27.7.09

El Poema del Tour

Poema realizado a lo largo del Tour 2009 con palabras y frases entresacadas (sin alterar su orden) de las crónicas de Carlos Arribas en El País.

"No tengo nada que demostrar"
cremallera de los años
por un pasado inexistente
encajonado entre bloques
de ciudad dormitorio
aún resiste el Mont Ventoux
incongruencia
geológica de la Provenza
aliciente balizado
no hay sorpresa que me ayude
a limpiar de minas la rampa
instalada en la frustración

Contador dibuja su territorio
tiempos intermedios
pedales que valen
su peso en brisa
alma en pena Piolín
ante el cero doloroso

Los sudorosos abrazos de Cavendish
Biblia del culotte
para desclavarla
aguantar la cornisa
tiempos malos son ahora
un cutis amarillo
para el sprinter no rigen
las leyes que ahorman
al pelotón infausto
desvío provenzal quemaba
el asfalto en la meta
se quejó Cancellara
como soy más grande
y tengo más motor
me cuesta más refrigerar

El corte del bordillo
camino de Nîmes
el viento acumulaba
dos horas de retraso
algunos genios pintan
relojes blandos otros
han hecho del reloj
contra el reloj el duro
corazón de su vida

La justicia divina viste un casco amarillo
Tour exterminador
adrenalina para arrasar
veletas lenticulares
varios huesos se salieron
en la misma curva
caótico Silence banda
de pollos sin cabeza

La afrenta Voeckler
recuperación del tiempo
perdido cruzar
en bicicleta una frontera

La fiesta inunda Barcelona
nómada antidoping
Thor el favorito
del caos desbordado
por amantes aerodinámicas

La gota malaya en los picos rocosos
chop chop chop cada
segundo autobiográfico chop
chop chop cada
segundo resucitado chop
chop chop cada
pedalada cada
chispa marcando el ritmo
de la recuperación

La sangre fría de Luis León
tatuado en la cicatriz
sictransitgloriamundi
avituallamiento de ironía
al ver que no iba a ningún sitio

Al desdén con el desdén
encontrar el clic
que abra los minutos
dardo prestidigitador
bajo la mesa
el doliente Hautacam

"Un asunto cansino, repetitivo"
sustancia dialéctica
donde nunca hay brisa
gorra blanca logotipo
de la normalidad

Un regalo para Cavendish
girasoles en los hangares

Los labios de Armstrong y Andy Schleck
lo que aguanta la hoja
de un periódico al sol de julio
sin amarillear en la cuneta
rotondas del salchichón
mensajes encriptados
por la brecha del abanico

Al tran tran de Armstrong
canícula de la culpa
empeñado en mantener
la cuota de pantalla
el sol viejo diesel
parece acumular
viento machacado

Armstrong resopla, tirita y se aburre
desesperado por encontrarse
con una montaña de verdad
situada donde Dios manda
desencantado de que ningún
rival haga caso a sus súplicas
venga atacad venga moved
la carrera matad el tran tran
ha llegado a pensar que su Tour
es una pesadilla en la que en bucle
cada etapa se perpetuará
sin apenas cambios en la siguiente
en manga corta bajo el diluvio
resignación al tedio comprimido

La frustración de Armstrong
fabricar metáforas
la realidad es un zar
en transición estruendosa
boa constrictor hipnotizando
a su víctima antes
de machacarle los huesos

Contador marca el fin de Armstrong
tortilla de pinganillos
en un santiamén a sabiendas
de que sería un calvario

El 'pelotón' de Contador
inmolarse entre los viñedos
encadenar Tours matar
al padre por la puerta
que abrió con su ágil
pedalada se colaron
otros críos Bradley
Wiggins Vincenzo Nibali
Andy Schleck Frank
Schleck y por encima
Contador quien como Indurain
con Bugno y Chiappucci
se tendrá que jugar las lentejas
y las victorias con ellos

El ciclismo español, en la Luna
el fugado se cayó el viernes
se hizo un agujero en la carne
a la altura de la rodilla
por el que se podía ver el hueso
el médico le preguntó ¿qué
piensas hacer mañana? y el otro
pues qué voy a hacer seguir
resistiendo la criba inevitable
tras las gafas oscuras pedaladas
grandes para él pequeñas
para la humanidad

Solo e incomprendido, Contador reina
el mal sprintando
en todas direcciones
la dinamita de sus piernas

En otra dimensión
Lancelot en su twitter
hasta chocar con el vacío
toc toc toc el cuarto
clavo en su ataúd
cerró los dientes
con rabia complicados
días de julio el deseo
fue el combustible decisivo

Ciclistas generosos a 46 por hora
sangre orina de su alma
como diría el feriante
no una no dos sino tres veces
el mistral barrió ayer
Provenza y limpió
de brumas el Ventoux
el monte donde las piedras
blancas montan
el decorado del suplicio

El puño de Contador en la cima del Tour
en el Ventoux el flashback
de su vida de honrado
ciclista superviviente
de la fuga matinal
le frenaba el aliento
de una lejana sombra
se paró
dejó que el viento
le atravesara y esperó
parapetado a su rueda
luego todo fue fácil
un interior en la última
curva la que desemboca
en el observatorio y pone
fin al sufrimiento
con dos copas de champaña

El segundo Tour del más fuerte
canibalismo sin apenas
preparación
chunda-chunda con chistes
en el París de las provocaciones.