1. Los ciudadanos ya sabemos que el desastre de la política española se cuenta en vidas de ciudadanos, en su ruina y en su abandono. Lo de Valencia, un mes después de la riada, no tiene nombre. Y Sánchez envalentonado en la tribuna del Parlamento. Él va a lo que va, que es lo suyo. Como todos, por otra parte: solo que en él, tan autoestimado, la obscenidad es absoluta.
2. La mayor corrupción del PSOE no es –con ser grave– la de los presuntos que los jueces y la prensa investigan. La mayor corrupción es la que ejecuta a la vista de todos: esa corrupción en el escaparate como la carta robada de Poe. ¡La carta robada de(l) P(s)oe! Los indultos, la amnistía, la fiscalidad antisocialdemócrata, la entrega al nacionalismo, el embrutecimiento polarizador, las purgas internas, los bulos, el populismo, el cesarismo, la merma del Estado de derecho, la demonización de la oposición y de la Justicia, la infiltración institucional, el antiparlamentarismo, la aspiración al totalitarismo. Hay frases del congreso socialista de este fin de semana que son escalofriantes: lo de "acabar con la derecha", lo de llamar "golpista" a Feijóo... El tertuliano de parte Toni Bolaño intentó restarles valor aduciendo que son frases dichas para la militancia. El problema es que el PSOE es ya solo un partido de militantes. Siendo el presidente del Gobierno (y como presidente del Gobierno) el primer militante.
3. Los titulares de El País tampoco se quedan mancos. En uno habla de "resistir la ofensiva judicial" y otro dice: "El PSOE busca dar un mensaje de fortaleza en pleno asedio". Esto último no está nada mal, teniendo en cuenta que El País es El Alcázar del sanchismo.
4. Por otro lado, no deberían estar tan preocupados en el PSOE: ¡con la oposición inútil que tienen! El pobre Feijóo, convertido sin gafas (lo señaló brillantemente un tuitero) en Benito Floro; y los de Vox jaleando el franquismo. El PP y Vox son los Pepe Gotera y Otilio de la política española. ¡Menudos ñapas!
5. ¿Que cómo me posiciono en la pugna entre Motos y Broncano? ¡Les agradezco la pregunta! Mi respuesta: con la tele apagada y leyendo un libro.
6. Por ejemplo, la nueva edición en Cátedra (¡en el canon!) de Las personas del verbo, de Jaime Gil de Biedma, a cargo de Carme Riera (autora de aquel memorable estudio La Escuela de Barcelona) y Félix Pardo. El libro no solo recoge la poesía completa que el poeta decidió, sino también la que excluyó. Y recoge además versos desechados de sus poemas célebres. Un poema es Noche triste de octubre, 1959, que Arcadi Espada y yo hemos coincidido en relacionar con el gabinete de Sánchez: "Adelantaron / las lluvias, y el Gobierno / reunido en consejo de ministros / [...] / aislado en un océano, / se limita a esperar que la tormenta pase". Por Espada precisamente aprendí el memorable apellido Galinsoga, que aparece en este pasaje suprimido del poema: "Inevitable todo claro está. / Lo mismo que la lluvia. / ¡Cómo quisiera uno que la vida / fuese, efectivamente, un orden trascendente, / como dice don Luis de Galinsoga". Este fue director de La Vanguardia (Española entonces) y en la nota al pie los editores reproducen unas palabras maravillosas del sujeto: "Si queremos ser dignos de esa redención y honrar a quien nos ha redimido, todos los españoles debemos hacer estas tres cosas: pensar como Franco, sentir como Franco y hablar como Franco, que, hablando, naturalmente, en el idioma nacional, ha impuesto la victoria". (Cambien Franco por Sánchez y tendrán lo esencial de los discursos de este Congreso del PSOE.)
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En The Objective.