27.4.09

Sélavy

Después del artículo de Vila-Matas, he estado releyendo, a trozos, las Conversaciones con Marcel Duchamp de Pierre Cabanne. En ellas se aprecia bien por qué Duchamp resulta oxigenador: porque tenía un pie fuera del arte —en su discurso, en su obra y en su vida. Justamente lo contrario de la mayoría de los artistas (incluidos los duchampianos), que están enfangados de arte hasta el cuello, y así se ahogan y nos ahogan. En la red se encuentra el documental Marcel Duchamp in his own words, en tres partes. Y fragmentos de declaraciones. Y una extraña película. Y el programa The shock of the new. Y Dreams that money can buy. Y su Anémic cinéma.