28.6.06

Borrón y cuenta vieja

Va llegando la hora de decir que si el proceso de paz fracasa va a haber un responsable claro. Sin duda es la dirección del Partido Popular y toda una serie de fuerzas que le están siguiendo... Hace falta que los españoles vayan dándose cuenta que el señor Otegi, cualquiera que sea su pasado, y los dirigentes de ETA, que han hecho la propuesta de negociar la paz... cualquiera que sean sus crímenes están mostrando más sentido de la responsabilidad que esos dirigentes del Partido Popular que quieren que a toda costa que en España siga asesinándose, matándose y que no haya paz. (Santiago Carrillo)
Lo de Carrillo es patético. Es el ejemplo de cómo la gente no se sabe estar quieta, y cuando hace algo bien en la vida, inmediatamente pasa a deshacerlo y emborronarlo.

Para los de mi edad, que no habíamos conocido al Carrillo de la peluca (y menos aún al de Paracuellos), el tipo no era más que ese estólido anciano que hablaba espesamente en el Parlamento. Jamás le prestamos atención porque el hombre jamás dijo nada que nos interesase. Visto con frialdad, sin la emoción a favor o en contra de nuestros padres y nuestros abuelos, Carrillo era un tipo anodino, con cierta retranca tal vez (como mucho); una momia viviente que nos importaba un carajo.

Hubo un par de estampas enternecedoras, sí: su figura solitaria en el hemiciclo durante el 23-F. La foto aquella del Rey acercándole el cenicero. Se le reconocía el mérito en la Transición, etc.; pero, aparte de eso, no aportaba nada. Una figura gris, pesada, cansina. Cuando aparecía en alguna entrevista de la tele, cambiábamos de canal. Aburría a las ovejas.

Pero hete aquí que ahora viene el hombre soltando granujadas. De ser un tipo neutro, se ha convertido en alguien dañino y apestoso. Jamás prestamos oídos a lo de Paracuellos. Si nos hubiesen preguntado entonces, como mucho hubiéramos dicho: "No sé muy bien, pero no creo, ¿no?". Hoy tampoco sabemos muy bien. No hemos estudiado la Historia, y tampoco nos fiamos demasiado de los hooligans episcopales. Pero nos queda la observación del Carrillo en directo: y desde luego, con esa mentalidad que exhibe, ya no nos extraña nada. A estos tipos no los coloquen en un lugar jerárquico de poder. Y menos en las ocasiones históricas sin ley...

¡Pero lo que no soporto es que tengamos que estar todavía con éstas, por culpa, primero, de los que sacaron el dóberman hace trece años, y, a continuación, de todos los que se han venido sumando al suicida festín guerracivilista, incluido (de un modo principal) ZP! ¿Por qué coño toda esa retórica abyecta de los "Paracuellos" y afines debe ocupar ahora mi cabeza? ¡Pero si nos habíamos librado de eso, joder! ¡¡¡Nos habíamos librado ya de todo eso!!!