El aprendiz al sol
José Antonio Montano © (jamontano@gmail.com)
10.7.25
6.7.25
Tiempo de ventiladores
[Montanoscopia]
1. Ya está en marcha el Tour, ya hay algo bello y noble garantizado a diario durante tres semanas. El de 2025 es además un Tour premium, como lo es (para mí) todo aquel en que se sube el Mont Ventoux.
2. Mi vida, a estas alturas del verano, es lo que transcurre en el interior del colchón de vientos suscitados por mis ventiladores. Cuando tengo que salir a la calle, alejándome de ellos, ya no es vida. Tiene que ver con el ciclismo: las ruedas movidas por pedaladas absolutorias. Ruedas mandala, ruedas danza de Shiva: ventiladores éticos.
3. Está también el ventilador del humorista Leo Bassi y su uso instructivo. Era un ventilador industrial, colocado en el escenario de cara al público. Bassi arrojaba a sus aspas estiércol, que se difundía entre las butacas. Otra buena metáfora del sanchismo: ¡núcleo irradiador! Los culpables son los otros, a quienes, como Ubú, enmierdro.
4. Es mucho más limpio lo que hace Ábalos con las mujeres (un intercambio sexual por un precio establecido, sin más historias) que lo que hace Sánchez: eso de untárselas como tocino en pan para su autopromoción. El amontonamiento de mujeres al peso para que salga una foto "feminista" ahora que las encuestas indican una caída del voto femenino al PSOE. Y ellas, las mujeres del partido, acuden al llamado del gañán con sus mejores galas.
5. Mis amigos Manuel Arias Maldonado y Jorge Bustos no han querido dejar de cobrarse la victoria sobre los que en su día propugnábamos el pacto de Ciudadanos con el
PSOE. Aunque algunos, si bien es cierto que soñábamos con la posibilidad, lo que defendíamos ante todo era una posición de fuerza de Rivera que obligara (o desenmascarara si no) a Sánchez. En cualquier caso, hoy está claro que con lo de "la banda de Sánchez" Rivera se quedó corto. Y lo que es más importante: su negativa a aquel pacto nos ha ahorrado a los votantes de Ciudadanos ser cómplices, aun involuntarios e indirectos, de la corrupción del PSOE.
6. Precisamente estos días he estado leyendo el libro de Arias Maldonado Forever Cinema (Confluencias): monumento cinéfilo. Junto con sus ensayos profesionales de teoría política (es catedrático en la materia) y sus columnas de actualidad en medios como The Objective, el autor viene cultivando una línea de artículos sobre cine (como los de Rancho Notorius), que son los que recopila, organizadamente, en Forever Cinema. El resultado es imponente, por la amplitud, la variedad de registros e intereses cinematográficos y el rigor apasionado con que los aborda. Resalto lo de apasionado, porque asistimos aquí a un buen ejemplo de lo que Eugenio Trías, otro cinéfilo, explicaba en su Tratado de la pasión: que la pasión, lejos de ser un obstáculo para el conocimiento como se suele repetir, es un motor para el mismo. Arias Maldonado ejercita la razón apasionada en sus escritos sobre cine. De pronto se me aparece no como un cowboy de medianoche, sino como el cowboy del mediodía: aquel mediodía del que Nietzsche destacaba la ausencia de sombra, pero que en el cinéfilo Arias Maldonado se perfila como la sombra luminosa del cine.
7. Últimamente, al final de todas las películas extraordinarias que veo (por ejemplo, Le pont du Nord de Rivette o Las hermanas Munekata de Ozu) aparece: "Subtítulos: Bárbara Mingo". Se ha convertido en un sello de calidad. Filmin debería poner la etiqueta: Subtituladas por Bárbara Mingo. Es un lujazo, porque ella es la mejor escritora española viva. Y digo viva para no ofender a las muertas; entre las que incluyo a casi todos los escritores españoles vivos.
* * *
En The Objective.
3.7.25
Vuelve Anaximandro
Vuelve Anaximandro, aunque en verdad siempre está ahí, con su ley rigiéndolo todo, inexorablemente. Lo que vuelve es nuestra percepción en los momentos espectaculares. En otra situación española no muy lejana, la del 1-O de 2017, recordé a este filósofo griego de los llamados presocráticos, siglo VI a.C.; en el bachillerato de antes todo el mundo lo conocía: "Donde tuvo su origen, allí es preciso que retorne en su caída, de acuerdo con las determinaciones del destino. Las cosas deben pagar unas a otras su castigo y pena según sentencia del tiempo".
Del tiempo o de la realidad. Lo que está pasando con el sanchismo, su descomposición acelerada, es más bello que la Victoria de Samotracia, que también era griega. La realidad acojona. Es de una belleza implacable, inapelable. No deja ningún cabo suelto. Sus leyes sí que son rigurosas, sin un Pumpido que te las acomode. Son leyes básicamente asesinas. La justicia se impone imperialmente. No de un modo barato, ni ramplón; no es el mecánico "el que la hace la paga", sino algo más apabullante: tiene que ver con el engranaje, con el equilibrio intrínseco, con lo que es. Disculpen que me ponga metafísico, pero aún no he comido.
En la política española se podría formular aproximadamente así: lo que está fuera de la Constitución es delito. Ahora lo es también el Tribunal Constitucional, que se ha puesto fuera desde dentro. No me estoy refiriendo a delito penal, sino a delito político. La Constitución instaura un ámbito plural de convivencia, una democracia moderna, un Estado de derecho homologado. Desde 1978, todo el que la ha cuestionado ha incurrido en aberración: la extrema derecha, la extrema izquierda, los nacionalismos (con sus variantes independentistas y proterroristas), los populismos... Lo que pretendo que se entienda es esto: no es que los mencionados sean aberrantes porque quieran, sino porque, si cuestionan el Estado de derecho, ¿qué otra cosa podrían ser? Fuera de la democracia solo está la aberración democrática.
Cuando el PSOE pactó con ellos se volvió aberrante. Fue por impaciencia por el poder, a la que le dieron una cobertura moral para poder digerirla: ¡la lucha contra la corrupción, ja! La corrupción la llevaban a cuestas, y como vemos estos días también en los cimientos. Litros de corrupción corrían por sus venas, como en una mala canción de Ramoncín. A esa luz el esperpento se acentúa: tanto discurso pontificante, tanta admonición, tanta "fachosfera"... El muro del que habló Sánchez no era más que la fortificación de la porquería que quedaba dentro, presidida por Sánchez. La ley terrible es que la corrupción política y la económicomoral iban juntas, eran siamesas. Ahora se van por el sumidero, y si el PSOE no se pasokiza, como ha ocurrido con sus equivalentes de otros países más saneados, es porque aquí el franquismo sociológico se ha agarrado a ese partido.
Hay una mala noticia para los españoles: Anaximandro no hará excepción con ellos. Habrán de pagar su castigo y pena por no haber expulsado con prontitud de la vida pública a un sujeto como Sánchez, ese Calígula electoral. Queda mucha ruina por delante, destrozos institucionales, embrutecimiento ambiente, aniquilación de la conversación pública. De esta se han encargado personalmente una recua de politólogos y periodistas que merecerían ser pasokizados también.
Tal vez, después de todo, la ley de Anaximandro sí que sea además barata y ramplona y descienda hasta el mecánico "el que la hace la paga". Así nosotros. Tendremos lo que nos merecemos. O mejor, como puntualizó Toscano separando la paja sanchista (en la culpa, desdichadamente no en la condena): "Tendremos lo que os merecéis".
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En The Objective.
29.6.25
Optimismo estadístico, pesimismo antropológico
[Montanoscopia]
1. Hasta aquí ha llegado el régimen del 78. Sus adversarios han logrado algo notable: destruirlo desde dentro. Ha sido una prestidigitación meritoria. Ahora los que estábamos con la Constitución de 1978 hemos de renegar de ella (y hablar también del "régimen del 78", como sus enemigos), porque su sustancia ha resultado ser otra. Mejor dicho: está claro que siempre fue la misma, solo que hasta este momento no se había revelado. Y sí que era fácil: ha bastado media docena de parteros de la historia lo suficientemente sumisos y lo suficientemente sinvergüenzas. Por fin lo sabemos: gracias al Tribunal Constitucional puede operar arbitrariamente un déspota en España, si el Tribunal Constitucional avala su despotismo. El Tribunal Constitucional era el caballo de Troya.
2. Los tres grandes golpes al Estado de derecho en España desde la muerte de Franco: el golpe de Tejero (1981), el golpe del independentismo catalán (2017) y el golpe del Tribunal Constitucional (2025). Este es aparentemente menos grave que los otros; pero algo lo hace peor: es el único que ha triunfado.
3. Josu de Miguel ha señalado en El Mundo la importancia de que la ley de amnistía la negociara alguien como Cerdán. Yo la llamaría ya abiertamente Ley Cerdán. Y al tribunal que la ha avalado, Tribunal Cerdán. Chorreantes de corrupción (política) por todos sus poros.
4. En cuanto a la excusa de "la convivencia": claro, por el aquietamiento de los matones del independentismo. La mitad simbólica de españoles que quedan al otro lado del muro que instauró Sánchez no se teme que la rompan.
5. Flor de un día la esperanza en Ahrens, el nuevo director de El País. El editorial decisivo de su incipiente trayectoria, el que valora el aval del Tribunal Cerdán a la Ley Cerdán, ha resultado ser muy Bueno.
6. Hace bien Felipe González en decir que no votará al PSOE. Fue interesante que especificara que al decirlo no se dirigía a los militantes, sino a los votantes. Los militantes están perdidos. Entre los votantes que no lo son quedan todavía ancianos que siguen votando al PSOE como si votaran a González. No serán ya muy relevantes electoralmente, pero al menos González les habrá evitado, aunque tarde, una postrera complicidad con la bellaquería.
7. Súbito destello de optimismo al pensar que estadísticamente es imposible que nos vuelva a tocar un sujeto como Sánchez. Vendrán otros malos, pero jamás peores. Lo que induce al pesimismo es su herencia. No ya la de sus destrozos institucionales, ni la del embrutecimiento general, sino la del desolador aprendizaje que nos lega: el de que para los suyos no hay líneas rojas. Lo podíamos sospechar, pero no lo sabíamos. Lo hemos sabido por Sánchez: los suyos seguirán a su líder en todo, hasta el fin; diga lo que diga en cada instante, haga lo que haga. Habrá escisiones en el apoyo, pero este se mantendrá lo suficientemente firme. Argumentarán lo que sea en su favor. Así pues, una de cal y otra de arena: optimismo estadístico, pesimismo antropológico.
8. Primer baño en el mar. Es siempre el mejor. Los órganos del cuerpo, el cuerpo mismo, y el cerebro, redescubren el alivio de la gravedad. Hay una reacomodación de densidades. Incluso la sangre encuentra otro ritmo en las venas, suavizado, sin trompicones. Venimos de ahí: del líquido amniótico. La sensación seguirá siendo perceptible durante todo el verano, pero cada vez más atenuada. Hasta el último baño de septiembre, tan divinamente melancólico. Todo se inventó en Grecia. También la salida helenística o alejandrina: la posibilidad del refugio de la envilecida polis en el mar. Emboscadura azul.
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En The Objective.
27.6.25
Biografía de Javier Marías: mala y recomendable
[La Brújula (Opiniones ultramontanas), 2:10]
Buenas noches. Me lo he pasado pipa con la primera gran biografía que se ha hecho de Javier Marías, que se publicó el año pasado y no ha leído casi nadie: El espía de las almas. La vida y las opiniones del caballero Javier Marías. El autor es el periodista Manuel Adolfo Martínez Pujalte, primo de aquel Martínez Pujalte del PP. La editorial, murciana, se llama Diego Marín. Me enteré de la existencia de esta biografía por el artículo que le dedicó Alberto Olmos en El Confidencial hace meses y que creo que es lo único que se ha escrito sobre ella. Ocurre que el libro es malo, su estilo es defectuoso, está mal puntuado, mal editado, es feo, reiterativo, chapucero... ¡pero funciona! Es un misterio gozoso de la lectura. El biógrafo es retórico, vanidosillo, roza la ridiculez muchas veces (recuerda al escribidor Pedro Camacho de La tía Julia y el escribidor, de Vargas Llosa), pero lo salva la pasión por su biografiado Marías, sobre el que ha acumulado una ingente documentación, que le ofrece al lector con puntillosidad. Su imperfecta manera de escribir informa y emociona, transmite, algo que otros que escriben mejor no alcanzan. Tal vez se deba a su devoción por Marías, o a su desarmante ingenuidad. El caso es que el lector se encuentra con el hombre Marías en estas páginas, y se entera de su vida, de muchísimos datos que desconocía, y le coge cariño, y le vuelve la nostalgia, y se le reaviva la admiración, y le entran ganas de releer sus novelas. Por eso les recomiendo a los amantes del escritor esta biografía al parecer ya muerta, pero llena de vida. Recuerdo autor y título: Manuel Adolfo Martínez Pujalte, El espía de las almas. La vida y las opiniones del caballero Javier Marías.
26.6.25
Como insectos en su ámbar las frases
Vengo de una experiencia inmersiva en veinte años de vida petrificada. La ocupación de mi cuenta de correo se me puso en el 96% y amenazaba con colapsar. Le ocurrió a una amiga, que me dijo que en un momento dado ya no pudo hacer nada, ni siquiera borrar mensajes para liberar espacio. Así que me puse a borrar mensajes cuando todavía me era posible.
Llevaba casi veinte años con la cuenta y no volvía a los primeros mails desde entonces; en realidad, nunca se vuelve a ningún mail, salvo para alguna consulta ocasional. El empuje del presente no nos deja tiempo para el pasado. Me ha sobrecogido toda la vida que había ahí enterrada. Como es una vida hecha solo de palabras, se conservaba tal cual. Con una espontaneidad que no tenían las antiguas correspondencias en papel. Son casi diálogos, más aún en los intercambios privados de Twitter, cuyas notificaciones permanecían también.
Es, como he dicho, una vida petrificada, pero petrificada con su fluir del momento: dinámico en sí mismo pero ya aquietado. Como insectos en su ámbar las frases. Empecé repasando cada mensaje minuciosamente, y considerando su borrado. Pero así no avanzaba. Decidí ser tajante y borrarlo todo, salvo los intercambios con una persona. Era el juicio, en fin, a veinte años. Inmisericorde. Amputación total (salvo esa única excepción). No quise conservar nada.
Me ha sorprendido la cualidad de gusanera de los buzones. No sospechaba lo que pueden guardar. Es en cierto modo monstruoso. Uno va haciendo su vida analógica en 2025 y no es consciente de que la internética de 2006 o 2008 sigue ahí, intacta. Es abrumador. Me acordé de las dead letters de Bartleby, el escribiente, que provocaron su nihilismo y su pasividad. Aunque las cartas de mi archivo sí fueron entregadas y estuvieron vivas, y llenaron días y noches.
No me pude resistir a echarles un vistazo a muchas; un último vistazo, antes de borrarlas. Las más perturbadoras son las de personas a las que nunca llegué a conocer y de las que no sé nada. Su existencia también se limitaba, para mí, a estos cruces verbales y algunas pueden que estén muertas. Sí sé que murieron Félix Bayón, Chema Cobo y Mar de Marchis, pero ahí se mantenían con sus complicidades conmigo. Bayón diciéndome una madrugada que brindáramos en la distancia por un amigo suyo al que le había salido bien un diagnóstico médico. Al final se murió él antes.
Hay amigos y examigos. Novias: con estas se ve el proceso completo de la relación, hasta una estela de comunicaciones posteriores, tiernas a veces, que va languideciendo. Hay jovencitos que me adulaban hasta que triunfaron. Personajes con los que no recordaba haberme escrito jamás; por ejemplo, un escritor que me cuenta (a propósito de un tuit mío) lo tontos que son otros dos escritores (en realidad, eran tontos los tres). Los mails escrutadores del personaje de Cicatriz (corté el contacto, pero me lo crucé justo cuando salió la novela). Los mails con la escritora célebre de la que luego me distancié (no recordaba que hubiésemos sido tan amigos). O la amiga puramente virtual (nunca llegamos a encontrarnos) con la que durante varios años estuve hablando todas las noches; años oscuros pero entrañables en esas conversaciones: ¡cuánta intensidad! ¡Y humor!
Es una vida paralela, volcada por los dedos: ¡la vida digital! Da vértigo pensar en todo lo pulsado y tecleado, en todo lo leído y mirado. Los miles o millones de microgestos. Aunque seguían ahí almacenados, se cumplieron en su instante, en su relampaguito electrónico. Los míos (casi todos) ya no están.
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En The Objective.
22.6.25
Escenificaciones pornográficas
[Montanoscopia]
1. Cuando saltó el escándalo de la fontanera del PSOE me asomé a la web de El País. Era la noticia número dieciséis. Al día siguiente me volví a asomar: era la cuarenta y tantos. Luego la subieron porque el PSOE le abrió un expediente a esa mujer que a los lectores de El País casi no les constaba. Durante años, noticias contrarias al Gobierno solo se han asomado al periódico en la columna de opinión de Gascón; más recientemente, también en la de Garrocho. Entonces quitaron a la directora Pepa y pusieron al director Jan (o Bueno y Ahrens). Este parece haberles metido guindillas per angostam viam a sus periodistas, que de repente están que trinan contra Sánchez. O lo estuvieron en los pocos días que mediaron entre la publicación de los audios de Koldo y la reafirmación de Sánchez en su discursito del lunes. Ahí algunos periodistas empezaron a regurgitar las guindillas per angostam viam y volvieron a lo suyo. Ahrens no debe consentirlo: tiene que dejar las guindillas atadas y bien atadas.
2. Una subtrama es la de las novelistas del régimen tratando de dotar a Sánchez de un psicologismo barato, muy propio de la novelística española. ¿Por qué no se creyó Sánchez las acusaciones contra Cerdán? Porque pensaba que formaban parte de los bulos que trataban de hacerle daño. Los guionistas de Dexter se lo curraban un poquito mejor.
3. Está siendo divertidísimo el espectáculo del reposicionamiento. Los que llevamos años con la crítica al sanchismo no hemos necesitado enfatizar ahora. Los parvenus del antisanchismo sí. Han necesitado, como acto inaugural que exorcice su silencio, ejecutar escenificaciones de cabreo en las que hay más pornografía que en los tejemanejes con putas del trío del Peugeot.
4. A propósito de las irrefrenables pulsiones sexuales de Ábalos, me he acordado de un gran verraco que hubo en el PSOE malagueño de los ochenta. Al genial Romero Esteo, autor de teatro y profesor, le gustaba contar, con su exagerado histrionismo de siempre, que un dirigente local del partido convocó al verraco y le soltó más o menos esta parrafada: "Tengo que trasladarte un malestar que existe en la agrupación, compañero. Ya sabemos que eres el Kennedy de Málaga y que necesitas copular cinco o seis veces al día. En eso no entramos, porque entendemos que el cuerpo te lo pide y no tienes más remedio. ¡Pero no te tires a nuestras mujeres, cabrón! ¡No te tires a nuestras mujeres!".
5. En el ítem anterior he puesto "copular" por no ser grosero. El verbo original era otro. Pero la actualidad sí es grosera. Ha salido un nuevo personaje: Jordi el Niño Polla, actor porno con el que la última amiguita de Ábalos, Anaís, ha rodado películas. Sin embargo, otro actor porno español, más fino, acude en mi rescate con el nombre de batalla que utiliza: Francis Ford Coppula.
6. Con esto del proxenetismo han vuelto a mentar al suegro de Sánchez, que fue dueño de la Sauna Adán. Yo pasaba mucho por delante, porque estaba junto a la librería Fuentetaja. Una vez entré literariamente en ella: por la novela Mansos de Bop Pop (Roberto Enríquez), que está ambientada allí. La novela es buena, por cierto. Hay una escena formidable, de la que sale el título. Cuando "el prostituto negro" está penetrando per angostam viam al narrador, le dice a este: "¡Qué mansos os volvéis cuando os follamos!". Una alegoría exacta del sanchismo.
7. Millás en su última columna: "Uno preferiría que a la humanidad no se le hubiera ocurrido el porno". Y que lo diga, padre: sobre todo el político.
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En The Objective.
19.6.25
Ricardo Reis, el mejor
Otra manera de combatir al Quemasangre, al sujeto que pertenece a la estirpe de los instigadores de enfrentamientos civiles, al embrutecedor y envilecedor y abaratador, es ocuparse de lo que lo excluye. Así hoy de Ricardo Reis, que es el heterónimo más pulcro de Fernando Pessoa. "Siéntate al sol. Abdica / y sé rey de ti mismo", dice en una oda. Una invitación a dignificarse.
Se acaba de publicar en Pre-Textos un volumen majestuoso, las Obras completas de Ricardo Reis, con las últimas correcciones de Pessoa, escondidas hasta 2008 en revistas que poseía su sobrina-heredera, y la ordenación cronológica de los textos. La única pega para mí es la traducción de los poemas, fallida; pero por fortuna se incluyen los originales, y además está la prosa, que ocupa la mitad del libro. Merece la pena pues.
Los lectores de Pessoa hemos ido cambiando de preferencias heterónimas según las épocas anímicas, o tal vez la simple edad. Dejando a un lado el Libro del desasosiego de Bernardo Soares (semiheterónimo), el primer impacto suele producirlo Álvaro de Campos con esta célebre fulminación: "No soy nada. / Nunca seré nada. / No puedo querer ser nada. / Aparte de esto, tengo en mí todos los sueños del mundo". El lector-artista adolescente pasa después a la limpieza pacificadora de Alberto Caeiro: "Yo no tengo filosofía: tengo sentidos", o "Bastante metafísica hay en no pensar en nada". Y a la autoconciencia extrañada del Pessoa ortónimo: "El poeta es un fingidor. / Finge tan completamente / que hasta finge que es dolor / el dolor que en verdad siente".
Con paciencia aguardaba en nuestra vida Ricardo Reis, menos seductor y más difícil al principio, pero que se impone al final. Es el mejor, el más sutil, el más concentrado. Su esmero por la forma deja piedras poéticas (¡diamantes!) que atraviesan el tiempo sin apenas erosión.
Ricardo Reis fue, según la biografía que le concibe Pessoa, médico y latinista, librepensador y monárquico, pagano, con un exilio voluntario en Brasil. Acepto la carne (literaria) que le dio José Saramago en El año de la muerte de Ricardo Reis, una de las grandes felicidades lectoras de mi vida (¡aunque detesto al autor!). La cita inicial de la novela era un verso de Reis, fatalista y contemplativo: "Sabio el que se contenta con el espectáculo del mundo".
Para Reis la obra de arte ha de ser también filosófica: emoción y pensamiento van juntos. Su tono está entre el estoicismo al que aspira (adustez, disciplina, aceptación) y el "epicureísmo triste" que le diagnostica su hermano. Defiende el paganismo frente al cristianismo, aunque considera que la alegría y la sensualidad están más en el segundo que en el primero, que es, también, "una religión triste". Lo que define al paganismo para Reis es la objetividad, un criterio de realidad y verdad. La ausencia de pecado. Y la fe en los dioses. Propugna el regreso de los mismos, que consistiría en una operación de la mirada: "Los dioses no han muerto: lo que murió fue nuestro modo de verlos. No se han ido: dejamos de verlos". Su ideal, a diferencia del de Nietzsche, es apolíneo.
Sus odas, latinizantes, parten de las de Horacio, pero con esta vuelta enriquecedora: se trataría de un "Horacio griego que escribe en portugués". Pese a sus toques arcaizantes, es una poesía plenamente moderna. Mário de Sá-Carneiro le escribió a su amigo Pessoa al leerla: "Ha conseguido realizar una novedad clásica, horaciana. [...] Horacio multiplicado por alma, ¿no podríamos llamar así a Ricardinho Reis?".
Tengo desde hace años como libro de cabecera las Odas de Ricardo Reis en la antigua edición (también de Pre-Textos) de Ángel Campos Pámpano. De ella son los versos que cito. Últimamente me impresionan estos, en glorioso hipérbaton: "Cuidas, intransitable, que cumples, apretando / tus infecundos, trabajosos días / en haces de yerta leña / sin ilusión la vida. / Tu leña es tan solo peso que llevas / a donde no hay fuego que te caliente". Son poemas del tiempo que se escapa y el vacío, con sus placeres fugaces (pero placeres) y una noción tan exacta de la contingencia y la caducidad, que produce una serena euforia liberadora.
En una oda escribe, dirigiéndose a Caeiro: "Maestro, son plácidas / todas las horas / que nosotros perdemos, / si en el perderlas, / cual en un jarrón, / ponemos flores. // No hay tristezas / ni alegrías / en nuestra vida. / Sepamos así, / sabios incautos, / no vivirla, // sino pasar por ella, / tranquilos, plácidos [...]". Y la última estrofa: "Girasoles siempre / mirando al sol, / de la vida nos iremos / tranquilos, teniendo / ni el remordimiento / de haber vivido". Otra oda empieza: "Sigue tu destino, / riega tus plantas, / ama tus rosas. / El resto es la sombra / de árboles ajenos". Y termina: "Mas serenamente / imita al Olimpo / en tu corazón. / Los dioses son dioses / porque no se piensan".
No pensarse: truco olímpico. Lucidez y elegancia.
En The Objective.
15.6.25
El Circe de todos los Cerdanes
[Montanoscopia]
1. Recuérdalo tú y recuérdalo a otros: ninguna de las cerdadas de Cerdán es más corrupta que la ley de amnistía de Sánchez. Que, por otra parte, le negoció Cerdán.
2. En la Odisea, la hechicera Circe transforma en cerdos a los hombres. Sánchez, nuestro Circe, los transforma en Cerdanes. ¡Qué mano tiene! Por obra suya, están las instituciones llenas de ellos: Conde-Pumpido, el Cerdán del Tribunal Constitucional; García Ortiz, el Cerdán de la Fiscalía General del Estado; Armengol, la Cerdán de la presidencia del Congreso; Intxaurrondo, Fortes, Cintora y Ruiz, los Cerdanes de las noticias; Broncano, el Cerdán del humor; García Montero, el Cerdán del Cervantes; Tezanos, el Cerdán del CIS; Puente, el Cerdán de los trenes; etc., etc. Además del propio Cerdán, el Cerdán del PSOE.
3. Visto lo visto, el proyecto de reforma de la Justicia del ministro Bolaños podría ser bautizado, técnicamente, como Fuga de Alcatraz.
4. El que todo esto le haya pillado dentro a Idafe es más bello que la Victoria de Samotracia.
5. El perdón truculento del autócrata es un clásico, así como la emocionada felicitación que le prodigan sus esbirros. Hay un poema de Mario Benedetti, quizá el más repugnante de los suyos (y abunda en ellos), que se titula Hombre que mira sin sus anteojos. Es, increíblemente, un canto a las anteojeras ideológicas, sin las cuales todo está desenfocado. En un momento escribe: "el hombre político que en un acto / de incalculable amor / dijo a un millón de pueblo la culpa es mía / y el pueblo empezó a susurrar fidel fidel". El miércoles la que empezó a susurrar "sánchez sánchez" después de que pidiera perdón fue Palomera.
6. Como en las postrimerías del franquismo, de pronto algunos columnistas que se han pasado el sanchismo callados tratan de forjarse a empujones una trayectoria de "antisanchistas de toda la vida". (Solo hay una ciencia social sólida: la antropología.)
7. Qué insondable pereza cuando Feijóo promete ejemplaridad. Ejemplaridad a cargo del partido de la Gürtel, cuya falta de ejemplaridad propició la llegada del PSOE, que prometió ejemplaridad y cuya falta de ejemplaridad propiciará el retorno del PP. Y de este ping-pong abyecto no salimos.
8. La lucha contra la corrupción fue una mera excusa tanto para Sánchez como para sus socios. Lo de estos lo prueba que van a seguir apoyando a Sánchez pese a la corrupción. Siempre se trató de otra cosa. Para Sánchez, de llegar al poder. Para los otros, de socavar la nación y el Estado de derecho; de acabar con el pluralismo; de hacer del sistema político español un régimen ideológico en el que no quepan todos, a diferencia de lo que ocurre con el que llaman despectivamente "régimen del 78". Llevan conseguido mucho. Y a partir de ahora, sosteniendo al Gobierno, conseguirán más aún. Todo lo que va mal les va bien. Así que todo irá peor.
9. Los que tenemos letras, refugiémonos en las letras. He leído un buen libro de poemas, Nuevo en la ciudad nueva, de Juan Antonio González Iglesias (Visor). Me lo recomendó Ignacio Jáuregui, autor del libro de viajes Venecia. Un asedio en espiral (Athenaica) y buen conocedor también de Nápoles, que es la ciudad nueva. Me despido con algunos versos de dos poemas. "Sé / que no debo poner mi corazón / en nada transitorio, pero aquí / todo se muestra suavemente eterno". "Por la preservación de lo sagrado / doy gracias, por las cosas que dispone / el ser humano cuando es humano, / por cada arista de cada columna / tan gentilmente dórica, doy gracias / y por el sol final, que distribuye / oro y serenidad sobre la tierra".
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En The Objective.
13.6.25
Minioda a Ábalos
[La Brújula (Opiniones ultramontanas), 01:48]
Buenas noches. Sin desmerecer a Cerdán, dueño de mi segundo apellido favorito (el primero es Pichardo), mi debilidad es Ábalos. Me terminó de conquistar con sus declaraciones en camiseta gris en el portal de su pisito de Valencia que registraba la UCO. Fui a decírselo personalmente, pero resulta que me tenía bloqueado en Twitter. ¿En qué momento le soltaría yo una fresca cuando gobernaba? Pero ya no gobierna y quisiera hacerle aquí una minioda. Los amantes de la palabra no tenemos más remedio que reconocer que Ábalos es el único político español que habla bien y tiene una dicción perfecta; el único que enlaza directamente con nuestro teatro del Siglo de Oro. El cerebro de Ábalos se asienta en la gramática española y el paso de la sangre por sus venas es sintáctico. Esto no ocurre ni con los escritores españoles, a los que supera en habla y dicción. Además, en su pisito hay "un arsenal de libros". Ya es mala suerte (¿o buena suerte?) que este exponente máximo de la palabra sea también (presuntamente) un corrupto. Me ha recordado a cuando Ernst Jünger recomienda en Radiaciones la lectura de Léon Bloy advirtiendo: "Igual que la luz, tampoco la verdad cae siempre en el lugar agradable". Así, la palabra ha venido a arraigar, en esta su menguada época, en un individuo como Ábalos. Por otra parte, qué espléndido uso le dio al dinero (presuntamente) apañado: ¡mujeres y vidorra, como en los viejos tiempos hedonistas, en que no primaba la predicación sino el disfrute! Y qué cumbre biográfica, según se cuenta, lo de destrozar una habitación de parador nacional con drogas y orgías, como un rolling stone. Solo un artista es capaz de tales explosiones, porque la palabra es un fuego que busca salir como un volcán. ¡A sus pies, maestro!
12.6.25
Popurrí libresco
Popurrí libresco, ahora que está la Feria del Libro de Madrid, que no pienso pisar pero que espío por internet, mareantemente. El año pasado me tocó firmar (¡por única vez!) el peor día de mi vida: aparezco en la foto como velando un cadáver, mi propio cadáver. Pero ha pasado un año y aquí sigo. Eso sí, de lejos.
Lo más divertido es que hayan coincidido en Madrid Vivian Solnit y Rebecca Gornick (¿o Vivian Gornick y Rebecca Solnit?), que es como coincidir en una fiesta con el mismo vestido. Son dos autoras que me interesaban en principio. Aunque no las he leído, los elogios que se les prodigaba me las hacían apetecibles. Me ha bastado una hora con cada, la de sus respectivos streamings, para que en mi cráneo rebotara, cuervescamente: ¡Nunca más! Qué soporíferas son, con la adocenada beatería que predican. La beatería del momento, claro está: ¡la de lo woke! Gornick hizo un canto a la política "que emerge de las emociones". Ni se daba cuenta de que estaba cantando de paso el trumpismo, por no decir el nazismo. En cuanto a Solnit, escuchaba embobada a su presentadora Marta Peirano cuando le contaba que con el apagón los españoles volvimos a ser niños. ¡Toma, como con Franco! ¡Nostalgia por la preilustrada minoría de edad!
También debió de ser divertida, aunque no la pillé, la charla entre Sergio del Molino y Guillermo Altares sobre "la amenaza autoritaria". Sospecho que hablarían a favor, puesto que son dos verdugos voluntarios de Sánchez (Del Molino, verdugo por omisión; Altares, verdugo por acción).
Los de Jot Down, por su parte, denuncian que la directora de la Feria, Eva Orúe, mandó retirar sus revistas de la caseta. Según la normativa, solo se pueden exponer "productos" con ISBN, el identificador que llevan los libros y no las revistas. Pero resulta que Jot Down edita además libros (¡entre ellos mi Inspiración para leer!) y los números de la revista Jot Down suelen contener más calidad literaria que el 95% de los "productos" con ISBN.
He tenido una corresponsal a pie de obra: mi amiga Dolores. De entre las historias de la Feria que me cuenta, me decanto por la del dependiente que intentó encasquetarle un libro de las Sinsombrero. Ella que no, y él venga insistir. Y fue que no, claro. Le hago la bromita de que los del 98 deberían ser conocidos, equivalentemente, como los Sinsostén y los del 27 como los Simbragas (aquí me viene un chistecillo, pero no quiero que se me echen encima Gornick y Solnit). Me quedo pensando en el triste destino de las Sinsombrero: han pasado del ostracismo a la saturación sin un minuto siquiera de normalidad.
Igual que Manuel Chaves Nogales, por cierto, que es el foco de una polémica tremenda a cuenta de la publicación en la editorial El Paseo, a cargo de Yolanda Morató, de sus llamados (el título es una de las disputas) Diarios de la Segunda Guerra Mundial. Han participado, que yo sepa, Juan Bonilla, Abelardo Linares, Andrés Trapiello y Ángel L. Fernández; en las páginas de Abc, El Mundo, Zenda y Jot Down. En todos los artículos que he leído se omite un parentesco importante: caballerosamente, pero hurtándole un dato supongo que decisivo al lector. Yo lo omito también (¡no voy a meterme en el fregao, para una vez que escapo a una polémica!). A lo que no me resisto es a transcribir el wasap que le mandé a un amigo sevillano (el gran Carlos Mármol): "¡Cómo vuelan las navajas en la Tercera España, quiyo! ¡La siguiente guerra civil la desatará Chaves Nogales!".
* * *
En The Objective.
8.6.25
Entre los españoles y yo hay algo personal
[Montanoscopia]
1. Me comen los demonios cuando se intenta exculpar al electorado español con el argumento de que la ley de amnistía no estaba en el programa del PSOE. Lo que sí estaba era el Sánchezprinzip: la certeza de que Sánchez haría cualquier cosa por mantenerse en el poder, incluso aquellas que aseguró que no haría. Como ocurrió en la legislatura que se juzgaba el 23-J y que el electorado español absolvió.
2. Los españoles solo recobrarán la dignidad si pasokizan al PSOE. Obviamente, no lo van a hacer.
3. Digo "los españoles" y no "los votantes del PSOE" porque me refiero al cuerpo social que no expulsó a un elemento como Sánchez masivamente: sin tener que recurrir a sumitas o restitas.
4. Si hay algo inexorable es que el libro de Leire Díez va a existir, para justificar su excusa. Han hecho el chiste de que ya está en ello la amanuense de Sánchez Lozano; chiste la mar de realista. Leo, por cierto, que Lozano ha arruinado la Casa Árabe, cuya dirección le dieron. Siempre me pregunté por qué la enchufaron justo ahí. Caigo en que sería por asociación con el Cide Hamete Benengeli del Quijote, verdadero autor del libro de Cervantes, según Cervantes. Si Lozano es aquel árabe, ¡entonces Sánchez es Cervantes! Eso debió de pensar el que la colocó. Lamentablemente, mi especulación no es realista: implicaría que alguien en el sanchismo ha leído el Quijote.
5. Bueno, Muñoz Molina sí ha leído y releído el Quijote. Vi la presentación de El verano de Cervantes, que acaba de publicar, y me reconcilié un poco con él. Al final se abrazaron él y su esposa Lindo, con amor. Percibí fragilidad y ternura. ¡Soy un sentimental! No se ha equivocado quien ha dicho: "Montano: convencido de no acabar nunca con ese corazón, pomo de su puerta".
6. Qué entrañables el politólogo y la politóloga de los domingos en El País. Gracias a Trump han vuelto a ejercitar sus herramientas epistemológicas sobre el peligro iliberal, que con Sánchez las tenían oxidadas. En realidad él, que tiene nivel, sí ha hablado en los dos o tres momentos clave (y solo en ellos). Ella, en cambio, se ha limitado a ser siempre cheerleader.
7. Y de pronto cambian al director de El País: Pepa por Jan; o Bueno por Ahrens. El previsible aflojamiento de las riendas les facilitará a los misceláneos lo que les angustiaba: ir preparándose para la llegada del PP, con el que tampoco debe faltarles prosperidad. "¡Vamos a hacernos una foto para la prosperidad!", decía Carmen Sevilla, aquella Melody (Latorre dixit) avant la lettre.
8. La desgracia de las, así llamadas, lenguas cooficiales son sus nacionalistas, que las embadurnan de pestilencia. Lo que de atractivo y seductor puedan tener, por el habla cotidiana y sus poetas (¡y sus locutores del Giro!), los nacionalistas lo arruinan. Si aún se hicieran alegorías medievales, el Catalán, el Gallego y el Euskera (y el Bable y la Fabla, y el Andalú y el Silbo Gomero y el Castúo), se erigirían como gigantes a apalear a sus nacionalistas y limpiarse así la porquería que les ha caído encima con ellos, su genuina amenaza, su aniquilación.
9. No estoy de acuerdo con que se adelanten las elecciones, como piden el PP y Page. Yo quiero que Sánchez agote la legislatura y que los españoles se cuezan todavía más en Sánchez. Y, a ser posible, en la siguiente legislatura también. Y así durante cuarenta años sanchistas, medida que conocen bien los españoles. Les deseo ya lo peor a los españoles. ¡Entre esos tipos y yo hay algo personal!
* * *
En The Objective.
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