8.6.25

Entre los españoles y yo hay algo personal

[Montanoscopia]  
 
1. Me comen los demonios cuando se intenta exculpar al electorado español con el argumento de que la ley de amnistía no estaba en el programa del PSOE. Lo que sí estaba era el Sánchezprinzip: la certeza de que Sánchez haría cualquier cosa por mantenerse en el poder, incluso aquellas que aseguró que no haría. Como ocurrió en la legislatura que se juzgaba el 23-J y que el electorado español absolvió. 
 
2. Los españoles solo recobrarán la dignidad si pasokizan al PSOE. Obviamente, no lo van a hacer. 
 
3. Digo "los españoles" y no "los votantes del PSOE" porque me refiero al cuerpo social que no expulsó a un elemento como Sánchez masivamente: sin tener que recurrir a sumitas o restitas. 
 
4. Si hay algo inexorable es que el libro de Leire Díez va a existir, para justificar su excusa. Han hecho el chiste de que ya está en ello la amanuense de Sánchez Lozano; chiste la mar de realista. Leo, por cierto, que Lozano ha arruinado la Casa Árabe, cuya dirección le dieron. Siempre me pregunté por qué la enchufaron justo ahí. Caigo en que sería por asociación con el Cide Hamete Benengeli del Quijote, verdadero autor del libro de Cervantes, según Cervantes. Si Lozano es aquel árabe, ¡entonces Sánchez es Cervantes! Eso debió de pensar el que la colocó. Lamentablemente, mi especulación no es realista: implicaría que alguien en el sanchismo ha leído el Quijote
 
5. Bueno, Muñoz Molina sí ha leído y releído el Quijote. Vi la presentación de El verano de Cervantes, que acaba de publicar, y me reconcilié un poco con él. Al final se abrazaron él y su esposa Lindo, con amor. Percibí fragilidad y ternura. ¡Soy un sentimental! No se ha equivocado quien ha dicho: "Montano: convencido de no acabar nunca con ese corazón, pomo de su puerta".  
 
6. Qué entrañables el politólogo y la politóloga de los domingos en El País. Gracias a Trump han vuelto a ejercitar sus herramientas epistemológicas sobre el peligro iliberal, que con Sánchez las tenían oxidadas. En realidad él, que tiene nivel, sí ha hablado en los dos o tres momentos clave (y solo en ellos). Ella, en cambio, se ha limitado a ser siempre cheerleader.  
 
7. Y de pronto cambian al director de El País: Pepa por Jan; o Bueno por Ahrens. El previsible aflojamiento de las riendas les facilitará a los misceláneos lo que les angustiaba: ir preparándose para la llegada del PP, con el que tampoco debe faltarles prosperidad. "¡Vamos a hacernos una foto para la prosperidad!", decía Carmen Sevilla, aquella Melody (Latorre dixit) avant la lettre.  
 
8. La desgracia de las, así llamadas, lenguas cooficiales son sus nacionalistas, que las embadurnan de pestilencia. Lo que de atractivo y seductor puedan tener, por el habla cotidiana y sus poetas (¡y sus locutores del Giro!), los nacionalistas lo arruinan. Si aún se hicieran alegorías medievales, el Catalán, el Gallego y el Euskera (y el Bable y la Fabla, y el Andalú y el Silbo Gomero y el Castúo), se erigirían como gigantes a apalear a sus nacionalistas y limpiarse así la porquería que les ha caído encima con ellos, su genuina amenaza, su aniquilación. 
 
9. No estoy de acuerdo con que se adelanten las elecciones, como piden el PP y Page. Yo quiero que Sánchez agote la legislatura y que los españoles se cuezan todavía más en Sánchez. Y, a ser posible, en la siguiente legislatura también. Y así durante cuarenta años sanchistas, medida que conocen bien los españoles. Les deseo ya lo peor a los españoles. ¡Entre esos tipos y yo hay algo personal! 
 
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