23.9.06

Duchamp en el Museo del Prado

Si ustedes se pasan por el Prado, no dejen de contemplar las dos obras que tengo allí expuestas. Más que obras, intervenciones; o más precisamente: agujereamientos. Yo era joven y admiraba a Duchamp; también quería pintarle mi bigote a La Monalisa. De eso hace ya muchos años, pero mi creación se mantiene. El que quiera, puede ir a observarla.

El lugar elegido fue uno próximo al Jardín de las Delicias. Por allí andaban los Brueghel, con sus multitudes de apestados, las calaveras, los carros de heno, las guadañas. Y justo en el rincón estaba El Cardenal de Rafael. Una tarde me fui con una aguja y la clavé en su pupila izquierda. Aún se ve el agujero, si ustedes se fijan. Es diminutísimo, pero se percibe. A continuación me volví hacia el cuadro que había enfrente y que contiene mi azul favorito: El paso de la laguna Estigia de Patinir.



Con la misma aguja, ya artística, que conservaría en su punta micropartículas de la otra pintura, puncé a la altura del testículo derecho de Caronte (como prefigurando a Armstrong, ciclán del Tour). Lo hice como acto duchampiano y me enorgullezco de ello. Nadie se ha dado cuenta hasta hoy: los especialistas no han tenido ocasión, pues, de exhibir su histerismo. Tampoco fue tan grave: en nada se resintió la percepción retiniana de esas obras (que es lo que satisface a los políticos y al populacho); pero ambas multiplicaron por mil (secretamente) su valor conceptual. También podría interpretarse (aunque no estaba en mi propósito) como una saludable regresión de Rafael hacia el prerrafaelismo: consideremos el tránsito de la aguja. O como una operación de cirugía sutil por la que se injertan células
de pupila de Cardenal en testículo de Caronte.

Pero me quedo con Duchamp. Era tan fino, que también tenía su toque Lubitsch. Le pintó el bigote a La Monalisa, pero no terminó ahí su relación con la obra. Años después distribuyó entre sus amigos unas tarjetas con la imagen original de Leonardo, pero con esta anotación: "Afeitada". (Claro, ya era inevitablemente suya.)

20.9.06

Artistas heterodosos

Heterodosos porque parecen llamados por Pepiño Blanco: "Venid, artistas, a mí: sed heterodosos". Y los artistas acuden. Han salido ahora cuatrocientos o setecientos que han firmado no sé qué en favor de Rubianes. Es el típico gesto rentable del artista español: pocos de esos cuatrocientos o setecientos pasarán hambre esta temporada. La heterodosia les da de comer. Desde un punto de vista darwinista, no hay nada que objetar. Como decía Diógenes: es una lástima que el hombre no pueda quitarse también el hambre con sólo frotarse la barriga... Pero eso es lo que hay.

El caso es que estamos donde siempre: el artista exhibiéndose (¡esibiéndose!) como heterodoso, el artista como campeón de la libertad. Y comiendo. Y aplaudido por el Poder. Pero hagamos una breve genealogía del caso Rubianes. Parece que ya se ha olvidado dónde forjó su heterodosia este campeón de la libertad.

Estamos en la Cataluña de los meses previos a la aprobación del Estatut. La presión nacionalista es asfixiante. El establishment de la sardana le ha colocado estrellas amarillas a un sector de la población: los no nacionalistas, los que se oponen al Estatut. Les niegan el pan y la sal. Los llaman anticatalanes: los demonizan. Y nuestro heterodoso campeón de la libertad acude entonces a la televisión pública catalana. ¿Y qué hace? ¿Defiende los derechos de los marginados? ¡No! ¡Los putea! ¡Lo de la "puta España" iba por ellos! ¡Por los marginados del momento! Como ya dije en otra ocasión, lo de "me cago en España" no es nada. Yo me cago en España sin ningún problema. Es una frase neutra, algo estupenda quizá, pero que nada significa. No me siento heterodoxo ni héroe por ello. Me cago en España y punto, y me sale gratis. Pero hay contextos. El paraninfo de la Universidad de Salamanca en 1936, por ejemplo, cuando lo de Unamuno y Millán Astray. Si allí hubiera aparecido Rubianes cagándose en España (incluso con esa gestualidad suya idéntica a la de Millán Astray), yo le hubiese puesto un altar: lo tendría en mi listado de héroes civiles. O si el Ayuntamiento de Gerona hubiese hecho una declaración formal de defecación en España en 1964, yo me hubiese hecho gerundense de adopción. Pero no. En 1964 lo que hizo el Ayuntamiento de Gerona fue nombrar "alcalde honorario y perpetuo" al dictador Franco. Y el momento que escogió Rubianes para "cagarse en España" fue el lugar más cómodo y cobarde posible. Dijo en ese momento lo que el Poder quería oír. Por eso el Poder le aplaudió. Nuestro heterodoso campeón de la libertad forjó su heterodosia en un nauseabundo acto de lameculismo al poderoso. Así nacen nuestras leyendas progres.

Por lo demás, lo de si prohibir o no sus obras de teatro: no, claro que no. Que se exhiban con dinero público incluso: no hay problema. Iba a decir que Rubianes tiene muy poco talento, pero no nos engañemos: el 90% de lo que se exhibe con dinero público es mediocre a más no poder (lo que se exhibe con dinero privado, por cierto, suele serlo en un 95). Rubianes no hubiese desentonado. Como no van a desentonar ninguno de los cuatrocientos o setecientos artistas que, a lo largo de esta temporada, iremos viendo desfilar en cobro por su heterodosia.

19.9.06

Juegos reunidos Geyper

Fetiche

Quieto en el suelo
huele a medias negras
el zapato vacío.

* * *
Pena del voyeur

¿Son reales esos cuerpos?
No los toco: los veo.

* * *
Primavera

Lugar propicio para la exclamación:

Qué exultante variedad de señoritas!

* * *
Prisa

Phileas Fogg
se zampa en un segundo
su hot-dog.

(Y Rigodón pide la cuenta
“pog favog”.)

* * *
Macabro récord

Más veloz que Ben Johnson
la muerte nos lleva al foso.

(Y sin doping.)

* * *
Fugit irreparabile tempus

Esto ya empieza
a coger una velocidad
de vértigo.

Nos lo decían
y es cierto.

* * *
Dirección única

¿Por dónde
se va a la Muerte?
Siga recto: no hay pérdida.

* * *
Primer verso a máquina

Agasajadas las hadas.

* * *
Femenino singular

Un poeta.... Una poetisa
Un profeta.. Una profetisa
Un porreta.. Una porretisa.

* * *
Lunario sentimental

Se arrepiente la luna
de haber nacido
cuando canta la tuna.

* * *
Poeta en Nueva York

¡Esto es la Hostia!

* * *
Proust en el café

—¿Qué le pongo, señor?
—Una magdalena. Y quinientos folios.

* * *
Sagrada familia

Verja virgen
............. ...Verga!

* * *
Edipo gay

Mata a la madre y
se folla al padre.

* * *
El secreto de don Juan

Era putero.

* * *
Ya vamos fatal de tiempo

Ya vamos
fatal de tiempo.
Lo siento, pero
tenemos que cortar.

[1987-1989]

11.9.06

El lamento de Heráclito (2)

Venus de Urbino / Etant Donnés... (Tiziano / Marcel Duchamp)


La candente mañana de febrero en que Matilde Urbach murió, después de una imperiosa agonía que no se rebajó un solo instante ni al sentimentalismo ni al miedo, noté que las carteleras de fierro de la Plaza Constitución habían renovado no sé qué aviso de cigarrillos rubios; el hecho me dolió, pues comprendí que el incesante y vasto universo ya se apartaba de ella y que ese cambio era el primero de una serie infinita.

(Jorge Luis Borges, "El Aleph" / "Le regret d'Héraclite")

10.9.06

El lamento de Heráclito

Ada Green Glasses, Front View / Reverse (Alex Katz)


Yo, que tantos hombres he sido, no he sido nunca
Aquel en cuyo abrazo desfallecía Beatriz Viterbo.

(Jorge Luis Borges, "Le regret d'Héraclite" / "El Aleph")

1.9.06

El momento del miedo

Al ver en las librerías El viento de la Luna, he recordado el tiempo en que esa novela era menos que nada: una tarea por hacer y una angustia en la cabeza de Antonio Muñoz Molina. Así describía él mismo el comienzo de una jornada cualquiera de escritura:


Este es el momento del miedo, el de empezar a escribir y sentirse sin fuerzas para hacerlo, sin inspiración, con un abatimiento que no parece posible vencer. Este es el momento que hay que salvar siempre, como se da un salto para salvar una zanja, sintiendo de golpe toda la torpeza y la cobardía del cuerpo. (24-X-2005)

Pertenece a las páginas de su diario que publicó la revista Eñe este invierno. Luego me compré la revista y las leí en papel, pero esas palabras me llegaron primeramente por el oído, en la preciosa lectura, alternada con músicas neoyorquinas, que hizo Lara López en Radio 3. Recuerdo que las escuché paseando por un páramo en una de aquellas tardes en que oscurecía demasiado pronto. El libro en la librería. El trabajo (el mundo) que hay detrás de un libro.