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31.8.09
27.8.09
Asilah 2009
Qué curioso volver a ver Asilah en verano. Yo la dejé en invierno. Ahora estarán de nuevo en Ramadán. No tengo nostalgia. Sí (buenos) recuerdos. Promesas, picor de promesas. Y la conciencia de una derrota, como la de Alcazarquivir. Un paréntesis en África.
* * *
(14-IX) "Asilah, elogio de la sencillez".
25.8.09
Fluctuación
Ayer mismo (¡ah!), cuando se asentó la mañana, o se deshilachó, pasé de Nietzsche a Montaigne, según la cita que escoge Bernhard para El sótano:
Todo es movimiento irregular y continuo, sin dirección y sin objeto.Nietzsche, por lo demás, no hubiera estado en desacuerdo del todo. Hay que buscar buenos cócteles. Nietzsche y Montaigne es uno.
24.8.09
Fórmula de mi felicidad
Es, quizá, el aforismo de Nietzsche más seco, más soso. Un aforismo transparente y de apariencia idiota. Aunque tiene algo. Yo llevo años rumiándolo, de hecho; y hasta lo seleccioné en mi miniantología nietzscheana. Pero sólo esta mañana me ha golpeado de verdad. Ha sido una iluminación boba, porque el aforismo, ciertamente, parece bobo (es, casi, un aforismo de autoayuda). Lo cierto es que de eso se trata. Es justo eso, con exactitud:
Fórmula de mi felicidad: un sí, un no, una línea recta, una meta...
23.8.09
Sobre el estilo propio

El universal entendido mal es género. Bien entendido es Principio de Variación. No es ya el modelo al cual, siempre de forma deficitaria, trata de adecuarse un singular. Es una Idea que siendo siempre igual a sí misma acierta a repetirse cada vez de forma perfectamente diferenciada. De hecho, la Idea es el halo familiar que se desprende de la sucesión de las variaciones concatenadas.
[...] todas las cosas, hasta las más humildes, hasta las más desatendidas, poseen un corazón que anhela abismos y eternidades. Todas tienen vocación para lo perfecto. Todas son perfectas, de manera que no puede hablarse de inicial magnitud ni de inicial pequeñez. Lo grande y lo pequeño es resultado, nunca premisa. Sólo que el mundo se nos ofrece como resultado y no como premisa. Lo grande fue pequeño y pudo ser grande por virtud de que fue capaz de abrir el tarro que guardaba su perfumada esencia.
Producir es dejar que la cosa llegue a ser, es facilitar el tránsito de lo que aún no es al ser propio, es hacer que la virtud propia sea y se lleve a presencia.
A través del arte —que es poíesis y téjne— la verdad se hace al fin libre y patente, la esencia se hace existencia, el ser se hace facticidad. La creación es el acto de liberación en virtud del cual la existencia trocada en estancia alcanza su propia esencia. Es así mismo revelación del ser propio de cada existencia perdida en el laberinto de lo dado.
Conviene, sin embargo, distinguir la verdadera mímesis, para la cual reservamos este término, de lo que suele llamarse imitación. Esta repite sin crear y es fruto de un dominio impuesto o consentido (normalmente las dos cosas a la vez). La mímesis, en cambio, es posesión creadora. Llamo posesión creadora a esa integral asimilación del otro en tanto que otro en la sustancia propia, de manera que a la vez se alcanza la más absoluta fusión y la más absoluta libertad y diferencia. Sin libertad no hay posibilidad de creación propia. Sin fusión no hay concepción, fecundación.
En virtud de esta posesión amorosa el alma queda embarazada. Y hora es ya de seguir el camino iniciado por Platón y rememorado por Nietzsche en su texto La voluntad de poder como arte: hora es ya de describir en los términos adecuados, es decir, fisio-lógicos, el proceso que conduce a la creación. De hecho, el embarazo constituye el fruto de esa unión perfecta del alma propia consigo misma a través de otra alma encontrada a la postre en la propia esencia. Lo que se llama inspiración es, ni más ni menos, esa llamarada resultante del encuentro de Uno consigo mismo y con el Otro. Lo que resulta de ese encuentro es Obra.
Se nace ya con una esencia perfecta y propia. Y todas las dialécticas del ser, del existir y del estar acucian tanto al recién nacido como al hombre llamado cabal, maduro. Todos son igualmente responsables ante sí y ante los otros. Y por lo mismo igualmente culpables, si así puede hablarse. Llamo culpa, en sentido extramoral, al decaer del existente en el estar. Sinónimo, pues, de caída. Y bien, el niño nace igualmente inocente y culpable, a la vez enviscado en el universo del estar e imbuido de virtud propia que permita alzarle de ese estado. Nada ni nadie podrá salvarlo si no se salva a sí mismo, si bien todos podremos asistirlo. Pero eso mismo les sucede al padre y a la madre. De hecho, tan desasistidos se hallan los unos como los otros, tan alejados y tan próximos de su esencia y de su verdad.
Lo que se llama estilo propio es el resultado de un principio de variación que es la idea: el universal entendido bien. [...] Cualquier cosa puede tener estilo: ello depende de que pueda o de que no pueda, ello es función de su poder.
El estilo no tiene, pues, acto fundacional, sino que se crea y se recrea cada vez, hasta construir un sello inconfundible, una marca singular y un halo propio, algo así como el alma misma de una escritura o de un conjunto de textos, de una persona o de una época.
El estilo une, en consecuencia, lo universal con cada caso, de manera que constituye la idea misma en tanto es universal bien entendido. Al universal malentendido de los Géneros debe, por tanto, contraponerse el universal bien entendido de los Estilos. Los cuales son, en las personas, en los sexos y en las escrituras, expresiones selladas por voces propias y esenciales que trascienden el universo genérico. Y que, en consecuencia, aspiran a lo perfecto.
22.8.09
Catón el cerebrotónico
Leo en el artículo de hoy de Eduardo Jordá la mención de un poema de Auden: "La caída de Roma". Lo busco en el libro que me regaló mi amiga Inés por mi cumpleaños (Canción de cuna y otros poemas, ed. Lumen, traducción de Eduardo Iriarte) y está:
Los embarcaderos sufren el embate de las olas;
en un campo solitario la lluvia
azota un tren abandonado;
los forajidos colman las cuevas del monte.
Fantásticos se tornan los vestidos de gala;
agentes del fisco persiguen a
morosos en fuga por
las cloacas de ciudades de provincias.
Ritos de magia secretos adormecen
a las prostitutas del templo;
todos los literatos tienen
un amigo imaginario.
Es posible que Catón el cerebrotónico
ensalce las Antiguas Disciplinas,
pero los musculosos marinos
se amotinan por el rancho y la paga.
La cama de matrimonio de César está caliente
mientras un funcionario sin importancia
escribe NO ME GUSTA MI TRABAJO
en un formulario oficial rosa.
Sin las dotes de la riqueza o la compasión,
pajarillos de patas color escarlata,
empollando sus huevos moteados,
observan cada ciudad infectada de gripe.
En otro lugar del todo distinto, enormes
rebaños de renos atraviesan
millas y millas de musgo dorado,
silenciosamente y muy deprisa.
21.8.09
Tartán azul

20.8.09
Sonido sagrado

El tema de hoy es una canción que contiene un periodo de mi vida, reciente pero intenso: el de la primavera de 2007, que fue la última temporada que pasé en Madrid. Yo me alojaba en un piso precioso, frente a la Embajada de Italia, y pude hacer eso que me gusta con las ciudades, que no es visitarlas sino habitarlas. Un placer que en Madrid me es particularmente querido, porque es la ciudad que prefiero para vivir. (Ahora vivo en Málaga porque estoy sin un duro; y porque, después de todo, la única vida que hago ahora, y la única que necesito hacer, es una vida de gabinete.) Una de las primeras tardes Andújar, recuerdo que saliendo de la plaza de Chamberí por Luchana, hacia Bilbao, me puso en su ipod "Grande hotel". Fue un flechazo instantáneo. La letra es de Chico Buarque, quien la interpreta junto a su baterista Wilson das Neves en un disco de este último: O som sagrado. Andújar ya me había hablado de él, e incluso llegó a reseñarlo en su abortado (¡pero espléndido!) blog brasileñista. Le pedí que me lo grabara en mi ipoide azul y ésa fue la banda sonora de mi estancia madrileña: el disco entero, pero sobre todo "Grande hotel", que me puse muchas veces con el repeat. Ahora, como suele ocurrir, en esa canción está aquel tiempo, que ya ha pasado también.
Não sem antes abrir a janela / E ver tuas palavras ao léu / Jogas conversa fora...
[No sin antes abrir la ventana / y ver tus palabras al viento / da igual lo que digas...]
19.8.09
Girasoles

Estupendas las fotografías del pasado Tour en The Boston Globe. Aparecieron en la fantástica sección The Big Picture, que recomiendo a quienes aún no la conozcan. Ciclistas entre girasoles. Ricardo Reis:
Girassóis sempre
Fitando o sol,
Da vida iremos
Tranquilos, tendo
Nem o remorso
De ter vivido.
[Girasoles siempre
mirando al sol,
de la vida nos iremos
tranquilos, sin
el remordimiento siquiera
de haber vivido.]
18.8.09
El personaje del verano

17.8.09
El mejor monumento
16.8.09
País perdido

Como en todas las buenas biografías, en el Poe de Georges Walter hay un preciso retrato de la época y el ambiente del biografiado. Aquí se trata de los Estados Unidos de la primera mitad del siglo XIX, un país joven y con conciencia joven, que recibe la visita del anciano La Fayette (junto a quien combatió el abuelo de Poe en la Guerra de Independencia), contempla cómo Jefferson crea con mimo la Universidad de Virginia (para decepcionarse de inmediato, al ver cómo los engreídos alumnos "hablan el latín como si fuera el cherokee"), sufre las tensiones entre el Norte y el Sur (que terminarían en la Guerra de Secesión de varias décadas después) o desprecia a sus primeros escritores verdaderos (como Hawthorne o el propio Poe). Era un tiempo naciente, ajeno, y ahora, en uno de los magníficos prólogos de Julio Cortázar a sus traducciones de Poe en Alianza Editorial, encuentro al respecto este párrafo de Hervey Allen, que me ha producido una ligera turbación melancólica:
La época, la peculiar mitad del siglo XIX en la cual Poe vivió y se movió, se ha convertido en un país perdido para los que vinieron luego, un país más remoto y singular que Siam. Cuando se contemplan sus raros vestidos, su extraña arquitectura rococó, sus creencias, sus prejuicios, esperanzas y ambiciones, sus convenciones carentes hoy de sentido, pero sobre todo si se intenta una aproximación a través de su literatura popular, parece como un extraño océano neblinoso, donde, a través de calles apenas entrevistas, en pueblos oníricamente grotescos, se movieran —por motivos olvidados— los fantasmas de los trajes. Fuera de esta tierra de vaga agitación y de apagados destellos, como un campanario sobre la niebla que cubre la ciudad y bajo la cual se oye rodar el tráfico invisible, unas pocas cosas aparecen delineadas y definidas claramente. Una de ellas es la prosa imaginativa y la poesía de Edgar Allan Poe.Para completar lo anterior, Cortázar cita otro texto, de Van Wyck Brooks, que termina así:
los dos principales artistas de la literatura norteamericana, Poe y Hawthorne, estuvieron distanciados de la sociedad como pocos artistas lo han estado jamás en el mundo; a sus contemporáneos les parecerían espectrales y distantes, apenas humanos, y fácilmente podría mostrarse que no es menos marcada la reacción que en su obra produce un mundo esencialmente irreal para ellos.Por cierto, que me ha sorprendido el tono del Cortázar de 1956, fecha de la publicación original de estos prólogos. Es un Cortázar sobrio, ecuánime y no sentimental. Le da una tunda al pringoso Cortázar de los últimos años (que estuvo lo contrario de solo: acompañado por lo peor de su época; yo incluido).
15.8.09
Diarios de Jünger

Villechétif, 10 de julio de 1940.— Por Troyes a Villechétif. En Troyes grandes destrucciones. Los arrabales de la parte oeste han sido reducidos a cenizas, y lo que queda de las paredes se parece a un conjunto de celdillas que dibujasen muestras en el terreno. Por la tarde paseo hacia la parte de Belly; en pleno bosque he tropezado con una pequeña tumba cuya cruz tenía colocada en su extremo superior una lata de conservas. A lo que parece, el ser humano tiende por instinto a poner un remate en las tumbas; la primera vez que tuve esta idea fue cuando vi en los cementerios mahometanos turbantes de piedra.Después pienso que Jünger no hablaba demasiado de Poe en sus diarios, aunque en el prólogo (el deslumbrante prólogo de Radiaciones) sí resaltaba la metáfora del Maelstrom. Hace poco, releyendo el pasaje que copié aquí en su momento, se me ocurrió un nombre (con variante) para el estilo que propugna: realismo jeroglífico, o realismo oracular.
.....En un carro blindado destruido he encontrado cartas, cartas de amor dirigidas a soldados, y también documentos secretos que incluían descripciones sobre el modo de colocar minas.
París, 27 de junio de 1941.— Mientras comía bromeaba con una hermosa criatura de tres años, a la que había tomado mucho cariño. Pensamiento: era uno de tus hijos no engendrados y no nacidos.
14.8.09
Salir de Baltimore

12.8.09
La Charca de las Ranas

Así comienza Pleno margen y me gustaba, nos gustaba tanto, que pensamos fundar un periódico optimista con ese nombre: La Charca de las Ranas —proyecto que autosaboteamos de inmediato, porque odiábamos el periodismo. Sí, me repetí mucho esos dos versos y ahora, veinte años después, encuentro la alusión, en la biografía Poe de Georges Walter:No estoy para los adeptos
Nunca habité el lugar denominado La Charca de las Ranas
Nunca apuestes tu cabeza al diablo; cuento con moraleja es hoy día una pequeña sátira esotérica, transparente en su época, dirigida contra los trascendentalistas y los puritanos de Boston, su ciudad natal, llamada por Poe "el estanque de las ranas", centro del movimiento de pensamiento cuyo gran animador es Ralph Waldo Emerson. [...] "El señor Emerson", escribirá en una ocasión, "pertenece a una categoría de hombres para quienes no tenemos la menor indulgencia: los adeptos del misticismo por el misticismo". Emerson le devolvería sus amabilidades dedicando al poeta muerto el calificativo de payaso.Descubro también, por Google, que en París había un sitio llamado así, la Charca de las Ranas (la Grenouillère), que Monet pintó, y ya no sé si Breton se referiría a él. Pero la caracterización de Poe le va mejor, y si no estaba en el poema, se le acopla ahora. Lo releo en esta tarde de agosto: qué maravilla.
* * *
PS. Me escribe el amigo Josepepe quejándose de la traducción enlazada, que es de Tomás Segovia. Pone como ejemplo el verso Je n'ai vu à l'exclusion des autres que des femmes qui avaient maille à partir avec leur temps, que Segovia traduce: Sólo he visto con exclusión de las demás a mujeres que eran uña y carne con su tiempo. Josepepe explica que avoir maille à partir significa lo contrario de lo que Segovia ha puesto; y que Andrés Sánchez Robayna lo traduce con un sentido más ajustado: tener problemas con. Esta otra traducción de Pleno margen puede leerse, con el original francés, aquí.
5.8.09
Un país inquietante
Escribe la cargante Simó, con su habitual quejumbre (¡ah esas sentimentalidades del odio, tan sin seny!):
hi ha motius perquè els catalans odiïn Espanya, però cap ni un perquè els espanyols odiïn Catalunya. I en canvi, l'odi és unidireccional, de ponent ençà. Espanya és un país inquietant¡Un país inquietante! ¡Ya quisiéramos! España es un país estólido y ramplón. Y el coñazo de los nacionalismos estriba, exclusivamente, en que esa estolidez y ramplonería la intensifican hasta las heces ya, y sin respiraderos.
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