11.7.25

La abuela de Ipanema

[La Brújula (Opiniones ultramontanas), 6:30

Buenas noches. En mi última intervención de la temporada quiero ahorrarles mis rabietas de cascarrabias ultramontano contra todo lo que se mueve y proponerles un movimiento exaltante: el de la música brasileña. Esta es mi gran pasión vitalista. El filósofo Nietzsche decía que "sin música la vida sería un error" y yo digo que "sin música brasileña mi vida sería un error". Hay un aniversario adorable: resulta que la muchacha que inspiró la canción A garota de Ipanema, Helô Pinheiro, acaba de cumplir ochenta y dos años. Aunque la bossa nova triunfó en Brasil en 1959 con Chega de saudade, interpretada por João Gilberto, el bombazo internacional se produjo en 1964 con The girl from Ipanema, cantada en inglés por Astrud Gilberto, con su marido João Gilberto a la guitarra, Stan Getz al saxofón y Antonio Carlos Jobim al piano. Jobim y Vinicius de Moraes, de cuya muerte se acaba de cumplir también cuarenta y cinco años, solían sentarse en un bar del barrio de Ipanema, en Río de Janeiro, y veían bajar todos los días a la playa a la chica que les inspiraría la canción.

La canción tiene un tono celebratorio, pero también nostálgico: porque esa belleza que pasa nos resulta inalcanzable. Esta es la clave de su perduración. En una canción posterior, Carta ao Tom 74, Vinicius recuerda entrañablemente el tiempo en que "nuestra famosa garota ni sabía / hasta qué punto la ciudad turbaría". Luego lo sabría, porque tras el éxito Vinicius y Jobim desvelaron la identidad de la garota, que prácticamente ha vivido de eso toda su vida, así como su hija Ticiane Pinheiro, conocida como A filha da garota de Ipanema. Mas volvamos a Helô Pinheiro. Aquella chica es hoy la abuela de Ipanema, pero se mantiene espléndida y cuando ella pasa el mundo enterito se sigue hinchiendo de gracia y fica mais lindo por causa do amor.