25.5.11

Rendido

Se cumplían cinco años de blog y lo sentí como una carga: como un plan quinquenal de Stalin hacia el pasado. Me abrumaba el parloteo; como llevar una joroba de palabras. Para mí lo ideal sería emitir la opinión y luego liberarme de la opinión. No encuentro correspondencia entre la alegría de soltar la gansada y el verla luego embalsamada ahí, reclamando además que la siga defendiendo, peleándome por ella. Lo mío sería un futurismo de la opinión: ser un surtidor de opiniones en libertad. Un surtidor de strong opinions que no se llegaran a convertir en rocas... Todo esto me asaltó en una noche de insomnio (junto con el cansancio de mí mismo) y decidí desaparecer.

Pero ocurre que la desaparición me sienta bien. Allí respiro el oxígeno necesario para afrontar otra temporada en el escaparate. Lástima que no se pudiera practicar también el suicidio intermitente. Aunque sí que se practica: es el sueño. Uno se va llenando de vigilia, y cuando se llega al tope, cae rendido.