28.8.10

El culo frío

"Ahí tienes madera para hacer leña", me escribió el otro día Chema Cobo al mandarme esto: "Subastan en eBay un inodoro de J.D. Salinger por un millón de dólares". El tema se presta a un gran sarcasmo, pero en un primer momento me puse tontorrón: por el guiño a Duchamp. Aunque el guiño no sea del propio Salinger, sino de los (desleales) albaceas de su retrete. Se lo conté jocosamente a una amiga salingeriana y ella me atajó:
Pobre Salinger, que sólo quiso darle al mundo lo que él consideraba 10, ni 9 ni 9,9... y subastan el wáter de su casa! Es para morirse... ¡Subastar el cuarto de baño de un escritor! Es que me enferma, qué horror...
En verdad es nauseabundo, pero de la operación se desprende un efecto artístico. Y bullen las ideas (el inodoro como olla de sopa mental). Le escribí a Cobo que podría titular mi post: "Salinger meets Duchamp". Él sugería más bien: "El molde del culo de Salinger... y además en frances, le moule du etc...". Me gustó esa evocación de las cuñas vaginales duchampianas, pero entonces me acordé de la Monalisa: "Salinger tiene el culo frío". Cobo se embaló, proponía "una andanada sobre putrefacción... olor... temperatura... especulacion y mercado... Otra posibilidad sería una fría comparación formal entre el urinario Mutt y la urna excremental del fetiche de la literatura". De pronto me di cuenta de que no iba a tener tiempo para tanto, ni cabeza: mi tiempo y mi cabeza succionados por esa ballenita blanca que no emite surtidor hacia arriba, sino mini-maelstrom hacia abajo. Una fuente caníbal: el chorro somos nosotros, y nos traga.