15.7.10

El antipelotazo

¿Será casualidad que en este país de patanes (¡de los que no me excluyo!) los dos mundiales más difíciles –el de baloncesto y el de fútbol– los hayan ganado entrenadores discretos? Tienen mucho en común Pepu Hernández y Vicente del Bosque, que se resume en lo que ayer escribió sobre este último Eduardo Jordá. Casualidad sí fue que el día de la final estuve leyendo la última novela de Luis Magrinyà, Habitación doble, y en ella hay un diálogo futbolístico en que se recuerda que Del Bosque, pese a haber ganado "dos ligas y una Champions" para el Real Madrid, fue despedido por Florentino Pérez porque no daba "el perfil mediático". Se me había olvidado, y qué bien traído estuvo. Después de aquella frivolidad (casi bellaquería) en aras del zeitgeist, Florentino se estrelló. Y ha vuelto a estrellarse este año, ya con España (me refiero a la España país) entera. Lo que me pregunto es en qué medida decisiones como aquella de Florentino son las que nos han conducido a esto. Florentino queda así, pues, como el máximo representante de nuestros años locos. Se comportó como un tecnócrata del pelotazo, y son ahora sus damnificados como Del Bosque –aquellos que desentonaban en el escaparate hortera del poder– los que traen los triunfos y las alegrías. Siempre ha sido así, por otra parte. Y lo seguirá siendo.

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(18-VII) Ahora sí toca mitificación: "Las empresas también buscan líderes tranquilos" y "Del Bosque y la línea recta". A destacar en éste la abyecta intervención del figurín Valdano.