muy frecuentes, que conquistan lectores en cuanto se acercan a sus versos. Pasa también (me pasó a mí) con nuestro Jaime Gil de Biedma o el mexicano José Emilio Pacheco. Los tres son poetas que enganchan. José María Álvarez, nacido en Cartagena y a punto de cumplir ochenta y dos años, fue uno de los <i>Nueve novísimos poetas españoles</i> de la famosa antología de 1970. Sus poemas, vitalistas y culturalistas, llenos de viajes, se recogen en un libro de 700 páginas que es un lujo y que además es gratis, porque José María Álvarez regala el pdf en su página web. Basta poner en Google el nombre del autor y el título: <a href="https://www.josemaria-alvarez.com/Descargas/poesia/museo_de_cera.pdf"><i>Museo de cera</i></a>. Sobre este título se hizo una broma. Como el libro y cada uno de los poemas llevan más citas, querido Latorre, que tu admirada <i>Moby Dick</i>, se dijo que, en vez de <i>Museo de cera</i>, debería haberse titulado <i>Casa de citas</i>. Me hace ilusión traer a José María Álvarez a la radio porque en la radio fue donde lo descubrí. Solía llevarlo El Loco de la Colina, a entrevistarlo y a que recitara sus versos. El poeta tenía una voz mejor que la mía y era más tarde que ahora, ya entrada la madrugada, pero quiero terminar con el primer poema, breve, de <i>Museo de cera</i>, que invita al coraje y la transgresión. Dice así: <br /></div><div style="text-align: left;"></div><blockquote><div style="text-align: left;">Descanso sin bajarme del caballo </div><div style="text-align: left;">El calor destroza cuanto se ve </div><div style="text-align: left;">Ante mí la Frontera </div><div style="text-align: left;">Una voz me dice no cruces nunca esa Frontera </div><div style="text-align: left;">Fumo un cigarro </div><div style="text-align: left;">Sacudo mi uniforme de 35 campañas </div><div style="text-align: left;">Indiferente como un caballero </div><div style="text-align: left;">Que lo ha perdido todo y no espera ganar nada </div><div style="text-align: left;">Cruzo el río.</div></blockquote><div style="text-align: left;"></div>J. A. Montanohttp://www.blogger.com/profile/14505889419175190750noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-14663999.post-1939380777281602442024-03-14T07:22:00.002+01:002024-03-15T20:10:25.278+01:00La última copa, la del desprecio<p>En las teorizaciones sobre el columnismo no se suele contemplar una función que también cumple, junto con el análisis o el comentario de la actualidad: la plasmación, la transmisión de un estado de ánimo. Acompañar en el sentimiento a los lectores, en este duelo perpetuo de la historia en marcha. La vida nos va en ella, se nos va a veces.</p><div style="text-align: left;">El ánimo en este marzo es derrotista. Al menos entre quienes –españoles raros– hemos puesto por encima siempre los aspectos formales de la democracia, el Estado de derecho, el pluralismo, y nos hemos acogido, con mayor o menor entusiasmo según las épocas, al llamado patriotismo constitucional, suscitador de risitas entre los españoles que no son raros. Predomina lo contrario de lo que quisimos.</div><div style="text-align: left;"> </div><div style="text-align: left;">Hace veinte años, lo sabemos ya, se terminó la Transición. Estalló en los trenes de Atocha el 11-M y se extravió definitivamente en la presidencia de Zapatero, el hombre que, en vez de restañar la herida (la de los atentados y la división subsiguiente) con un mandato cauterizante, la ahondó y la emponzoñó; con el concurso de la oposición, naturalmente: nada hay más contagioso que la discordia. En la herida seguimos, perfeccionada por Sánchez, que ha aprovechado el vigésimo aniversario para seguir hurgando en ella: por ver si así se olvidan durante una o dos jornadas sus pactos, su amnistía, su poca clase, su baratura.</div><div style="text-align: left;"> </div><div style="text-align: left;">La Transición era al cabo hacia esto: hacia este estado regresivo, embrutecido, hosco. Un bucle estúpido. No dejaba de ser exótica aquella idea de que la Transición no se acababa nunca, puesto que costaba ponerle fecha a su fin. El dictamen histórico de que, en cuanto se instauró plenamente la democracia con la Constitución de 1978, ya no se podía hablar de Transición, era contrarrestada por una resistencia emocional que delataba desconfianza. Se mantenía la ominosa sombra del excepcionalismo: el de un país en fin de cuentas sin demócratas, solo con facciones de poder.</div><div style="text-align: left;"> </div><div style="text-align: left;">El presidente es el primer inoculador hoy de odio en España. La bajeza viene desde arriba. Supongo que es la consecuencia final del acendrado proceso de selección adversa de nuestras élites políticas (suben estrictamente los peores) del que habló hace mucho Félix Bayón. Nos quema la sangre, pero tenemos el recurso del repliegue helenístico o alejandrino. Queda tiempo, queda vida y hay que defenderse. Primero, dentro de uno mismo: no rendirse a lo inoculado. La venganza contra el bajuno es elevarse. Dejarlo aislado en su poza. Que no nos contamine. Podrá destruir nuestro entorno, pero no el último bastión. Es lo civilizado.</div><div style="text-align: left;"> </div><div style="text-align: left;">A mis veinte años (de nuevo veinte años) tenía como poeta de cabecera a José María Álvarez, cuyo <i><a href="https://www.josemaria-alvarez.com/Descargas/poesia/museo_de_cera.pdf">Museo de cera</a></i> leía y releía. Sobre todo algunos poemas, entre los que se encontraba "Nubes doradas" (título que, curiosamente, sería el de <a href="https://www.youtube.com/watch?v=bIdSKHTPETI">una música</a> de Antonio Carlos Jobim). Me acerco de nuevo. "Qué importa ya mi vida", comienza. "Cada vez que levanté mi casa, la / destruía. A cualquier país que llego / no amo otro momento / que aquel de divisarlo". Unos versos más adelante: "Respetarse a uno mismo. / Pensar. / Veo crecer los rosales que planté". Y: "Destapo la última botella del último / pedido. / Miro / cómo mi vida salva cuanto hay de noble". Para terminar (y así termino):</div><div style="text-align: left;"> </div><div style="text-align: left;">Por ti, oh Cultura, y por todos</div><div style="text-align: left;">los que vivos o muertos me hacen compañía, bebo.</div><div style="text-align: left;"> </div><div style="text-align: left;">Más allá del tiempo y de mi cuerpo,</div><div style="text-align: left;">bebo. Lleno</div><div style="text-align: left;">de nuevo el vaso. Dejo</div><div style="text-align: left;">que lentamente el alcohol vaya cortando</div><div style="text-align: left;">los hilos que me unen</div><div style="text-align: left;">a esta barbarie.</div><div style="text-align: left;"> </div><div style="text-align: left;"><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span>Y con la última</div><div style="text-align: left;">copa, la del desprecio,</div><div style="text-align: left;">brindo por los que aman como yo.</div><div style="text-align: left;"> </div><div style="text-align: left;">* * * </div><div style="text-align: left;">En <a href="https://theobjective.com/elsubjetivo/opinion/2024-03-14/la-ultima-copa-la-del-desprecio-montano/">The Objective</a>.</div>J. A. Montanohttp://www.blogger.com/profile/14505889419175190750noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-14663999.post-50127998293628095062024-03-10T04:48:00.005+01:002024-03-12T09:04:52.707+01:00La Nueva Atenas, el farsante Sánchez y el Fary como precursor[Montanoscopia] <div><br /></div><div><b>1</b>. De nuestras reuniones malagueñas en torno al Aula de Pensamiento Político de Manuel Arias Maldonado, antes en La Térmica y ahora en La Malagueta, cada vez con un invitado de fuera, surgió la broma de Málaga como la Nueva Atenas. Broma que ha cuajado y por las que nos suelen preguntar. Esta semana cobró realidad majestuosamente en la presentación del nuevo libro de Antonio Diéguez, <i>La ciencia en cuestión. Disenso, negación y objetividad</i> (<a href="https://herdereditorial.com/catalogo/filosofia/la-ciencia-en-cuestion-9788425450761">Herder</a>), con Manuel Toscano y Arias Maldonado acompañando al autor. El evento, que <a href="https://www.youtube.com/watch?v=XTpt_2Y6pZk">se retransmitía</a>, hizo exclamar al amigo Schultz desde Twitter: "¡El sanedrín malagueño!". Y vaya si lo era. </div><div><br /></div><div><b>2</b>. Precisamente Schultz, al que llevo tratando <i>online</i> desde hace veinte años y que siempre ha sido ecuánime, escribió tras oír al presidente Sánchez justificar la amnistía: "Mentiroso, sinvergüenza, canalla. No recuerdo ningún personaje público que me haya generado el malestar, la irascibilidad y el odio que me genera este farsante". Es exactamente lo que yo pienso y siento, así que lo hago mío. Me excuso de más por hoy. </div><div><br /></div><div><b>3</b>. "La mujer tiene esos derechos que yo respeto, ¡y más que tendría que tener!". No se suele reparar en estas palabras incrustadas en el célebre discurso del hombre blandengue. Con ellas el Fary prefiguraba en 1984 a la Irene Montero de cuarenta años después. </div><div><br /></div><div><b>4</b>. Pobres críticos literarios. Tienen que leerse la novela inédita de Gabriel García Márquez. En realidad tienen que leérselo todo. No hay obligación que yo abomine más. Sí leo las críticas, que son una manera rápida de ahorrarse el libro. En las de <i>En agosto nos vemos</i> (Random House) busco una referencia esencial, que no encuentro. Si en ella aparecen los grandes definidores del estilo y el mundo de <i>Gabo</i>: ¡los gallinazos! No se entiende Macondo sin gallinazos, enredados siempre en los pies del que camina por ese "territorio mítico". Al fin y al cabo, en su día dije que García Márquez era "un Antonio Gala con gallinazos". Espero que el viejo Nobel colombiano se mantuviera en forma y, mientras dos personajes conversan tranquilamente o fornican, les salte un gallinazo. Aunque si no la quiso publicar tal vez sea porque vio a última hora que no había metido gallinazos. </div><div><br /></div><div><b>5</b>. Gracias a que lo ha editado mi editor, Sr. Scott, he reparado en el estupendo <i><a href="https://www.srscottlibros.com/pagina-del-producto/presente">Presente</a></i>, de Tania Padilla: un libro de indagación autobiográfica por parte de una autora que desdeña la literatura "egocéntrica", pero que la practica en este caso para salvar una crisis creativa. Ir con el pie cambiado le permite no hacer una obra al uso, sino original, fresca, desprejuiciada, escrita con desparpajo: un desparpajo un poco redicho, de filóloga, que le añade encanto. La autora se declara de izquierdas y anticapitalista, sufrió <i>bullying</i>, practica el poliamor y no le gusta el mundo, pero nada de esto va en un empaquetado ideológico de los que ahora se llevan y que están embalsamando tantos libros, sino que se mantiene abierto, consciente de las contradicciones, atento a lo singular, es decir, a la vida, que se refleja narrativa y analíticamente. Padilla logra además exponerse hasta el fondo sin comprometer a otras personas. El título, <i>Presente</i>, lo emplea también en la acepción del regalo que ella nos hace. </div><div><br /></div><div><b>6</b>. Llueve y me pongo "<a href="https://www.youtube.com/watch?v=eYpMWrsSagM">Pequena música noturna</a>" de Rosa Passos. La batucada de la lluvia en el tejado compone la canción. Los minutos se escurren "del presente al pasado". Entre los recuerdos, una pasión. Que ya no pertenece a la protagonista, sino al tiempo: "esas cosas son del tiempo". Tal vez este se lo va tragando todo para guardarlo: solo para él. </div><div><br /></div><div>* * * </div><div>En <a href="https://theobjective.com/opinion/2024-03-10/nueva-atenas-farsante-sanchez-fary/">The Objective</a>.</div>J. A. Montanohttp://www.blogger.com/profile/14505889419175190750noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-14663999.post-35678764890905667732024-03-07T08:23:00.006+01:002024-03-09T10:45:39.056+01:00Restitución de la poesíaHay que tener siempre un libro de poesía a mano. Como lector me lo impongo. Y como ciudadano. Decía el Ramón Trecet de Radio 3: "Buscad la belleza, es la única protesta que merece la pena en este asqueroso mundo". Nos imprimimos esta frase durante años en todas las sobremesas, justo en el tiempo de la pasión por la poesía. Hay que restituir aquella pasión, para restituirnos.<div><br /></div><div>Nunca me ha abandonado, por lo demás, pero renace ahora intensamente como uno de los reductos últimos. La poesía es un territorio sintáctico, de sintaxis del alma (y del alma del mundo): el sitio predilecto en el que atrincherarse de los patanes asintácticos que nos rodean. Y también del patán que, como el animal de Battiato, llevamos dentro. Hay que huir del (¡asintáctico!) taxista interior que nos malbarata.</div><div><br /></div><div>Las primeras semanas del año las he dedicado a leer la poesía completa de Francisco Brines, <i>Ensayo de una despedida</i> (Tusquets). Antes leí <i>Cuando hable el gato</i> de Álvaro García (Pre-Textos) y después <i>Doce lunas</i> de Eduardo Jordá (Fundación José Manuel Lara), bajo cuyo influjo escribo. Hoy empezaré <i>Común presencia</i>, una antología del gran surrealista francés René Char (en la edición bilingüe de Alianza Tres, traducida por Alicia Bleiberg). No se me olvida el título de la necrológica de Octavio Paz a este poeta: "René Char no nos engaña". El apetito por Brines me lo despertó Luis Antonio de Villena con uno de los mejores libros del año pasado, su <i>Brines. La vida secreta de los versos</i> (Renacimiento), amenísimo además.</div><div><br /></div><div>Villena escribió un libro sobre la vida secreta de sus propios versos, <i>Los días de la noche</i> (Seix Barral), en que dedicaba un texto en prosa a cada uno de los poemas de <i>Hymnica</i>, su poemario más gozoso. Andrés Trapiello hizo también un libro bellísimo sobre su recorrido vital con prosas y poesía, <i>La Fuente del Encanto</i> (Fundación José Manuel Lara). A esta tradición mixta, que cuenta con clásicos como la <i>Vida nueva</i> de Dante o <i>Sendas de Oku</i> del japonés Bashō, pertenece el mencionado libro de Eduardo Jordá que acabo de leer y que es una novedad de 2004.</div><div><br /></div><div>De Jordá he leído libros narrativos, de viaje, de ensayo, sus artículos y por supuesto sus libros de poesía. Creo que <i>Doce lunas</i> es el mejor de todos y el más completo, porque reúne todo lo que es, en grado de excelencia. Recoge cincuenta y seis poemas, aquellos que el poeta rescata de todos los que ha escrito, y un texto en prosa a continuación de cada uno. En estos textos hay una narración, una reflexión, una estampa, un comentario, o la mera consignación del momento que inspiró el poema que acabamos de leer. Tanto los poemas como estos textos en prosa funcionan por separado, pero su reunión los potencia. El efecto es el de un recital de Jordá (también en su acepción valorativa, admirativa): pero un recital íntimo para cada lector en su rincón.</div><div><br /></div><div>La poesía de Jordá, limpia, honda, sin juguete retórico, más anglosajona que francesa, cernudiana sin dureza, narrativa a veces, otras contemplativa, permanentemente en el filo del curso biográfico, con sus alegrías y sus penas, con la belleza que asalta, con percepción del entramado y el miedo, lúcida pero confiada, delicada y generosa, es un magnífico ejemplo de restitución.</div><div><br /></div><div>En el primer poema (y en el prólogo) Jordá habla de la poesía: frágil, milagrosa, sin explicación, "no sabemos por qué, pero sucede". En el último, el que da título al libro, asocia las fases de la vida a los doce meses del año. Para diciembre escribe: "Y no hay sino memoria que regresa / con las manos vacías, y una casa / desierta, y la certeza de que nunca / volveremos a ver a quien se ha ido". Pero al poema podemos volver siempre. </div><div><br /></div><div>* * * </div><div>En <a href="https://theobjective.com/elsubjetivo/opinion/2024-03-07/restitucion-poesia/">The Objective</a>.</div>J. A. Montanohttp://www.blogger.com/profile/14505889419175190750noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-14663999.post-16333648127461064372024-03-03T07:47:00.005+01:002024-03-05T19:25:15.882+01:00'Match point' al PSOE y Sánchez como el señor Valdemar<div style="text-align: left;">[Montanoscopia]
<b> </b></div><div style="text-align: left;"><b> </b></div><div style="text-align: left;"><b>1</b>. También Sánchez, lo más parecido a Franco que hemos tenido desde Franco, muere en la cama. Los españoles pudieron cargárselo (políticamente) el 23-J, pero no lo hicieron. Llevarán esa culpa, como llevan la de no haberse cargado a Franco; y eso que con este no tuvieron la ocasión de hacerlo. La democracia, al cabo, es darle al pueblo el fusible para que cortocircuite, o no, al autócrata. El autócrata, por su parte, cuando gobierna en un Estado de derecho, se encuentra maniatado por este. Por eso su gran empeño es desembarazarse de él. El combate no es entre el autócrata y la oposición, sino entre el autócrata y la ley democrática. Esta ha sido la historia de Sánchez en los últimos años, acelerada en los últimos meses. Los españoles no se lo cargaron, pero su degradación sí.
<b> </b></div><div style="text-align: left;"><b> </b></div><div style="text-align: left;"><b>2</b>. Sánchez muere en la cama. En la cama del señor Valdemar. En su día le apliqué la comparación a Rajoy, pero veo ahora que se le puede aplicar con mayor propiedad a Sánchez. Respecto a este, se ha hablado de <i>El retrato de Dorian Gray</i>, de Oscar Wilde. Tiene que ver, por la putrefacción precipitada cuando llega el momento. En <i>La verdad sobre el caso del señor Valdemar</i>, de Edgar Allan Poe, el señor Valdemar es hipnotizado en el momento de su muerte y la corrupción del cadáver queda paralizada durante los meses en que dura la hipnosis. Entonces, en cuanto esta cesa: "bruscamente su cuerpo, en el espacio de un minuto, se encogió, se deshizo... se pudrió entre mis manos. Sobre el lecho, ante todos los presentes, no quedó más que una masa casi líquida de repugnante, de abominable putrefacción". (En aquel infame quirófano de Franco pasó prácticamente lo mismo.)
<b> </b></div><div style="text-align: left;"><b> </b></div><div style="text-align: left;"><b>3</b>. Ha sido un poco lo de <i>Match Point</i>, la película de Woody Allen. Si el 18-F llega a perder el PP el poder en Galicia, la descomposición estaría afectando a este partido y a su líder Feijóo. Pero la pelotita cayó del otro lado y es el PSOE, con Sánchez, el que se hunde. Todo han sido fallos desde entonces. Y algo peor que los fallos: el retorno de lo escondido. Este afloramiento oscuro de los Koldo, Ábalos, Armengol... y la torpeza histérica con que lo afronta. Siempre me acuerdo de Nietzsche en estos casos, de una reflexión creo que del <i>Crepúsculo de los ídolos</i> (título que también viene a cuento): no es que un partido cometa fallos y por eso se descompone, sino que, cuando la descomposición ha afectado ya en lo profundo a un partido, es cuando se lanza a cometer fallos. Estos no son causas, sino síntomas. Así que, pese a los denodados esfuerzos del pueblo español, el del "vivan las caenas", el PSOE está liquidado. Españoles, Sánchez ha mmmuerto. (Lo que no le impedirá mantenerse durante un tiempo, el último ya, en el poder.)
<b> </b></div><div style="text-align: left;"><b> </b></div><div style="text-align: left;"><b>4</b>. La sucesión de Sánchez no es menos tétrica, con el país poralizado, embrutecido, atomizado: la imposible España post-Sánchez va a ser el genuino legado de Sánchez.
<b> </b></div><div style="text-align: left;"><b> </b></div><div style="text-align: left;"><b>5</b>. Y con el PP como PRI: como único partido institucionalista; con la Constitución, en su caso, en lugar de la Revolución. Un constitucionalismo sin pareja que es casi una contradicción en sus términos. ¡Un bipartidismo cojo! Este panorama asfixiante, estéril, un poco Segundo Imperio francés, sobre el que se recortará como nunca su principal culpable: la irresponsabilidad del PSOE, partido espero que para entonces lo suficientemente pasokizado.
<b> </b></div><div style="text-align: left;"><b> </b></div><div style="text-align: left;"><b>6</b>. Como subproducto del desastre, la orfandad del 90% de la intelectualidad española (incluyendo el artisteo, la farándula). Pero se seguirán buscando la vida estos buscavidas. </div><div style="text-align: left;"> </div><div style="text-align: left;">* * * </div><div style="text-align: left;">En <a href="https://theobjective.com/opinion/2024-03-03/matchpoint-psoe-sanchez-valdemar/">The Objective</a>.</div>J. A. Montanohttp://www.blogger.com/profile/14505889419175190750noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-14663999.post-35212492462609420972024-03-01T23:30:00.001+01:002024-03-01T23:53:07.719+01:00Mi método para leer tochos (y Chateaubriand)<div style="text-align: left;">[La Brújula (Opiniones ultramontanas), <a href="https://www.ondacero.es/programas/la-brujula/programas-completos/la-brújula-01032024_2024030165e259c4b7621f0001e41ebe.html">4:01:06</a>] </div><div style="text-align: left;"> </div><div style="text-align: left;">Buenas noches. Mencionaste en un programa, querido Latorre, mi método para escalar grandes cumbres de la literatura sin despeinarme. Mi lema es sencillo: "divide y vencerás". Eso es lo que hago con los tochazos, dividirlos en unas poquitas páginas al día y al cabo de unos meses, un año por lo general, me los he zampado tan pichi. Así me he leído <i>En busca del tiempo perdido</i> de Proust, los <i>Ensayos</i> de Montaigne, el <i>Ulises</i> de Joyce, <i>Guerra y paz</i> de Tolstói (que, por cierto, no me gustó: Tolstói me pareció un piernas) o la monumental <i>Biblia del Oso</i>. Este 2024 estoy con las <i>Memorias de ultratumba</i> de Chateaubriand. ¡Fíjate, Latorre, qué género tan bueno te traigo a <i>La Brújula</i>! Chateaubriand, francés, por supuesto, pese a mi pronunciación, nació en 1768 y murió en 1848. En sus ochenta años de vida lo vivió todo, empezando por la Revolución francesa, que le pilló con veintiún años. Es por donde voy ahora. Me he quedado asombrado con la lucidez con que percibe los acontecimientos. Chateaubriand simpatiza con los ideales de la Revolución, pero no con sus crímenes. Es ilustrativo este párrafo impresionante, con el que me despido: "Los miembros de la Convención presumían de ser los más benévolos de los hombres: buenos padres, buenos hijos, buenos maridos, sacaban a pasear a sus niños pequeños; les hacían de nodrizas; lloraban de ternura solo de verlos jugar; tomaban suavemente en sus brazos a estos corderillos, a fin de mostrarles el caballito de las carretas que conducían a las víctimas al suplicio. Le cantaban a la naturaleza, a la paz, a la piedad, a la beneficencia, al candor, a las virtudes domésticas; estos benditos de la filantropía hacían cortar el cuello a sus vecinos con una extrema sensibilidad, para mayor felicidad del género humano".</div>J. A. Montanohttp://www.blogger.com/profile/14505889419175190750noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-14663999.post-26384273077218264952024-02-29T03:36:00.003+01:002024-03-01T01:23:15.383+01:00El día intermitenteAl fetichista de las fechas le encanta este animalito, el 29 de febrero, que asoma solo cada cuatro años y los demás se esconde. Es una fecha exclusiva de los almanaques bisiestos, que por ella tienen su toque de distinción. En el irritante santoral paralelo supuestamente laico, el de las causas justas o merengosas, le ha tocado ser el Día de las Enfermedades Raras. Al menos se reconoce el valor de su rareza. Aunque en cuanto a enfermedades, la más rara que existe es la de vivir: una enfermedad crónica y a la vez mortal. Sirva el día de hoy, pues, como recordatorio de lo que es cada día (y cada hora y cada minuto y cada segundo).<div><br /></div><div>En realidad, el 29 de febrero no está escondido los tres años que no toca. Esos años no existe: se está formando. Es un día aún incompleto: un día creciente, un día luna. Los años segregan un resto de horas que no se amoldan al calendario; cada año, en concreto, 5 horas, 48 minutos y 56 segundos. Terminados los 365 días anuales reglamentarios, esas 5 horas y pico, que se redondean en 6, se quedan en la órbita en espera de las de los tres años siguientes. En el segundo, pues, hay ya flotando un feto de 12 horas; y el tercero uno de 18, todavía en el líquido amniótico cósmico. Es en el cuarto cuando el pollo se ha convertido ya en un día completo de 24 horas y puede salir del cascarón: se le hace entonces un hueco en el calendario. (¡En la metáfora he dado un salto de lo vivíparo a lo ovíparo, pero me excusarán la licencia!)</div><div><br /></div><div>Me gusta esta sensación del 29 de febrero de estar pisando restos de horas que se estuvieron acumulando fuera de nuestro alcance para presentársenos hoy. Si las horas se hubiesen ido agregando en su orden, las de las seis que van de la medianoche pasada a las 6 de la madrugada pertenecerían a 2021 (¡el anterior bisiesto fue 2020, el de la pandemia!); las de las 6 de la madrugada a las 12 del mediodía, a 2022; las de las 12 del mediodía a las 6 de la tarde, a 2023; y solo las últimas seis de esta jornada, de las 6 de la tarde a la medianoche de hoy, propiamente a 2024. El único tramo exclusivo.</div><div><br /></div><div>Yo, que nací en 1966, he vivido con el presente quince años bisiestos. Veo que son significativos (por mi vida o por la historia). El primero, 1968 (el de mayo y lo demás). Después: 1972 (la primera fecha de que soy consciente), 1976 (dejé el barrio de mi infancia y murió Fofó), 1980 (empecé el instituto), 1984 (empecé la universidad), 1988 (incendio del Chiado), 1992 (aquel año de todo), 1996 (cumplí treinta), 2000 (el milenio, pese a los puntillosos de la aritmética), 2004 (el 11-M), 2008 (la crisis), 2012 (¡secreto!), 2016 (cumplí cincuenta) y el mencionado 2020 (la pandemia). Fueron años olímpicos además.</div><div><br /></div><div>En cuanto a cumpleaños, según miro en <a href="https://es.m.wikipedia.org/wiki/29_de_febrero">Wikipedia</a>, tal vez por la inferioridad estadística han nacido apenas personajes relevantes el 29 de febrero, incluido nuestro actual presidente. El mejor, el jocoso Gioacchino Rossini (en 1792), compositor de <i>El barbero de Sevilla</i> y otras óperas, que triunfó y se dedicó a vivir: no hizo ni el huevo los cuarenta últimos años de su vida. Está también William A. Wellman (1896), el director de <i>Ha nacido una estrella</i> y <i>El enemigo público</i>. Una de envidiable nombre, Tempest Storm (1928), estrella del burlesque y actriz. Y poco más. Incluido, insisto, el presidente Sánchez (1972). </div><div><br /></div><div>* * * </div><div>En <a href="https://theobjective.com/elsubjetivo/opinion/2024-02-29/dia-intermitente/">The Objective</a>.</div>J. A. Montanohttp://www.blogger.com/profile/14505889419175190750noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-14663999.post-62810133386903395862024-02-25T08:16:00.007+01:002024-02-29T10:15:04.348+01:00Éxito de 'The Objective', la 'koldosfera' y el pato derrotista[Montanoscopia] <div><br /></div><div><b>1</b>. <i>The Objective</i> está de moda. No solo porque entre sus colaboradores están los dos mejores articulistas del país, y ya no en <i>El País</i>, Félix de Azúa y Fernando Savater (el primero dijo campanudamente que este periódico debería llamarse <i><a href="https://theobjective.com/medios/2024-01-30/felix-de-azua-el-pais/?amp">El País del siglo XXI</a></i>; al segundo le ha dedicado David Mejía otra de sus estupendas <i><a href="https://theobjective.com/cultura/literatura/2024-02-24/fernando-savater-entrevista/">Vidas cruzadas</a></i>), sino además porque nuestro director, Álvaro Nieto, ha visto cómo las investigaciones suyas y de su equipo de periodistas sobre el caso Delorme-Koldo-Ábalos han marcado finalmente la agenda nacional, por las medidas de la Justicia y el eco político y mediático. Nieto ha escrito ahora un <a href="https://theobjective.com/elsubjetivo/opinion/2024-02-21/abalos-periodismo-delante-ahora-toca-haga-justicia/">importante artículo</a> sobre el caso. Hay que remitirse también a su libro Conexión Caracas-Moncloa (<a href="https://www.penguinlibros.com/es/economia-politica-y-actualidad/275073-libro-conexion-caracas-moncloa-9788466671101">Ediciones B</a>). Todos los medios hablan ya del asunto (los oficialistas con menos entusiasmo, hay que comprenderlos), que ha sacudido la actualidad española. Y más que la va a sacudir. </div><div><br /></div><div><b>2</b>. Yo no tengo nada nuevo que decir sobre el caso. Solo el recordatorio de que los "buenos y malos" no están determinados por la ideología ni su adscripción partidista, como se nos ha estado insuflando hasta las heces en estos insoportables años de pestilente ideologización polarizante. Hay buenos y malos en todos sitios. La calaña no nace de la ideología, que no es lo esencial. Quizá sí lo sea, en sentido negativo, el exceso de ideologización: ese filtro embrutecedor que percibe el mundo desde unas premisas reductoras y habitualmente falsas. </div><div><br /></div><div><b>3</b>. Para combatir la corrupción solo caben control y transparencia. Ambas cosas, que se habían reforzado un poquito en nuestras instituciones, se relajaron en los alocados días de la pandemia y por ahí se coló la corrupción. Hasta en aquel contexto lo hizo. El ser humano (como mínimo el hispánico) es así. </div><div><br /></div><div><b>4</b>. Ya circula el término <i>koldosfera</i>. Rafa Latorre habló de la <i>sanchosfera</i>. El entrañable Idafe trajo lo de la <i>fachosfera</i> de Francia para prestarle un servicio a Sánchez, pero el mecanismo se ha puesto a operar antisanchistamente. No cabe duda de que resultaba operativo. </div><div><br /></div><div><b>5</b>. Sigo con Idafe. La semana le toqué las pelotas al tocapelotas oficial del sanchismo y su respuesta fue de lo más sintomática. Primero, el ninguneísmo de estirpe franquista: "nadie le lee", "no es usted nadie". Esto dice el que solo ha alcanzado a ser "alguien" cuando se ha puesto al servicio (¡bufonesco!) del poder. Segundo, y esto es lo mejor: "no le voy a citar en la columna". Aquí deja entrever sus pretensiones. ¡Al final era eso! ¡Utiliza la "columna" de trampolincillo! Qué entrañable. Estaba claro que esto era sota, caballo y rey, pero no deja de ser divertida la confirmación. </div><div><br /></div><div><b>6</b>. Incendio de Valencia. El fuego insoslayable. Tampoco tengo nada nuevo que decir. Solo que les dedico un pensamiento a las víctimas y afectados. Y otro pensamiento a todos los demás, a nuestra situación cotidiana: vivimos en antorchas potenciales, no solo de fuego. El milagro es que no prendan todos los días. </div><div><br /></div><div><b>7</b>. Las chanzas sobre el pato muerto en Madrid. Precisamente vi hace poco El pato salvaje, de Henrik Ibsen. Es la obra que viene de interpretar el actor de Tala, de Thomas Bernhard. Se me ocurrió mirar si estaba en el archivo de TVE y sí: se emitió <a href="https://www.rtve.es/play/videos/teatro-en-el-archivo-de-rtve/teatro-siempre-pato-salvaje/4330598/">en 1969</a>. Es un archivo prodigioso. El título viene de esto que se dice en la obra: "Cuando el pato salvaje es herido en las alas se zambulle en el agua lo más abajo que puede, se agarra con el pico a las algas y a todas las excrecencias que encuentra en el fango y no vuelve a la superficie". ¡Pobre pato derrotista! </div><div><br /></div><div>* * * </div><div>En <a href="https://theobjective.com/opinion/2024-02-25/exito-the-objective-koldosfera/">The Objective</a>.</div>J. A. Montanohttp://www.blogger.com/profile/14505889419175190750noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-14663999.post-48186481214182190722024-02-22T08:16:00.002+01:002024-02-23T20:15:14.548+01:00Al PSOE solo le queda Sánchez<div style="text-align: left;">Los resultados de las elecciones son en fin de cuentas hitos emocionales. Inyectan en cada partido un estado de ánimo que suele durar hasta las siguientes elecciones. Dicho estado de ánimo va siendo modulado por los altibajos de los acontecimientos; aunque estos no son decisivos: lo decisivo es la lucha por el poder, su consecución, su pérdida. Curiosamente, el ejercicio mismo del poder es secundario con respecto a su logro. Por eso casi todo el esfuerzo se va en las campañas, que duran en la práctica las legislaturas enteras. El político es un sujeto que prioritariamente se dedica a luchar por el poder y, con lo que le queda de tiempo y energía, a hacer cosas. (Salvo excepciones, es casi mejor para la ciudadanía que se dedique solo a lo primero.)</div><div style="text-align: left;"> </div><div style="text-align: left;">Los efectos anímicos del 28-M duraron hasta el 23-J, y los de estos han durado hasta el 18-F. Tras el 28-M el PP estuvo gallito y el PSOE achantado. Tras el 23-J, el PSOE gallito y el PP achantado. Tras el 18-F el PP vuelve a estar gallito y el PSOE achantado. Esto durará hasta las siguientes elecciones: las vascas, las europeas... Nuestros partidos políticos son como personajes de Almodóvar: permanentemente al borde de un ataque de nervios. O de Tennessee Williams: a punto del estallido emocional sobre el tejado de zinc caliente. Son ciclotímicos de libro, en ciclos marcados por las citas con las urnas.</div><div style="text-align: left;"> </div><div style="text-align: left;">Mientras que, gracias a su éxito el 18-F, en el PP parece haberse aplacado el impulso conspirador y los brutísticos puñales contra el César han vuelto a sus fundas, el desastre electoral gallego del PSOE ha sacado del desván el estado de ánimo derrotista que se esperaba el 23-J. Entonces hubo una inesperada tregua y han sido siete meses menos cinco días de alivio y obediencia al líder. Al líder lo siguen obedeciendo, pero se especula sobre malestares y discrepancias que no traspasan el ámbito conjetural. En cualquier caso, la existencia de estas especulaciones es el dato: tal vez no pase nada, pero esas especulaciones son lo que pasa.</div><div style="text-align: left;"> </div><div style="text-align: left;">Las noticias para el PSOE son muy malas y yo tengo la peor. Se habla de que con Sánchez abandonó su esencia, de que ha dejado de ser un partido de mayorías y ahora se limita a asociarse con populistas, comunistas, regionalistas, nacionalistas, proetarras, golpistas y delincuentes varios para mantenerse en el Gobierno; y que esto, como se ha visto en Galicia, lo llevará a la ruina. Se sueña vagamente con la posibilidad de la vuelta a un PSOE sin Sánchez, de nuevo sin Sánchez. Mi noticia peor es que eso no es posible porque ya entonces, cuando aún no estaba Sánchez ni se habían producido los destrozos de Sánchez, el PSOE no funcionaba.</div><div style="text-align: left;"> </div><div style="text-align: left;">Cuando llegó Sánchez, el PSOE se encontraba en un estado de atonía perdedora. Las primarias que se disputaron en 2017 entre Patxi López, Susana Díaz y Pedro Sánchez (de regreso este tras su salida forzada de 2016) eran en sí mismas un certificado de defunción del PSOE: ¡qué tres! Pero Sánchez le compró a Pablo Iglesias su estrategia de pactos, presentó la moción de censura y llegó a presidente. Un golpe con el que no contaba el PSOE y que le devolvió el poder al PSOE. Fue Sánchez el que lo sacó de la atonía perdedora, el que lo revitalizó. A partir de aquí, Sánchez extremó la sanchización del PSOE, desmantelando los dispositivos de crítica interna y sometiendo a los suyos a una fidelidad epiléptica. Pero no había otra. La noticia peor es que al PSOE solo le queda Sánchez. </div><div style="text-align: left;"> </div><div style="text-align: left;">* * * </div><div style="text-align: left;">En <a href="https://theobjective.com/elsubjetivo/opinion/2024-02-22/psoe-solo-queda-sanchez/">The Objective</a>.</div>J. A. Montanohttp://www.blogger.com/profile/14505889419175190750noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-14663999.post-17131480605902791082024-02-18T09:06:00.003+01:002024-02-19T01:59:37.090+01:00Galleguidad, vulgaridad y algo de picar[Montanoscopia] <div><br /></div><div><b>1</b>. Las encuestas sobre las elecciones autonómicas de Galicia llevan hoy a la izquierda gallega y a la derecha gallega a un estado de suma galleguidad: no se sabe (¡ni ellas lo saben!) si suben o si bajan. Esta noche las urnas sentenciarán, antigallegamente. </div><div><br /></div><div><b>2</b>. Feijóo tampoco sabe si sube o si baja, pero sí sabe que si baja puede hacerlo a sangrientos sótanos sacrificiales. Ahora que lo pienso, los partidos políticos son como los personajes de <i>La sociedad de la nieve</i>: si el avión se estrella, están dispuestos a comer carne humana. Sobre todo la del capitán. </div><div><br /></div><div><b>3</b>. De la misma manera que un mono tecleando infinitamente acaba escribiendo el <i>Quijote</i> (¡o <i>El manuscrito carmesí</i>!), Sánchez y yo teníamos que terminar cruzándonos en nuestras órbitas en algún momento. De repente nos vemos codo con codo defendiendo lo mismo, como colegas de toda la vida: la canción "Zorra" (¡que solo podría mejorar si se llamase "Guarrona", mi palabra favorita de los últimos meses!) y la maravillosa vulgaridad de Inés Hernand, tras su fascinante chisporroteo chabacano de los Goya, que fue entretenidísimo, a diferencia de los Goya. Ahora Sánchez y yo estamos solos defendiéndolas a ambas, mientras el puritanismo y el buen gusto nos cercan y acribillan. Pero yo por una buena causa moriré junto a usted, presidente. ¡Y que Idafe nos traiga algo de picar mientras tanto! </div><div><br /></div><div><b>4</b>. De "Zorra" ya he escrito, pero de Hernand aún no. Su <i>performance</i> en directo es lo más importante que ha pasado en la televisión española desde la borrachera de Arrabal en el programa de Dragó y, unos años antes, la entrevista de Paloma Chamorro a Genesis P-Orridge y la actuación de este con su grupo Psychic TV. Con Hernand, pues, regresó por un rato el espíritu de los ochenta, con su irreverente franqueza fisiológica de eructos y meadas, que en una mujer me quedan divinas (en un hombre tendrán también su público). Fue en ese contexto en el que Hernand piropeó a Sánchez llamándolo "icono", como a todo el mundo. Podría haberle llamado Erik Satie. Todos somos iconos, al fin y al cabo, y en este sentido Hernand fue una gran igualadora. Ignacio Jáuregui recordaba también los eructos y pedos de Gurruchaga con el desaparecido Senillosa, político que salió en otra ocasión duchándose en la tele con el culo al aire. De Senillosa, además de esto, recuerdo que por su boca oí por primera vez el nombre de Chateaubriand, cuyas <i>Memorias de ultratumba</i> son mi lectura cronogramada de 2024. ¡Todo encaja en este cambalache! </div><div><br /></div><div><b>5</b>. Contra Hernand se alzaron las voces del "buen gusto", encarnadas, por ejemplo, en tertulianas de argumentario de partido y en adocenados figurones de la convencionalidad televisiva. Eso es el "buen gusto", al cabo. Por ello los petardos (¡de hombros desnudos!) de Hernand estuvieron muy bien tirados. </div><div><br /></div><div><b>6</b>. El ministro Óscar Puente no se limita a ser un pedazo de carne orangutánica (¡no sabemos si comestible!), sino que encima piensa. Su idea de que la amnistía sirve para ahorrarle trabajo a la Justicia es brillante. Para seguir por ese camino, habría que despenalizar y/o amnistiar todos los delitos, y no solo aquellos que aúpan (y sobre los que se aúpa) el Gobierno. </div><div><br /></div><div><b>7</b>. El problema de Carmen Calvo, nueva presidenta del Consejo de Estado, no es que, como se exige para el cargo, no sea una "jurista de reconocido prestigio". Es que "de reconocido prestigio" no es ni jurista ni ninguna otra cosa. </div><div><br /></div><div><b>8</b>. Sánchez: "La única verdad de Feijóo es que todo en él es mentira". Los tiene cuadrados. Sánchez. (¡Idafe, dónde está lo de picar!) </div><div><br /></div><div>* * * </div><div>En <a href="https://theobjective.com/opinion/2024-02-18/galleguidad-vulgaridad-algo-de-picar/">The Objective</a>.</div>J. A. Montanohttp://www.blogger.com/profile/14505889419175190750noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-14663999.post-52558382284668061002024-02-15T08:30:00.020+01:002024-02-16T22:26:43.723+01:00Feijóo, niño dickensianoHay que comprender a Feijóo: mira por el escaparate de la pastelería cómo Sánchez se come todos los pasteles. Se los come porque puede comérselos; porque se lo permite y se lo permiten. Feijóo no tiene esa suerte, y la envidia. Con la carita pegada al cristal pone cara de niño pobre de Dickens. Se da pena, nos da pena.<div><br /></div><div>La ola de suicidios políticos del PP sigue imparable. Se suicidó políticamente Casado (¿alguien se acuerda de Casado?) y Feijóo tuvo un primer suicidio como futuro presidente en las elecciones de julio. Como apuntó Ignacio Varela, Feijóo las tenía ganadas y él solito las perdió. A Casado lo comparé en su día (¡lo miro y hace solo dos años y dos meses!) con el Tiriti, aquel motociclista Carlos Cardús que se saboteó un campeonato que tenía ganado arrancando cables de su moto en la última carrera. Feijóo ha demostrado ser el Tiriti II. Y como sigue en competición, sigue saboteándose.</div><div><br /></div><div>Hemos de resignarnos a que los políticos no sean nada, solo tecnócratas del poder. Esta es su esencia, su única función, su único valor (este último, tanto en la acepción de precio como la de principio). A partir de aquí, hay variaciones entre unos y otros, dependiendo (aparte del carácter singular de cada uno) de los límites que se pone y los límites que le ponen. De su, en resumidas cuentas, capacidad de maniobra; de su operatividad.</div><div><br /></div><div>Feijóo llegó de Galicia a Madrid con el plan inmediato de ser presidente del Gobierno. De presidente (de la Xunta de Galicia) a presidente (del Gobierno de España), ese era su plan. Cuando el 23-J ganó las elecciones generales pero no le dieron los números, vio que Sánchez podía comerle el pastel, que fue lo que ocurrió. Feijóo, dickensianamente, veía en el escaparate de la pastelería los votos de Junts, de ERC, del PNV... todos esos pasteles a los que Sánchez tenía fácil acceso pero él no. Y no se resignaba. Lo intentó, pero los pasteles se mostraron refractarios. Su pecado fue intentarlo, pero un niño de Dickens no podía hacer otra cosa. ¡Era tanto el deseo!</div><div><br /></div><div>Ahora el PSOE, que se comió todos los pasteles, le reprocha al PP que se le pasara por la cabeza probar alguno. La superioridad pastelera adopta también la escenificación de la superioridad moral. Forma igualmente parte de la lucha desigual, de ese tablero inclinado del que hablan Cayetana Álvarez de Toledo y Emilia Landaluce.</div><div><br /></div><div>Pero es un error seguir hablando de los políticos: desde el 23-J creo que ya solo se debe hablar del electorado (o de aquellos, en todo caso, como subproductos de este). Es la censura moral de la prensa y los votantes afines a cada partido (o a su orientación ideológica) los únicos que pueden impedir que un político se coma determinados pasteles. La glotonería de todo político por el poder tira hacia los pasteles, y los cogerá y se los comerá si nadie le para severamente la mano.</div><div><br /></div><div>A Feijóo se la han parado los suyos. A Alberto Garzón, por cierto, también: el chaparrón de críticas tras el anuncio de que iba a ingresar en el lobby transversal de Pepiño Blanco le ha hecho retractarse. Si Sánchez no tiene límites es porque su electorado no le pone límites, o porque él sabe ir ampliándolos pasito a pasito, como dice Daniel Gascón que se traspasan las líneas rojas.</div><div><br /></div><div>Recaiga, pues, la censura moral (aunque inútilmente, claro) en el electorado del PSOE: ese sector de la población embarcado en una lucha guerracivilista sin concesiones por el poder, puro franquismo sociológico de adhesión al líder.</div><div><br /></div><div>* * * </div><div>En <a href="https://theobjective.com/elsubjetivo/opinion/2024-02-15/feijoo-nino-dickensiano/">The Objective</a>.
</div>J. A. Montanohttp://www.blogger.com/profile/14505889419175190750noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-14663999.post-12000203370061143862024-02-11T09:19:00.003+01:002024-02-13T15:31:07.574+01:00'El País', los dos movimientos del sanchismo y Thomas Bernhard<div style="text-align: left;">[Montanoscopia]</div><div style="text-align: left;"> <b> </b></div><div style="text-align: left;"><b>1</b>. <i>El País</i> fue nuestra Madeleine. En esta frase confluyen las dos tramas en que llevo enredado desde enero: <i>Vértigo</i>, por el ensayo de Manuel Arias Maldonado sobre la película de Alfred Hitchcock, y <i>El País</i>, por el despido de Fernando Savater y la despedida de Félix de Azúa. Sin ellos el periódico ya no existe; al menos, <i>mi</i> periódico. El que queda es un habitáculo bajo la histórica cabecera para los trumpistas del sanchismo. Estuvimos hablando de ello tras la presentación en Madrid de <i>Ficción fatal</i>, en la que se resaltó la tragedia del pobre Scottie, enamorado de Madeleine, la mujer inexistente que crearon para él. Arcadi Espada había argumentado en su podcast y en su columna de <i>El Mundo</i> que en realidad <i>El País</i> nunca fue lo que pensábamos que era. El periódico que amamos nunca existió. Entonces lo dije: <i>El País</i> fue nuestra Madeleine. </div><div style="text-align: left;"> </div><div style="text-align: left;"><b>2</b>. (¡Otra entrada con el número dos!) El sanchismo ha fomentado dos movimientos simultáneos y en colisión, nefastos ambos a su manera: uno nefasto estéticamente, otro nefasto político-moralmente y ante todo intelectualmente. El primero, el energumenismo de los antisanchistas. El segundo, la obediencia ciega de los sanchistas. Los antisanchistas, fuera de nuestras casillas por las actuaciones de Sánchez, damos un espectáculo de obcecación que, aunque se corresponde con lo que está pasando, no queda bien y se desactiva a sí mismo. Los sanchistas, sin ninguna credibilidad porque se lo consienten todo al ya de sobra desacreditado Sánchez, se configuran como masa ciudadana perdida, acrítica, técnicamente franquista (de su Franco particular). Por los gobiernos de Sánchez sabemos algo que no sabíamos, o al menos no tan a fondo: haga lo que haga un presidente del PSOE, tendrá el apoyo incondicional por parte de los suyos. No hay conversación pública española. Solo hay una lucha de poder. Ante esto, no obstante, no debería incrementarse el energumenismo. Bastante es ya que se incremente la desesperación.
<b> </b></div><div style="text-align: left;"><b> </b></div><div style="text-align: left;"><b>3</b>. De pronto parece que empieza a ganar en España el Estado de derecho. Su fortaleza es lo que se prueba cuando advienen al poder (por legítimos medios democráticos, eso nadie lo pone en duda, pese a la propaganda que emiten) sátrapas como Trump, Bolsonaro o Sánchez. Otra cosa es la sociedad traumatizada y tensionada que dejan detrás. Su planteamiento es técnicamente el de una guerra civil: el fomento de los dos bandos irreconciliables que luchan para imponerse el uno al otro. El Estado de derecho es lo que queda de la antigua reconciliación: lo que queda y lo que se proyecta si mantiene su fuerza. Que el Estado de derecho en su puro ejercicio formal parezca que toma partido solo es el síntoma de la embrutecida situación.
<b> </b></div><div style="text-align: left;"><b> </b></div><div style="text-align: left;"><b>4</b>. Reordeno mi canon bernhardiano. A falta de <i>Helada</i> y <i>Trastorno</i> para haberme releído todas las novelas de Thomas Bernhard, pongo <i>Tala</i>, nada más terminarla, en la cumbre. Antes tenía <i>Corrección</i>, que sigue siendo la más radical y sin duda también una maestra, pero <i>Tala</i> es mejor: sublime, altísima en su nivel sin un solo decaimiento. Cerca estaría <i>Maestros antiguos</i>. Y luego, ya sí, <i>Corrección</i>. Junto a ellas, su otra obra maestra absoluta: la pentalogía autobiográfica (<i>El origen</i>, <i>El sótano</i>, <i>El aliento</i>, <i>El frío</i>, <i>Un niño</i>). Otras grandes novelas de las duras: las dos mencionadas al principio, <i>Helada</i> y <i>Trastorno</i>, más <i>La Calera</i> y<i> Extinción</i>. Otras grandes novelas de las ligeras: <i>Hormigón</i>, <i>El sobrino de Wittgenstein</i> (autobiográfica), <i>El malogrado</i>, <i>Sí</i>, <i>Los comebarato</i>. Y los cuentos. Y las obras de teatro. No están mal los poemas. A la pregunta de por dónde empezar a leer a Bernhard: por <i>Mis premios</i> o por sus libros de conversaciones. </div><div style="text-align: left;"> </div><div style="text-align: left;">* * * </div><div style="text-align: left;">En <a href="https://theobjective.com/espana/politica/2024-02-11/el-pais-sanchismo-bernhard/">The Objective</a>.</div>J. A. Montanohttp://www.blogger.com/profile/14505889419175190750noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-14663999.post-56979617418697984202024-02-08T07:40:00.004+01:002024-02-13T15:21:06.069+01:00Teoría de la zorra<div style="text-align: left;">Por fin me he puesto "Zorra": ¡es una gran canción festivalera! Un poco de aire fresco para Eurovisión, ese horrendo espacio hortero-folclórico en el que se manifiesta la peor Europa posible: la que yo llamo "la Europa de las autonomías". Todos los países tomados por sus tics autóctonos, bailando y canturreando sus jotas o sevillanas particulares. O peor: ¡sus aurreskus! Solo falta un etarra de cada país recibiendo el homenaje mientras devora pintxos pagados por el caserío. Frente a ellos, España manda a una emisaria hedonista, moderna, ¡savateriana!</div><div style="text-align: left;"> </div><div style="text-align: left;">Ya mencioné el canto a las "guarras y cachondas" de Fernando Savater en <i>Carne gobernada</i>. Allí cita esto memorable de Fernando Villalón: "Me gustan las mujeres que se quitan las medias a patadas". "Cachonda" se suele decir elogiosamente, con complicidad, jamás como insulto. "Eres una cachonda" no es ni puede ser un insulto, aunque lo pretendiera el que lo dice. "Eres una guarra" o "eres una zorra" sí pueden serlo y lo son habitualmente. Aunque no lo son necesariamente. En la frase de Savater no lo es. En la canción de Nebulossa tampoco. Son palabras redimidas ahí, por la intención del emisor o la emisora. Palabras desafiantes.</div><div style="text-align: left;"> </div><div style="text-align: left;">Ya lo hicieron en los ochenta las inevitables Vulpes con "Me gusta ser una zorra". Arremetieron entonces contra la canción las derechas nacionalistas y la derecha nacional, encabezadas por el <i>Abc</i> de Ansón, que montó una campaña de aúpa. Ver ahora a las feministas que claman contra "Zorra" alineadas con el <i>Abc</i> de Ansón es uno de los escasísimos premios que tiene cumplir años. Poder establecer estos puentes: ver exactamente de dónde manan la moralidad, la religión, la represión.</div><div style="text-align: left;"> </div><div style="text-align: left;">Esta provocación está muy vista, desde las frases de Mae West a la canción "Bitch" de los Rolling Stones, que recordaba nuestra Ruby Tuesday, o varias de Almodóvar & McNamara. Pero las ampollitas que ha levantado "Zorra" prueba que sigue estando operativa. El empaquetado de Nebulossa es inteligente, puesto que le rinde al espíritu de la época el "empoderando" y la coreografía de <i>zorras</i> masculinas (tacones, cueros y culos). Lo que hace es adueñarse de la imprecación y habitarla sin victimismo, sin culpa; con valentía y placer. Tal vez aquí haya una clave, por cierto. La zorra, además de obtener placer, lo da. A los hombres. Este es el problema para algunas antizorras.</div><div style="text-align: left;"> </div><div style="text-align: left;">Otra cosa, naturalmente, es que los hombres no estén a la altura de la mujer que se declara zorra. Lo escribió Jaime Gil de Biedma en los años sesenta en su poema "A una dama muy joven, separada". A esta, que ha abandonado su matrimonio, le dice el poeta: "Hoy vestida de corsario / en los bares se te ve / con seis amantes por banda / –Isabel, niña Isabel–, // sobre un taburete erguida, / radiante, despeinada / por un viento solo tuyo, / presidiendo la farra". Después: "De quién, al fin de una noche, / no te habrás enamorado / por quererte enamorar! / Y todos me lo han contado". Termina con estas dos estrofas crudas: "Que la sinceridad / con que te has entregado / no la comprenden ellos, / niña Isabel. Ten cuidado. // Porque estamos en España. / Porque son uno y lo mismo / los memos de tus amantes, / el bestia de tu marido". Contra estos, lo que proclamaba Agustín García Calvo (incluso, me resigno a ello, en la voz y con la musiquilla nada eurovisivas de Amancio Prada): "Libre te quiero, / como arroyo que brinca / de peña en peña. / Pero no mía".</div><div style="text-align: left;"> </div><div style="text-align: left;">Las cosas estaban así hasta que Pedro Sánchez ha incorporado a las zorras como entes gubernamentales. Para el presidente es o "Zorra" o el "Cara al sol". Menudo corte de rollo. </div><div style="text-align: left;"> </div><div style="text-align: left;">* * * </div><div style="text-align: left;">En <a href="https://theobjective.com/elsubjetivo/opinion/2024-02-08/teoria-zorra/">The Objective</a>.</div>J. A. Montanohttp://www.blogger.com/profile/14505889419175190750noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-14663999.post-41035437098992334962024-02-04T09:26:00.007+01:002024-02-07T10:32:56.723+01:00Gomá, Ana Belén, Sánchez y la fachosfera[Montanoscopia] <div><br /></div><div><b>1</b>. Vino Javier Gomá a Málaga a presentar, en conversación con Manuel Arias Maldonado, <i>Universal concreto</i> (Taurus). Intenté escribir sobre el libro cuando se publicó hace unos meses, pero me intimidaba su perfección. No se me ocurrían frases que no parecieran churretes en el cristal. En la sala se percibía la admiración (devoción en muchos casos) que Gomá despierta. Eran seres singulares: mujeres interesantes, abogados, profesores, algún poeta, algún artista, filósofos. Le prestaron su atención, como dice Gomá, y este les dedicó atenciones. Fue una sesión memorable. De un aspecto sí puedo escribir, desde fuera. Pregunté sobre ello. Hay algo borgiano, de personaje de Borges, en el Gomá de <i>Universal concreto</i>. El autor dice que no es una síntesis de su tetralogía de la ejemplaridad, sino un libro único: el libro que hubiera escrito desde el principio si hubiera podido, si hubiera sabido escribirlo. Los de la tetralogía, y los otros de su órbita que también ha venido escribiendo estos años, constituyen así una biblioteca sustitutoria, de tanteo. Estos libros no estaban preparando <i>Universal concreto</i>, sino que estaban preparando, junto con la experiencia de la vida, al autor capaz de escribirlo. </div><div><br /></div><div><b>2</b>. La presentación de <i>Universal concreto</i> tuvo lugar en el auditorio del Museo Picasso. En un momento dado se repitió lo de que este artista es el gran genio malagueño. Para mí es una afirmación falsa y tuve el impulso de hacer, con el micrófono que se nos brindaba al público, no mi pregunta, sino esta declaración: "¡El gran genio malagueño, el único al que reconozco, es Chiquito de la Calzada!". Pero en el ultimísimo momento opté por no alterar la velada que tan ejemplarmente transcurría. </div><div><br /></div><div><b>3</b>. En el avance de la entrevista de Jordi Évole a Ana Belén que esta noche se emite en La Sexta, el presentador le dice a la cantante que en los mítines de Vox suena por los altavoces su canción <i>España camisa blanca de mi esperanza</i>. Ana Belén, al borde del soponcio, sentencia: "No han entendido la canción". ¿Cómo que no? Es una canción perfectamente ultraderechista, como todas las del género cantautoril. Las dos cepas musicales reaccionarias han sido siempre en España la canción de autor y la tuna. Cantautores y tunos, se perciban a sí mismos como se perciban (los cantautores, ya sabemos, como progresistas a tope), son nuestros fascistas musicales realmente existentes. En los mítines de Vox deberían poner también <i>Clavelitos</i>. (¡Armas fascistas guitarras y bandurrias!) </div><div><br /></div><div><b>4</b>. Ana Belén no es propiamente cantautora, vale. El cantautor es Víctor Manuel, su marido. Pero con este forma una suerte de consorcio matrimonial-cantautoril. ¡Ellos son el verdadero Consorcio! Técnicamente Ana Belén es, pues, una cantautora. Y por lo tanto es un objetivo de mis denuestos anticantautoriles. "Toda la pobre inocencia de la gente", decía en otra canción. Tal vez el verso más pringosamente fascista (y no era de Víctor Manuel: ¡se te adelantaron, chato!) de toda la canción de autor. </div><div><br /></div><div><b>5</b>. El dispensador de chistes para uso del poder Idafe ha llegado a la cumbre. Después de que el ministro Puente se sirviese de lo de "fachosfera", lo ha hecho también el presidente Sánchez en una entrevista de <i>La Vanguardia</i>. "Toda esa fachosfera", dice Sánchez, "lo que hace es polarizar, insultar". Hablar de "fachosfera", en cambio, no es polarizar ni insultar. Ni hablar de "derrocar" al Gobierno, como si fuera un ente absolutista al que no se pudiera criticar (¡o no votar!) legítimamente, sin incurrir en delito. Los periodistas de <i>La Vanguardia</i> (lo señaló Alsina) le hicieron el favor a Sánchez de cambiar <i>derrocar</i> por <i>derrotar</i>. ¡Buenos chicos al servicio de Sánchez estos periodistas! </div><div><br /></div><div>* * * </div><div>En <a href="https://theobjective.com/opinion/2024-02-04/ana-belen-pedro-sanchez-fachosfera/">The Objective</a>.</div>J. A. Montanohttp://www.blogger.com/profile/14505889419175190750noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-14663999.post-41772036784906312162024-02-02T23:30:00.002+01:002024-02-03T00:39:48.757+01:00También Azúa[La Brújula (Opiniones ultramontanas), <a href=" https://www.ondacero.es/programas/la-brujula/programas-completos/brujula-222024_2024020265bd6d39b834070001f2ab98.html">3:52:11</a>] <div><br /></div><div>Buenas noches. Tampoco está ya Félix de Azúa en 'El País'. A este no lo han echado, sino que se ha ido voluntariamente por complicidad con su amigo Fernando Savater. Aunque hacía un tiempo que lo tenían confinado en Cultura, para que no se metiera en política. Con la desaparición de Savater y Azúa se extingue no solo mi último vínculo con 'El País', sino también con toda la prensa de papel. Ahora nada más la leo en digital (y a Savater y Azúa los seguiré leyendo en 'The Objective'), pero me pasó algo curioso en los años de transición. Entonces, después de leer a estos dos articulistas por internet, aún sentía necesidad de ir a comprar el periódico los días en que ellos (y únicamente ellos) publicaban. Azúa era el más puro. Tallaba sus columnas como poemas; pero no poemas blandos, sino duros: al modo de los pequeños poemas en prosa de Baudelaire. Dureza de diamante, con destellos crudos y a la vez bellísimos, que abrían el abismo encantado de la realidad: alucinaciones lúcidas también a lo Hölderlin. Jamás había alcanzado la prensa tal nivelazo. Su inteligencia estaba regada de humor, con frecuencia sarcástico. Su gusto por la gamberrada, de estirpe vanguardista, la mantiene ahora que le pirra disfrazarse de carcamal, con la misma sonrisilla. Su último petardo ha sido hablar del "terror feminista" que impera en la redacción de 'El País'. Caballeroso siempre, les ha permitido a las redactoras desahogarse contra él. Me encanta una foto que han puesto algunas en Twitter, perfectas, soberanas, habitando con plenitud y con gracia el mundo que hombres como Azúa ayudaron –naturalmente con ellas– a construir. Mi diversión es ver hoy a Azúa en estéreo, con su pasado y su presente juntos: obra de arte total en la época del acabamiento del arte.</div>J. A. Montanohttp://www.blogger.com/profile/14505889419175190750noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-14663999.post-88238966192835146912024-02-01T06:52:00.005+01:002024-02-07T10:28:29.541+01:00Savater en estilo tardíoDespués de que echasen a Fernando Savater de <i>El País</i> (ese periódico que de pronto hace aspavientos contra Puigdemont por su jugarreta a Sánchez: perro come perro) he leído <i>Carne gobernada</i> (Ariel), hermosamente crepuscular. Algunos paladares estropeados por el periodismo lo han minusvalorado, pero es un libro espléndido. La clave para su lectura es la de su escritura. Savater la asimila al <i>estilo tardío</i> que describió Edward Said; "una de cuyas características”, anota Savater, “es soportar mal los organigramas, presentarse con cierto desgarbo argumental y oponerse no solo a los gustos de la época sino a la propia obra anterior del autor". Y añade: "Cuando era más puntilloso (y presumido) por culpa de la juventud, me habría sonrojado el desaliño de estas páginas, pero ahora hasta gracia me hace". Un desaliño muy cuidado: baste observar ahí mismo la suave habilidad con que atenúa la asonancia entre <i>páginas</i> y <i>gracia</i>. Su estilo es tardío, pero se mantiene excelente. Recuerda a Montaigne (¡su <i>sprezzatura</i>!), o al John Lukacs de <i>Últimas voluntades</i>.<div><br /></div><div>De amor, deseo y política trata <i>Carne gobernada</i>. De lo contingente ("en elogio del tiempo convertido en suspiro"). De los temblores del cuerpo y las propulsiones de la imaginación. De los vicios que refuerzan, como el alcohol. De la edad debilitadora. Del sexo como "ancla de misericordia". De los baños en el mar. Hay un pujante canto al amor romántico y una gloriosa apología de las guarras. El recuerdo vivo de Pelo Cohete y los revolcones con K. Hay anécdotas y reflexiones. Razones y exabruptos. El pasado y el presente. San Sebastián, México, Italia. Literatura, cine y sueños. El tono es el de una cierta languidez con nervio, como una variación grata del Savater joven y el maduro. A los lectores que lo hemos apreciado siempre nos gusta esta prolongación recopilatoria, con paso distinto. Escribe de su ruptura con la izquierda, pero sigue defendiendo una socialdemocracia liberal. Sin los oscurantismos vigentes de los izquierdistas oficiales. El efecto podría pasar hoy por reaccionario: los catecúmenos lo azuzan en esa dirección. Pero avanza por las páginas con una encantadora libertad, entre despreocupada y destemplada, a ratos insolente o faltona, con esa "segunda inocencia, / que da en no creer en nada" de que habló Antonio Machado. Es por lo demás un libro entrañablemente sentimental.</div><div><br /></div><div>Los duros y certeros párrafos dedicados a <i>El País</i>, que parecen escritos para promover su expulsión, se leen ya como un epitafio. Epitafio más del periódico que de Savater. Aunque el espíritu de la época va con el periódico. Un signo es que uno de los colaboradores con los que se mete, Sergio del Molino (que se prestó a escribir un artículo contra él por encargo del entonces jefe de opinión, el maniobrero Jordi Gracia), ganó a los dos días el premio Alfaguara de novela, dejando a Savater como colgado del denuesto infructuoso. En otros tiempos era Savater el que ganaba los premios. Recuerdo que Salvador Pániker contaba en sus memorias que, cuando perdió el nacional de ensayo de 1982 con <i>Aproximación al origen</i> porque se lo dieron a Savater por <i>La tarea del héroe</i>, su competidor le parecía "insultantemente joven". Aquello ya se terminó, con la sabia colaboración del protagonista: era el precio de seguir vivo, disgustando cuando había que hacerlo. Entre los miembros del jurado del Alfaguara estaban este año los capitostes de la cultura Juan José Millás, Rosa Montero y Manuel Rivas, que nunca han meado fuera del tiesto sino siempre dentro, con soporífera previsibilidad. El libro de Del Molino será bueno. El anterior, <i>Un tal González</i>, era muy bueno. El mundo sigue su implacable marcha, antisavateriano.</div><div><br /></div><div>* * * </div><div>En <a href="https://theobjective.com/elsubjetivo/opinion/2024-02-01/savater-estilo-tardio/">The Objective</a>.</div>J. A. Montanohttp://www.blogger.com/profile/14505889419175190750noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-14663999.post-87366481203296118792024-01-28T08:57:00.002+01:002024-01-30T09:23:59.082+01:00'El País', Savater, lecturitas y charcutería<div style="text-align: left;">[Montanoscopia] </div><div style="text-align: left;"> </div><div style="text-align: left;"><b>1</b>. En efecto, <i>El País</i> acoge opiniones contrarias a su línea editorial. Esta es la gloria del periódico. Y su desgracia es que los artículos disidentes suelen ser los mejores de cada número, a enorme distancia del resto. La opinión oficial es la raquítica. Esto en sí mismo debe de resultar humillante. Aunque en el caso de Fernando Savater no ha bastado. Ha hecho falta que el colaborador la emprendiera abiertamente contra el periódico –contra la cabecera, la línea editorial y los compañeros– para que este tomara la drástica medida de expulsarlo. </div><div style="text-align: left;"> </div><div style="text-align: left;"><b>2</b>. El conflicto resulta interesante. Por un lado, al colaborador hay que exigirle una cortesía básica (más que fidelidad) con el medio; y también (aunque sobre esto tengo alguna duda) hacia sus compañeros. Si esto se incumple, el medio tendrá razones para despedirlo. Por otro lado, ¿qué se puede hacer cuando el medio forma parte en sí mismo de la actualidad, de la actualidad criticable? No se trata ahora, en el caso de <i>El País</i>, de que un periódico esté apoyando a un presidente. Se trata de que está apoyando a un Trump. En España tenemos a un Trump apoyado por el <i>New York Times</i>. Esta es la grave situación que ha denunciado, con inevitable descortesía y a costa de su colaboración, Savater. </div><div style="text-align: left;"> </div><div style="text-align: left;"><b>3</b>. A partir de aquí, no se nos ha ahorrado el espectaculito de la redactora que celebra el despido en concienzudas parrafadas acusicas, inquisitoriales, con el aplauso del bobalicón mandibular. </div><div style="text-align: left;"> </div><div style="text-align: left;"><b>4</b>. Leo la investigación de <i>El País</i> sobre las denuncias de agresión sexual de varias mujeres contra el director Carlos Vermut (en la que aprendo, por cierto, que este apellido era pseudónimo). Siempre me quedo noqueado con los detalles, por medio de los cuales suele exhibir su sordidez la realidad, esa cosa cruda, habitualmente destripada. En espera de lo que digan los jueces, me llama la atención la respuesta escandalizada al milímetro, puramente escenográfica, de ciertos gañanes del cine español. Si los hechos no fueran tan graves, podría decirse que tal impostación los delata; como mínimo, debería dar pie a nuevas investigaciones. </div><div style="text-align: left;"> </div><div style="text-align: left;"><b>5</b>. Urtasun. Lo que faltaba: un ministro de Cultura con lecturitas. </div><div style="text-align: left;"> </div><div style="text-align: left;"><b>6</b>. Esteban González Pons, del PP, dice que el Tribunal Constitucional es "el cáncer del Estado de derecho" y Aina Vidal, de Sumar, responde hablando de su cáncer. Este es el nivel insufrible, la charcutería cotidiana. Ponen sus padecimientos en el mostrador, para sacarles automática rentabilidad política. La vida no les enseña nada, solo a comerciar con todo. Luego hablan del capitalismo. </div><div style="text-align: left;"> </div><div style="text-align: left;"><b>7</b>. Mi amigo Weil está deshaciéndose de su biblioteca, una de las mejores que conocí. Es por puro hastío físico de los libros. Quiere dejarse solo una estantería elemental. Me cuenta algo interesante. En la librería de segunda mano a la que fue a vender no le quisieron comprar ninguna novela española ni hispanoamericana anterior al año 2000; ninguna, con excepción de las de Javier Marías. </div><div style="text-align: left;"> </div><div style="text-align: left;"><b>8</b>. "Sabemos más sobre el universo que sobre el cerebro de las mujeres", dice la neurocientífica Susana Carmona. Poco a poco la ciencia se va aproximando a saber lo que sabe cualquier <i>desgraciao</i>. (Y <i>desgraciaos</i> somos todos menos Bertín Osborne.) </div><div style="text-align: left;"> </div><div style="text-align: left;"><b>9</b>. Esto de que seamos todos (puede que también Bertín Osborne) unos pobres <i>desgraciaos</i> es la conclusión a la que se va llegando en la vida. Todos somos unos pobres diablos. Desde esta atalaya ecuménica, qué tontas se ven las peleas, las discusiones; especialmente aquellas en las que participamos. No dejan de ser entretenidas, pero son sobre todo ridículas, patéticas. Tendríamos que ser monjes zen. Es la única salida digna que se me ocurre. </div><div style="text-align: left;"> </div><div style="text-align: left;">* * * </div><div style="text-align: left;">En <a href="https://theobjective.com/opinion/2024-01-28/el-pais-despido-savater/">The Objective</a>.</div>J. A. Montanohttp://www.blogger.com/profile/14505889419175190750noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-14663999.post-50782043124050130102024-01-26T23:30:00.022+01:002024-01-27T00:23:56.029+01:00En la juventud y en la vejez, Savater<p>[La Brújula (Opiniones ultramontanas), <a href="https://www.ondacero.es/programas/la-brujula/programas-completos/brujula-2612024_2024012665b432ccc3cb300001039833.html">3:43:05</a>] </p><p>Buenas noches. Han echado a Savater de <i>El País</i>. O mejor: Savater ha hecho que lo echen de <i>El País</i>. La situación era ya insostenible. No por cómo es Savater, sino por cómo es <i>El País</i>, por el periódico en el que se ha convertido. Savater sobraba en <i>El País</i>, como sobrábamos los viejos lectores: aquellos para los que <i>El País</i> era ante todo el periódico de Savater. Su expulsión es una clarificación. He recibido la noticia con melancolía, pero confieso que también con regocijo, porque prueba que Savater sigue vivito y molestando. Ha estado toda su vida así, se dice pronto. Ha escapado del embalsamamiento. La fórmula se puede enunciar fácilmente, aunque lo difícil es llevarla a la práctica: ha estado siempre contra los curas, contra los opresores, contra los pesados, contra los estafadores intelectuales, contra los cenizos. Su talento ha sido saber detectar (y detestar) a los de cada época, porque van variando. Esa habilidad admirable es la que le ha dado vidilla, y a sus lectores con él. Para muchos, entre los que me cuento, Savater ha sido el gran revitalizador. Pero aunque nos lo hemos pasado pipa con sus polémicas, hay un Savater aún mejor, que corre el riesgo de quedar ensombrecido por los fogonazos del otro: el Savater puramente escritor, mi escritor favorito, el número uno para mí. El dueño de la prosa más ligera y transparente, ágil, crujiente, vibrante, emocionante, divertida. Como dijiste, querido Rafa, en la memorable entrevista que le hiciste la noche de Reyes, su obra maestra es su autobiografía: <i>Mira por dónde</i>, que tiene esa continuación triste que es <i>La peor parte</i>, igual de buena. Ahora publica <i>Carne gobernada</i>, otro bello libro memorialístico, escrito con ese "estilo tardío" que celebra en el prólogo. En la juventud y en la vejez, Savater.</p>J. A. Montanohttp://www.blogger.com/profile/14505889419175190750noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-14663999.post-39892423984819768402024-01-25T09:09:00.005+01:002024-01-30T09:17:48.060+01:00Porno duro y terrorismo blando<div style="text-align: left;">El Gobierno está en contra del porno duro y a favor del terrorismo blando. La gracia es que con lo segundo practica lo primero y con lo primero practica lo segundo: estar en contra del porno duro es terrorismo blando; estar a favor del terrorismo blando es porno duro.</div><div style="text-align: left;"> </div><div style="text-align: left;">Para estas dos aventuras distintas el Gobierno exige algo común: el DNI. Pronto deberá mostrar su carnet de identidad quien quiera acceder a las webs de porno duro. Y el carnet será imprescindible para ejercer (o haber ejercido) el terrorismo blando: solo si se comprueba que el portador es independentista, gozará de impunidad. Sugiero que para aligerar la carga burocrática el Gobierno cree bases de datos cruzadas: con ello al usuario le bastará una única mostración del DNI para hacerse una paja y poner una bomba respetuosa con los derechos humanos. (La paja, aprovechando un hueco legislativo, sí podrá ser irrespetuosa con los derechos humanos.)</div><div style="text-align: left;"> </div><div style="text-align: left;">Por estas cosas la legislatura está siendo irresistible. Sánchez se supera a sí mismo como únicamente logran hacerlo los genios. Me separo aquí de mis anticlimáticos colegas columnistas que se llevan las manos a la cabeza con cada cruce de línea roja. Son como esos lectores rudimentarios que no entienden las obras experimentales porque no aciertan a desvelar sus leyes. La ley de este Gobierno es que el trazado de líneas rojas constituye su verdadero programa electoral. El programa electoral oficial se publica solo pensando en los Cercas de la vida, esos para los que la comprensión lectora (Sánchez <i>dixit</i>) es "dura de roer".</div><div style="text-align: left;"> </div><div style="text-align: left;">Sánchez, por lo demás, no ha mentido. Ya no miente. Es decir, ya no engaña a nadie. Y el que no engaña no miente: no podría hacerlo ni aunque lo pretendiera. El electorado español votó en las últimas elecciones generales a un hombre desprendido de su palabra. Un hombre del que ya se sabía contrastadamente que era así. Desde entonces, Sánchez no está danzando su danza solo, sino que la está danzando de la mano del electorado español. Este es corresponsable de todos y cada uno de sus pasos de danza.</div><div style="text-align: left;"> </div><div style="text-align: left;">A veces pienso que si Sánchez hubiese caído electoralmente el 23-J nos habríamos perdido lo mejor. Aunque todo lo que está haciendo desde entonces sigue la lógica estricta de lo que había hecho antes, reconozco que el despliegue está siendo espectacular. Es un striptease moral en toda regla. Su desnudamiento del alma, y con él el de su Gobierno y el de su partido (ese PSOE que ya es solo el PSOE de Sánchez), está alcanzando una radicalidad inaudita. Es porno duro no, lo siguiente. Es una especie de taxidermia de los principios, un vaciado bestial pero sin echar luego serrín en el hueco, que queda puro. Lo precioso, como prueba de la inextricable unidad del alma con el lenguaje, es que este ha debido ser vaciado también. Sánchez es una Salomé que se despoja se todos sus velos exteriores e interiores: "desnudez total" (Donne).</div><div style="text-align: left;"> </div><div style="text-align: left;">Lo de hacer necesidad virtud como dijo el presidente implica hacer de las líneas rojas la gasolina para su cabalgada. Pero el Gobierno está a punto de encontrarse con un insidioso obstáculo: ese camino de baldosas no amarillas sino coloradas de Dorothy Sánchez y sus amiguitos se agota. Cada vez quedan menos líneas sin traspasar. Pero su escasez las vuelve más valiosas, más prometadoras. ¿Se detendrá Sánchez ante ellas o se impondrá su férrea lógica? El caso es que son ya líneas rojas muy extremadas. Aparte del referéndum de autodeterminación, se me ocurren dos: el terrorismo duro y el porno blando. (¡Esta última sería ya intolerable!)</div><div style="text-align: left;"> </div><div style="text-align: left;">* * * </div><div style="text-align: left;">En <a href="https://theobjective.com/elsubjetivo/opinion/2024-01-25/porno-duro-terrorismo-blando/">The Objective</a>.</div>J. A. Montanohttp://www.blogger.com/profile/14505889419175190750noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-14663999.post-66857517023014995712024-01-21T05:19:00.003+01:002024-01-22T08:30:01.034+01:00Insolencias, listas, ideas y pajas con DNI[Montanoscopia] <div><br /></div><div><b>1</b>. Sublime el espectáculo de una mujer libre, en particular cuando muestra insolencia ante un caricato. Ha ocurrido ahora con Sofía Vergara y Pablo Motos en <i>El Hormiguero</i>, pero se dio aún mejor cuando, en los noventa, Máximo Pradera y Fernando Schwartz llevaron a Isabelle Huppert a <i>Lo + Plus</i>. Su altivez ante los dos homúnculos, naturalmente <i>desenfadados</i>, fue antológica. Con qué desprecio recibía sus chistecillos, sus intentos de <i>dinamizar</i> la media hora televisiva... Huppert no descendió en ningún segundo: con dignidad de esfinge, imponía seriedad, rigor, inteligencia. Los saltimbanquis que la entrevistaban, en los que residía el espíritu de aquella década espumosa, se iban ahorcando a sí mismos en su gestualidad de graciosetes sin gracia. Fue inolvidable y no lo he olvidado. </div><div><br /></div><div><b>2</b>. En la última comida de las listas, institución malagueña en que un grupo de amigos y amigas (¡ellas son las listas!) nos reunimos en enero para comentar nuestras listas de lecturas del año recién concluido, encuentro bizarro que saboreamos con fruición, surgió un tema interesante: cómo la pérdida de tensión moral de un escritor se transmite a su obra, aflojándola también. Una novela de 2023 era un buen ejemplo. El pancismo político se paga; quizá no en vida (esta puede prosperar y de hecho prospera), pero sí en obra. </div><div><br /></div><div><b>3</b>. Ya vuelve Trump a darles ocasión a los sanchistas de denunciar los vicios políticos que celebran en Sánchez. </div><div><br /></div><div><b>4</b>. Los ataques del Gobierno a la Justicia (ataques puramente trumpistas) son la expresión exacta de lo que ocurre. Puesto que el Gobierno negocia con delincuentes huidos de la Justicia, es lógico que perciba a esta como contraria a sus planes. La acción de la Justicia es un obstáculo para el Gobierno. </div><div><br /></div><div><b>5</b>. No hay que perder de vista lo fundamental: la amnistía es la impunidad para nuestra ultraderecha realmente existente. </div><div><br /></div><div><b>6</b>. Nunca el PSOE ha sido menos respetable y nunca he hecho más patéticos esfuerzos por hacerse respetar. </div><div><br /></div><div><b>7</b>. Odian a quienes no les adoran –mientras no hacen otra cosa que volverse odiosos. </div><div><br /></div><div><b>8</b>. Con qué frivolidad se habla de las "ideas" de la actriz Ituño. Lo suyo ha sido otra cosa: apoyar a los que asesinaban, secuestraban y extorsionaban con coartada política; de carácter nazi además, parte constitutiva del cual era acabar (esta vez sí) con las ideas de los otros. Pero en España basta que este carácter nazi se presente como progresista para que lo hagan suyo nuestros, así llamados, hombres y mujeres de la cultura, asiduos exhibicionistas de su deshonestidad brutal. </div><div><br /></div><div><b>9</b>. Al cabo, nuestra izquierda prueba hoy en España lo que durante siglos probó la Iglesia: la relación directísima entre la moralización y la inmoralidad. </div><div><br /></div><div><b>10</b>. Hay dos formas de hacerse notar, con inteligencia o con efectismo. Yo estoy con el efectismo, por eso me cae bien el bufón Idafe, que surte de chistes al poder. Fue memorable cuando el orangutánico ministro Puente hizo suyo lo de la <i>fachosfera</i>, ese ámbito donde Idafe mete a todo aquel que ose cuestionar a Sánchez; o sea, a todo lo que quede fuera de la prensa del movimiento. Idafe le da un toque <i>Arriba</i> o <i>El Alcázar</i> a <i>El País</i>. O mejor (o peor): un toque <i>Egin</i> o <i>Gara</i>. Idafe es un Maite Soroa sin tiros; o mejor (o peor): el Maite Soroa del BOE. </div><div><br /></div><div><b>11</b>. Habrá que dar el DNI para hacerse pajas. No sé aún si eso me pone o me quita. Lo que está claro es que ya sí será literal que el Estado nos va a tener cogidos de los huevos. </div><div><br /></div><div><b>12</b>. Por lo demás, para pornografía la de los sanchistas. ¡Inenarrable entrega! </div><div><br /></div><div>* * * </div><div>En <a href="https://theobjective.com/opinion/2024-01-21/insolencias-listas-ideas-y-pajas-con-dni/">The Objective</a>.</div>J. A. Montanohttp://www.blogger.com/profile/14505889419175190750noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-14663999.post-52681770195316355352024-01-19T23:30:00.020+01:002024-01-20T00:01:42.801+01:00Todos los filósofos hablan de Sánchez<p>[La Brújula (Opiniones ultramontanas), <a href="https://www.ondacero.es/programas/la-brujula/programas-completos/brujula-19012024_2024011965aafbffd8aa250001cc3010.html">4:05:43</a>] </p><p>Buenas noches. Lamento traer de nuevo a Pedro Sánchez a esta sección que, pese a sus participantes, sigue siendo más o menos cultural. Pero es que el presidente insiste en invadir nuestro terreno. No solo publica libros, sino que hace sus pinitos en filosofía. Ahora ha citado a Aristóteles: "La verdad es la realidad". Le ha dado un significado sanchista, pero esto no es lo importante. Lo importante es que a Sánchez se le ha metido el gusanillo de la filosofía y ha descubierto que también puede darles un significado sanchista a los demás filósofos. A Tales de Mileto, que afirmó que "el agua es el origen de todas las cosas", habría que interpretarlo así: "Sánchez es el origen de todas las cosas". Lo de Heráclito es diáfano: "Nadie se baña dos veces en el mismo Sánchez". Sócrates: "Solo sé que no sé nada... si no me lo sopla Sánchez". De Platón es el mito de la caverna, que hay que entender como "caverna mediática": aquella que se opone a Sánchez. Los teólogos de la Edad Media decían que "la filosofía es la criada de la fe", o sea, de la fe en Sánchez. La modernidad empieza con el célebre razonamiento de Descartes: "Pienso, luego voto a Sánchez". Para Hume lo principal eran los sentidos, y nadie quita el <i>sentío</i> como Sánchez. Kant distinguía entre el fenómeno y el noúmeno. Está claro que el que es un fenómeno es Sánchez; ¡y un noúmeno si se lo propone! Nietzsche habló del superhombre, que no hay ni que decir quién es. Y Wittgenstein dijo que "de lo que no se puede hablar es mejor callar". Salvo que se sea Sánchez. Pero el favorito del presidente es un filósofo medieval que, como él mismo, le echaba huevazos. Por supuesto, hablo de Duns Scroto.</p>J. A. Montanohttp://www.blogger.com/profile/14505889419175190750noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-14663999.post-1541909608840441722024-01-18T07:12:00.006+01:002024-01-19T08:57:36.811+01:00Literatura desde la atalaya-farmaciaEl primer tomo del <i>Diario de cabotaje</i> de Rafael Maldonado, <i>Una inmensa soledad (2014-2015)</i> (Anantes), se publicó <a href="https://joseantoniomontano.blogspot.com/2020/03/un-diario-logrado.html">en pleno confinamiento</a>. Ahora sale el segundo, <i>De mis sombras, hijo</i> (<a href="https://www.editorialconfluencias.com/producto/de-mis-sombras-hijo/">Confluencias</a>), que comprende 2016-2017.<div><br /></div><div>El título está tomado de un poema de Luis Rosales que termina así (y da una de las claves de la obra): "Desde que tus pasos / me abren el camino, / casi estoy viviendo / desanochecido; / para hacerme vida, / para hacerme sitio, / todo se está haciendo / de nuevo contigo, / hijo de mi carne, / de mis sombras, hijo". El misterio inaugural de la paternidad, con el reconocimiento de la genealogía de padres, abuelos y bisabuelos, recorre estas páginas que conjugan la visión del mundo del autor, más bien oscura, pesimista, fatal, con el milagro del ser al que ha dado vida. Ante el nacimiento de este, lo de antes parece "un entrenamiento, un boceto, una existencia hecha a vuela pluma por un dios guasón y perezoso". Le escribe al hijo: "para mí el mundo tiene tu edad". Pero también: "ser padre es tener miedo".</div><div><br /></div><div>Al estar este diario dirigido al hijo, muchos de sus pasajes recuerdan en el tono (lo dice el propio autor) a las cartas a Lucilio de Séneca. Su día a día se resuelve en enseñanzas sobre el oficio de vivir; enseñanzas no dogmáticas, sino abiertas, sin moraleja: la enseñanza a veces consiste en la descripción, la contemplación o la simple experiencia, con proyección literaria. El padre da cuenta de su vida con el hijo como destinatario, para que idealmente lea el libro en el futuro y sepa de dónde viene y también lo que le espera. Y que le acompañe.</div><div><br /></div><div>Es interesante cómo Maldonado, cuya vocación es la de novelista (y cuentista) devoto del <i>grand style</i> que promoviera su admirado Juan Benet, utiliza recursos específicos en sus diarios, como si el género desnudo le supiera a poco y tuviera que arroparlo con dispositivos narrativos. <i>Una inmensa soledad</i> estaba escrito en tercera persona (el autor alcanzaba así hechuras de personaje) y <i>De mis sombras, hijo</i> en segunda (cuando se dirige al hijo) y en primera (cuando habla de sí); repertorio que me evoca el título de Jaime Gil de Biedma <i>Las personas del verbo</i>. El buen hacer literario del autor impide que este juego ahogue una característica esencial de todo diario: la transmisión de la intimidad. En efecto, el texto logra tener empaque estilístico al tiempo que la vida del autor late en él; la vida presente y también la pasada, ya que, junto con la consignación de la cotidianidad, hay momentos casi proustianas de reconstrucción biográfica y familiar.</div><div><br /></div><div>Paternidad (y filiación) al margen, un doble eje articula <i>De mis sombras, hijo</i>: el del trabajo en la farmacia del autor (en Coín, un pueblo de la provincia de Málaga al que acude desde la Fuengirola en la que vive) y el de su pasión literaria. Su profesión de farmacéutico le brinda estabilidad económica, gracias a la cual no tiene que malbaratarse como escritor, y a la vez lo coloca en su "atalaya-farmacia, desde donde se otean mejor que en ningún sitio el dolor, la enfermedad y la muerte". Este asiduo "contacto con el alma humana" revierte en su literatura. La "cercanía al dolor humano" que le proporciona la farmacia, escribe Maldonado, "me hará, andando el tiempo, mejor escritor que si mi formación y quehacer fuese humanístico".</div><div><br /></div><div>Pero la vida de <i>De mis sombras, hijo</i> es completa, y por lo tanto también luminosa. Maldonado celebra una frase de Montaigne: "Todo lo hago con alegría". Y la buena literatura, contenga lo que contenga, siempre contiene el placer de la literatura. </div><div><br /></div><div>* * * </div><div>En <a href="https://theobjective.com/elsubjetivo/opinion/2024-01-18/literatura-desde-atalaya-farmacia/">The Objective</a>.</div>J. A. Montanohttp://www.blogger.com/profile/14505889419175190750noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-14663999.post-79378252549262193992024-01-14T07:43:00.004+01:002024-01-17T09:58:42.312+01:00Espiral de 'Vértigo', el hombre disponible y los Cercas de la vida[Montanoscopia] <div><br /></div><div><b>1</b>. El fértil ensayo de Manuel Arias Maldonado sobre <i>Vértigo</i> de Alfred Hitchcock, <i>Ficción fatal</i> (<a href="https://www.penguinlibros.com/es/arte-cine-y-musica/336119-ebook-ficcion-fatal-9788430626397">Taurus</a>), sobre el que escribí <a href="https://joseantoniomontano.blogspot.com/2024/01/vertigo-belleza-intoxicante.html">el jueves</a>, me sigue dando vueltas. Me he obsesionado también con la película, con un mayor grado de refinamiento: es una obsesión en espiral, que vuelve sobre lo mismo cada vez desde distinto nivel. La espiral precisamente es uno de los emblemas de <i>Vértigo</i>, que va desde el moño rubio de Madeleine (Kim Novak) al sueño de Scottie (James Stewart) o la escalera del campanario, y ya estaba en los créditos de Saul Bass, y está en todo momento en la música wagneriana de Bernard Hermann. Ahora que se ha editado el <i>Petrarca</i> de Francisco Rico (<a href="https://arpaeditores.com/products/petrarca">Arpa</a>), he caído en que la estructura de <i>Vértigo</i> es la misma que la del <i>Cancionero</i> del humanista italiano: primera parte, en vida de Laura; segunda parte, en muerte de Laura. Las grandes obras de la cultura, como <i>Vértigo</i>, permiten tales proyecciones. Arias Maldonado, en la sección sobre la genealogía de la película, se refiere a este juego inagotable: que tiene sentido mientras se mantiene como juego, como estimulación poética, y lo pierde cuando se vuelve pomposo y rígido, sin gracia. En mi caso, esta asociación con Petrarca le ha imprimido otro giro estimulante a la espiral. </div><div><br /></div><div><b>2</b>. Arias Maldonado resalta una figura memorable en la que ya se fijó Eugenio Trías en <i>Vértigo y pasión</i>: la de "el hombre disponible". Escribe Arias Maldonado: "forma parte de esa galería de tipos hitchcockianos a los que les pasan cosas porque se encuentran libres de toda ocupación". Scottie, que se refiere a sí mismo como "the available Ferguson" (su nombre es John Ferguson), es "un eterno soltero sin familia que cuidar y disponible para quien lo reclame". Un hombre, sigue Arias Maldonado, "que se mantenía secretamente a la expectativa: por si algún día llegaba a pasar algo". "¡Vaya si pasa!", concluye Arias Maldonado; y sintetiza la peripecia: "de la melancolía a la desesperación". Esta figura modernísima tiene que ver (sigo con las asociaciones) con "el hombre del subsuelo" de Dostoyeski, "el hombre de la multitud" de Poe o el "flâneur" de Baudelaire; también con los surrealistas que callejeaban y se encomendaban a los encuentros (Arias Maldonado emparenta <i>Vértigo</i> con <i>Nadja</i> de André Breton). Hombre (o mujer) disponible es igualmente el espectador de la sala de cine, expuesto durante dos horas a lo que le pase con la película. </div><div><br /></div><div><b>3</b>. Mientras me ensimismo en <i>Vértigo</i>, no puedo dejar de atender la gran noticia nacional de la semana, que no es otra que la persistencia en mi alejamiento de Twitter. ¡Soy noticia, sí! ¡Al menos en mi <i>Montanoscopia</i>! Pero no se impacienten, que tiene que ver con la otra. Asistí al esperpento sanchista del PSOE (y todo el PSOE es ya un esperpento sanchista, incluido el entrañable Page) con una distancia, por emplear aquel maravilloso adjetivo de Ortega y Gasset, <i>sportiva</i>. Estar fuera de Twitter, es decir, estar liberado de la reacción instantánea ante la actualidad, hace que en esta se imponga su carácter fantasmagórico. Una fantasmagoría, ciertamente, que nos masacrará, pero al menos lo hará de una vez, la definitiva, sin que uno haya tenido que ir de acompañante durante todo el proceso. Twitter es ese arrastre, esa descomposición continua. Por otro lado yo estoy feliz, viendo cómo tendrán lo que se merecen aquellos que votaron a Sánchez sabiendo lo que era exactamente Sánchez. Será también la desgracia de los que no votaron a Sánchez, una desgracia injusta; pero cuantísima justicia en la ruina política y moral (¡ojalá que también económica!) de los Cercas de la vida. </div><div><br /></div><div>* * * </div><div>En <a href="https://theobjective.com/opinion/2024-01-14/vertigo-critica-social-cine/">The Objective</a>.</div>J. A. Montanohttp://www.blogger.com/profile/14505889419175190750noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-14663999.post-37494162873733233162024-01-13T20:38:00.001+01:002024-01-13T20:38:31.114+01:00Guerrero-Strachan sobre 'Oficio pasajero'<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxhPzpAo5liVBg-rAACOsIHYl7t3Lc7w87Ea7x3hXeQImDv8pDrX0_p33Rretlavn1B7pKrX67YYN5LcV-S0YVAmjAW1-q7cJ8t4p4oIVIgGlf4M9jfStRfVpIcZkyjV08S8g0Z-mzD0cIy_tVYg9v0xHVmlLMKolFl6iMuYmGKAEAZNf6R98x6Q/s902/2B3D7838-BF3E-49C8-93A0-8310109B5ECE.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="424" data-original-width="902" height="150" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxhPzpAo5liVBg-rAACOsIHYl7t3Lc7w87Ea7x3hXeQImDv8pDrX0_p33Rretlavn1B7pKrX67YYN5LcV-S0YVAmjAW1-q7cJ8t4p4oIVIgGlf4M9jfStRfVpIcZkyjV08S8g0Z-mzD0cIy_tVYg9v0xHVmlLMKolFl6iMuYmGKAEAZNf6R98x6Q/s320/2B3D7838-BF3E-49C8-93A0-8310109B5ECE.jpeg" width="320" /></a></div><br /><p></p>J. A. Montanohttp://www.blogger.com/profile/14505889419175190750noreply@blogger.com