
31.8.10
Woody con sudor

29.8.10
Misántropo ma non troppo

La Vuelta ha empezado soporífera en Sevilla, pero el momento estuvo ayer en el artículo de Carlos Arribas en El País:
En los años 30, en la época en que, como escribió Thomas Bernhard, misántropo ma non troppo, el ciclista, el ser que podía permitirse enfrentarse al mundo desde arriba, sin tocar con los pies en el suelo, era el dueño del mundo, se corrió la primera Vuelta, que comienza a celebrar en Sevilla este agosto de calor africano su 65ª edición.Sobre Bernhard y el ciclismo ya escribí aquí, con cita de un fragmento del quinto tomo de su pentalogía autobiográfica. Pero de Arribas queda esa frase fastuosa: misántropo ma non troppo. He puesto como ilustración la fotografía del helicóptero del pasado Tour simplemente porque me pareció fastuosa también.
* * *
Por cierto, que en el texto de Julio Torri que copié en "Mitología del Mont Ventoux" se asocia igualmente la misantropía a la bicicleta. A los misántropos, por otra parte, no hay que temerlos mucho. Cioran, al final de su memorable ensayito sobre Guido Ceronetti (recogido en Ejercicios de admiración), le recomendaba al joven interesado en el maestro italiano:
Pero no tema usted conocerlo: los seres menos insoportables que existen son los que odian a los hombres. No hay que huir jamás de un misántropo.
28.8.10
El culo frío

Pobre Salinger, que sólo quiso darle al mundo lo que él consideraba 10, ni 9 ni 9,9... y subastan el wáter de su casa! Es para morirse... ¡Subastar el cuarto de baño de un escritor! Es que me enferma, qué horror...En verdad es nauseabundo, pero de la operación se desprende un efecto artístico. Y bullen las ideas (el inodoro como olla de sopa mental). Le escribí a Cobo que podría titular mi post: "Salinger meets Duchamp". Él sugería más bien: "El molde del culo de Salinger... y además en frances, le moule du etc...". Me gustó esa evocación de las cuñas vaginales duchampianas, pero entonces me acordé de la Monalisa: "Salinger tiene el culo frío". Cobo se embaló, proponía "una andanada sobre putrefacción... olor... temperatura... especulacion y mercado... Otra posibilidad sería una fría comparación formal entre el urinario Mutt y la urna excremental del fetiche de la literatura". De pronto me di cuenta de que no iba a tener tiempo para tanto, ni cabeza: mi tiempo y mi cabeza succionados por esa ballenita blanca que no emite surtidor hacia arriba, sino mini-maelstrom hacia abajo. Una fuente caníbal: el chorro somos nosotros, y nos traga.
26.8.10
Sobrecargado por la tensión

¡Qué bueno el dietario de Gimferrer! Lo encontré ayer en la librería del círculo de bellas artes, después de esperar cuatro días a que terminaran de hacer el inventario. Fui el dia veinte, después de recorrer todas las librerías decentes de Madrid (una decena, pues Méndez, Hiperión y Paradox estaban cerradas) y me encontré que había comenzado un inventario que se prolongaría imprecisamente hasta el día 23 o 24. Milagrosamente ayer estaba allí ¡Era mi último cartucho y estuve esperando cinco días para dispararlo! Al final me ha estallado en el cráneo y en el estómago y me ha hecho arder todas las venas como un cableado eléctrico sobrecargado por la tensión. Aunque el estilo sea completamente distinto, puede hablarse de un nivel Junger. De lo mejor que se ha hecho en España en los últimos 50 años. Curiosamente antes de ayer encontré el liibro de retratos de Villena. Lo leí en una tarde. Muy divertido, pero era como enfangarse en el Hola, con muchos pasajes escritos de cualquier manera y asomándose al anacoluto. Joder qué bien me lo voy a pasar. Joder qué bien te lo vas a pasar.
24.8.10
Dibujo de la muerte

23.8.10
Arquitecturas felices

21.8.10
Vida impagada

Añade en la lista las post(ales) malagueñas de José Antonio Montano, el hombre de la vida impagada. Su grácil escritura, de la que soy un ferviente admirador, suele adoptar el punto de vista de un joven con vocación de anciano que, pese a su fatal inclinación a disolverse, acaba dándose de bruces con el siglo, ya sea en forma de tanguita o de puerto de montaña.La vida impagada es, naturalmente, La vida de Montano; aunque también podría haber extensión metafórica. Sin embargo, no me quejo. Soy enemigo de la queja. Lo cual no quiere decir que omita las penalidades. Me he educado en el nietzscheanismo y procuro huir del resentimiento, y celebrar la inocencia del devenir: que me recorra el amor fati. Éste se acrisola cuando, como dicen los castizos, se está "a las duras". El sufrimiento es el gran tema de nuestro tiempo: la forma de afrontarlo. La estólida mentalidad imperante prescribe que si uno sufre es porque lo desea, y que si hay sufrimiento hay regodeo en el sufrimiento. No es así. En ocasiones lo único que hay es la asimilación del sufrimiento que toca: el que viene de fuera, el que toca. No me convence el truco de eliminarlo por desatención. No hay que cultivarlo, pero tampoco hay que despacharlo sin más. En caso contrario, se corre el riesgo de que no haya nada, o de que haya algo débil. La vida es una entelequia, salvo en la forma en que te ha tocado.
* * *
(9-IX) Albert de Paco vuelve a sacarme guapo en su blog:
Ya te hablé de José Antonio Montano y su aprendiz al sol, esas notas a pie de obra que, esta mañana a las diez, se arrancaban por Montaigne. En Montano conviven magistralmente la pausa y la desazón, la frugalidad y el antojo. Quienes sigan sus andanzas librescas me entenderán cuando digo que lo que Montano presenta como obsesión es, a un tiempo, la clave que a la vuelta le descifra, así el viajero encuentra sentido a Ítaca en sus propios pasos. Hoy llamaré tu atención sobre sus críticas de cine, en las que últimamente se prodiga poco y que tienden a rehuir, precisamente, el corsé de las críticas al uso.
19.8.10
Sólo la ejecución sella el propósito

No leo lo que soy en mis propósitos sino en las acciones realizadas, es decir, en la imagen de mi vida hecha cuerpo. No existe evasión hacia un mundo espiritual que pueda dar a mi vida práctica un sentido "más profundo", o incluso una absolución. Los hechos de mi vida son el libro abierto de mi identidad. Soy lo que he querido.En Para leer a Schopenhauer escribe por su parte Aramayo:
Sólo nuestros actos dan fe de cuanto queremos realmente; podemos recrear nuestras motivaciones y decirnos a nosotros mismos que nuestros deseos apuntaban en otra dirección, pero en realidad el único notario de nuestras auténticas voliciones es aquello que hacemos.Para los que no estamos contentos con nuestros días las consecuencias son devastadoras. Y también estimulantes: estimulantes de verdad.
18.8.10
Paseo marítimo

He visto la primera película de Millenium y no pensaba hablar de ella, porque ha sido en plan pasatiempo veraniego un poco majarón. Pero resulta que en la última secuencia sale el paseo marítimo de Málaga y me he enternecido. Por las sombras está rodado por la mañana, calculo que sobre las diez. A personajes así no los he visto en la vida, pero son de atrezzo. Es que se supone que eso no es Málaga, sino las Islas Caimán. Y lo compro. A partir de ahora pasearé con ese extrañamiento. También yo seré un financiero con turbios negocios. Debo comprarme un maletín.
17.8.10
Historia de amor

16.8.10
El cuervo

15.8.10
Imagen de la muerte

14.8.10
Bloguero de pro

Evidentemente, habría que hacer algo. Y estoy en ello (¡estoy en ello!); pero se me amontonan –entremezclándose– los proyectos y la ineficacia. Llega un momento en que la vida de uno es una especie de Maelstrom: una concatenación de círculos viciosos de cuya succión resulta muy difícil escapar. Por otro lado, aunque sé que es un consuelo imbécil, en esta cárcel se segregan materiales, corrosiones, que no encuentro en otro sitio y a los que se le podría dar salida. Sin duda, me hallo en un paisaje peligroso. Esta condición fantasmal: ser bloguero (de pro) de un blog que no es.
12.8.10
El mundo como representación

Enfrascado en lecturas nihilistas, para mi proyecto. Ya sí lo tengo claro. El nihilismo me parece el punto de partida ineludible. Luego habrá que salir de sus aguas, pero primero es necesario bañarse en ellas. Mejor dicho: primero es necesario reconocer que se está en ellas. Porque en el nihilismo estamos todos, para empezar. Y quien no lo advierte, está condenado a permanecer siempre dentro, haga lo que haga. La salida del nihilismo requiere un trabajo quirúrgico con la atmósfera que respiramos: sajar el plástico, incluso el que hay dentro de los pulmones. Pero antes hay que atenderlo, no dejar ni un pliegue sin investigar.
Para hoy, por lo demás, se anunciaba aire caliente, aunque no ha sido para tanto. He seguido con la lectura de Los demonios de Dostoyevski y he comenzado de nuevo El mundo como voluntad y representación. Qué bien lo inaugura Schopenhauer:
"El mundo es mi representación": ésta es una verdad aplicable a todo ser que vive y conoce, aunque sólo el hombre puede llegar a su conocimiento abstracto y reflexivo: cuando a él llega, ha adquirido al mismo tiempo criterio filosófico. Estará entonces claramente demostrado para él que no conoce un sol ni una tierra, sino únicamente un ojo que ve al sol y una mano que siente el contacto de la tierra; que el mundo que le rodea no existe más que como representación, es decir, única y enteramente en relación a otro ser: el ser que percibe, que es él mismo.Bueno, engolo demasiado la voz. Lo cierto es que no tengo ni idea (emito frases de tanteo, me adorno): pero en eso estoy. La filosofía como elaboración literaria.
11.8.10
Caridad

Ahora que cultureta está en el diccionario parece que hay bula para ciertas conversaciones. La otra noche me preguntó un amigo si tenía una opinión particular sobre Medea. No estábamos en el Ateneo, sino en una terraza de verano, viendo pasar petardas. La verdad es que no. Nunca me he parado a pensar en Medea. Sé que mató a sus hijos, por alguna movida, pero poco más. Me gustaría saber (haber sabido) sobre Medea, pero siempre se me olvidan los detalles mitológicos. Las petardas pasaban, marcando tanguita, y yo era un miserable por no tener una opinión sobre Medea.
Pero ya sí la tengo. La he tomado de una conferencia de Guillermo Solana sobre Delacroix, que me puse ayer. Es otra de esas conferencias brillantes, bien articuladas, excelentemente dichas. Al final se refiere a la Medea de 1862, cuadro que la muestra con sus dos hijos y el puñal. Va a matarlos en venganza contra el padre, Jasón, que la ha dejado por otra. Según Solana, Delacroix se inspira perversamente en la iconografía de la Caridad, que la tradición (como en Andrea del Sarto o Salviati) representa con un bebé a cada pecho. Medea, pues, les da a sus hijos la leche negra de la muerte. Empujada por los celos (por Eros), pero con un efecto tanático, que se lee como caridad. Cortocircuito en las vidas que ella trajo al mundo; reparación rápida de su error.
10.8.10
En terapia

* * *
(12-VIII) Veo ahora el quinto capítulo: brillante la idea del último paciente de la semana. La serie queda así redondísima.
9.8.10
Fuente de la Reina

* * *
(20-IV-1993) Excursión con Weil en bicicleta. Hemos llegado casi hasta Colmenar. Conversación de bici a bici, intermitente, por la carretera de los Montes. Me ha sorprendido la cantidad de cosas que Weil sabe del campo. He aprendido a nombrar algunas: tagarninas, cernícalos, gamones. Recuerdos, retazos de un día memorable: el placer de la comida en la venta tras el esfuerzo físico, el paisaje de la Axarquía desde lo alto, las variaciones del cielo... Ya al final de la tarde, cuando regresábamos, se nos ha pinchado una rueda en la bajada y hemos tenido que llamar a mi padre para que viniera a recogernos con el coche. Yo me he quedado con la bici buena y me he lanzado por delante a una velocidad extraordinaria, como no lo había hecho nunca. La sensación de ir carretera abajo sin peligro, como un viento.
(1-VI-1993) [...] Por la tarde he cogido la bicicleta y me he puesto a subir los Montes. Pensaba llegar a la Fuente de la Reina, pero cerca del Mirador se me han quitado de pronto las ganas de seguir. Una especie de abulia, tampoco demasiado poderosa.
(23-X-1994) [...] He subido con Weil a los Montes por la carretera de Olías. Grata conversación, mientras pedaleábamos, en esta luminosa mañana de domingo. Le he recomendado la lectura de Augusto Monterroso, aunque al tratar de recordar historias concretas para contárselas me he dado cuenta de que ya se me han olvidado la mayoría. Luego nos hemos parado a almorzar en una venta que hay por encima del Mirador, desde la que se veía el mar resplandeciente y la ciudad al fondo. Agradable sensación, después en el descenso, de ir en la bici con el estómago lleno de lomo con patatas y la cabeza nublada por el vino.
(19-VI-1995) Subida al Mirador en bicicleta. Desde arriba, la ciudad a través del filtro morado de las gafas. El mar no se distinguía del cielo, por lo que Málaga parecía flotar en el vacío. Luego, más abajo, una fugaz sensación de dicha al recibir el aire en el rostro y escuchar el rumor de los eucaliptos.
(19-VIII-1996) Día de ayuno. Por la mañana, subiendo en bicicleta al Mirador, me he zafado en cierto instante de los pensamientos y he hundido la cabeza para contemplar mis propias pedaladas, como el ciclista ético de Duchamp; un cosquilleo vivificador me ha recorrido entonces el espinazo. Desde arriba, luego, la visión rutilante y neblinosa de la bahía.
(18-IX-1996) Subida con Weil a la Fuente de la Reina. El descenso nos ha ocupado justo la última media hora de sol. Por las curvas de arriba se veían a lo lejos las hileras de montes, como decorados de teatro, diluidos en un polvo dorado que les daba un aire fantasmal. De vez en cuando, ráfagas de luz, como lingotes de oro ingrávido, filtrándose por los eucaliptos. El mar y la ciudad cada vez más cercanos, en sucesivas capas, hasta que al final, llegando casi al fondo, ya sin sol, los edificios aparecían diáfanos, amoratándose, con los faros y las primeras luces encendiéndose en las diminutas ventanas. La transición impecable de la tarde a la noche, observada –vivida– desde la bicicleta.
(25-VII-1997) [...] Me acuerdo también de otro momento simple de felicidad compartida, en esta ocasión con mi hermano. Fue una tarde de verano en que bajábamos los dos en bici por la carretera de los Montes. Yo le veía a él dando las curvas por delante, cortando el viento; y de pronto me sentí conciliado con la vida.
7.8.10
Primeras pedaladas

4.8.10
Sangre en la piscina

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