3.11.07

Irrespirables cumbres

Mi programa de otoño es límpido: Wittgenstein y Ricardo Reis. Las odas de Ricardo Reis (por enésima vez) y la biografía de Wittgenstein de Ray Monk. Y bossa nova. Acabo de empezarlo todo. El joven Wittgenstein se encuentra en Manchester diseñando cometas (este dato lo coge Manolito Rivas y hace una tarta de mermelada). Y al releer, muy temprano, una de mis odas preferidas de Reis, caigo por primera vez en la alusión clarísima (aunque Reis no lo supiera) a la cumbre pelada del Mont Ventoux: irrespiráveis píncaros,/ perenes sem ter flores. Doy la oda en portugués y la traducción de Ángel Campos Pámpano:

Não consentem os deuses mais que a vida.
Tudo pois refusemos, que nos alce
.....A irrespiráveis píncaros,
.....Perenes sem ter flores.
Só de aceitar tenhamos a ciência,
E, enquanto bate o sangue em nossas fontes,
.....Nem se engelha connosco
.....O mesmo amor, duremos,
Como vidros, às luzes transparentes
E deixando escorrer a chuva triste,
.....Só mornos ao sol quente,
.....E reflectindo um pouco.


[No consienten los dioses sino vida.
Todo pues rehusemos, que nos alce
.....a irrespirables cimas,
.....perennes mas sin flores.
La ciencia de aceptar tengamos sólo,
y mientras dé la sangre en nuestras sienes,
.....ni se arruga con nosotros
.....el mismo amor, duremos,
cual vidrios, a las luces transparentes
y dejando escurrir la lluvia triste,
.....sólo tibios al sol caliente,
.....y reflejando un poco.]