El nuevo Sánchez ha resultado ser el mismo Sánchez. Al menos en lo que dice: queda por ver qué hará más allá de sus palabras. En su discurso de clausura del congreso del PSOE tenía que contentar a la militancia que lo ha aupado. Pero para ganar las elecciones tendrá que descontentar necesariamente a esa militancia... ¿Lo sabe Pedro Sánchez? Creo que ahí, en su cabecita, se jugará todo.
Una clave, poco esperanzadora, está en lo que dijo su hombre de confianza José Luis Ábalos (quien por lo demás estuvo muy bien en la moción de censura): “Desde la izquierda queremos ganar el centroizquierda”. Demuestra que no sabe qué es el centroizquierda hoy en España. Tampoco lo sabe Sánchez cuando llama a un entendimiento entre Ciudadanos y Podemos. ¿Finge o no se ha enterado de nada?
Permítanme que les hable desde el centroizquierda, porque ahí estoy yo (o ahí me quiero ver). En el centroizquierda estamos los progresistas que nos hemos liberado de la fetichización de la palabra “izquierda”. Hemos soportado en estos últimos años que nos llamen “fachas”, y lo que nos digan que somos nos trae ya al pairo (lo último es la matraca del “extremo centro”, proferida por pijos ideológicos). Para nosotros no hay progresismo posible si no parte del respeto estricto al Estado de Derecho y del acatamiento de la Constitución (que podrá cambiarse, pero según el procedimiento que ella indica). A partir de ahí, hay mucho que mejorar; pero todo lo que no parta de ahí es, para nosotros, pseudoprogresismo.
No nos van a engatusar con el caramelo de “la izquierda”: porque venimos huyendo precisamente de ahí, de la cantidad de reaccionarismo que se ha ejercido bajo la capa de esa palabra prestigiosa. Unidos Podemos es la encarnación actual de esa izquierda reaccionaria que detestamos: con sus líderes manchados por sus jaleamientos al dictador Castro o al militarote Chávez; y abrazados ahora a los golpistas fascistoides de ERC y a los proetarras de Bildu. Todo esto forma ya una retahíla cansina, lo sé: pero por más que se haya repetido no deja de ser verdad; y no deja de escandalizarme.
Que el PSOE hable de “fuerzas del cambio” incluyendo indistintamente a Ciudadanos y Podemos indica que no se ha enterado de nada. No sé si se ganará a algún votante de Podemos (lo dudo), pero desde luego no va a ganarse a ninguno de Ciudadanos. Aunque puede que todo sea estrategia. El reto de Sánchez y Ábalos, al fin y al cabo, es conseguir votos de un electorado a estas alturas muy sectario, y notablemente embrutecido.
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En The Objective.