2.10.07

El ano de Verlaine

Las biografías rigurosas siempre acaban aportando detalles de un realismo grosero. En el Rimbaud de Graham Robb, por ejemplo, queda consignada la descripción del ano de Verlaine hecha por los médicos que fueron a examinarlo a la cárcel el 16 de julio de 1873:
El ano se dilata claramente mediante una ligera separación de las nalgas, hasta alcanzar una profundidad de una pulgada. Este movimiento revela un infundíbulo ensanchado, semejante a un cono truncado de vértice convexo. Los pliegues del esfínter no presentan heridas ni marcas... Contractibilidad: se mantiene casi normal.

Como bien señala el biógrafo, esa prosa médica es más obscena que la del "Soneto al ojo del culo", escrito a medias por Verlaine y Rimbaud. Es más, ahora los dos cuartetos de Verlaine parecen de un lirismo entrañable:


Obscuro y fruncido como un clavel violeta
respira, humildemente tapizado entre el musgo
húmedo aún de amor que sigue la rampa dulce
de las blancas nalgas hasta el borde de su dobladillo.

Filamentos semejantes a lágrimas de leche
lloraron bajo el austro cruel que los repulsa
a través de pequeños cuajarones de estiércol roso,
para irse a perder donde la pendiente los requería.

Se entera uno también de cosas tremendas de nuestros antepasados. La madre de Verlaine guardaba en su dormitorio, metidos en sendos tarros de conserva, los cadáveres de dos hijos "mortinatos". Un día Verlaine, ya adulto, estando borracho de visita, hizo añicos los tarros "y tiró a sus hermanos al suelo".

Por lo demás, la lectura que estoy haciendo, paralela a la de la biografía, de los poemas de Rimbaud me está dejando un regusto exultante. Yo los había leído hace mucho, pero ahora veo que lo hice mal: me llegó lo de "¡que se rompa mi quilla!", y algún que otro relámpago conocido; pero no había sabido apreciar su violencia escatológica, su escabrosa exasperación.