1. De nuestros partidos políticos se puede afirmar lo que Schopenhauer afirmaba de las naciones: cada uno se mete con los demás, y todos tienen razón.
2. Recuérdalo tú y recuérdalo a otros: la primera actuación del Gobierno con los incendios fueron los chistes del ministrete. Este dice ahora (cómo le gusta adornarse) que las provocaciones están bien si las sustentan ideas. Lo podría defender. Solo que del ministrete consta una única idea: la obediencia ciega, servil, al (puto) amo.
3. El tétrico panorama de presidentes autonómicos del PP, ineficaces en inundaciones e incendios, le resta a Feijóo, que no pasa de ser un presidente autonómico sin autonomía (la tuvo y parece que le imprimió un carácter irreversible). A la sordidez del sanchismo solo alcanzará a sucederle, con mucha fortuna, la mediocridad del feijooísmo.
4. La presidenta Ayuso le entrega el premio de Literatura de la Comunidad de Madrid a Alfonso Ussía. ¡A Alfonso Ussía! El problema de la derecha es que no tiene a nadie relevante en cultura. Cuando llega al poder se desespera para cubrir sus puestos y dar sus premios. Estos solo pueden ser, casi, para los de izquierda reprobados por la izquierda. El resto, los de derecha propiamente dichos: apenas variantes, con las piernas más o menos largas, de Norma Duval.
5. Es falso que España sea un país aconfesional. Es un país sometido a la religión del nacionalismo, al que nadie le chista. Cuando la del BNG dijo que "Orense" no existe, que solo existe "Ourense", la respuesta de la ministra fue agachar la cabeza como pecadora. Faltan volterianos en España. Faltan cabezas erguidas contra el oscurantismo nacionalista.
6. Este lunes Pepa Bueno vuelve a presentar el Telediario. Debuta con una entrevista al presidente del Gobierno que podría titularse Masaje en prime time. Espero que la acreditada sanchista modere su entusiasmo y no llegue al final feliz.
7. No creo que el cuento español, que siempre ha gozado de mala salud, se reponga del golpe asestado por El País este agosto: esos horripilantes "amores de verano" que empezaron con Rufián, pasaron por González Porn y acaban hoy domingo con alguien que me está vedado ver, porque escribo el sábado, pero que confío esté a la altura. En sus buenos tiempos El País (así lo viví yo) era una prolongación del bachillerato; por eso, entre otras cosas, prohibía las inocentadas y fomentaba el cuento español. Hoy El País es una prolongación de la destrucción del bachillerato.
8. Al final en El País no están los mejores: Savater, Azúa, Pardo. Ahora están en The Objective, junto con tantos otros (incluidos su primer director Cebrián y nuestro director Nieto). Este periódico está sacando (en vídeo y por escrito) una fastuosa serie de entrevistas de Andreu Jaume a Savater: serán diez y va por la quinta. Además, en primavera se publicó un libro de Fernando Savater del que no se ha hablado: Claves, en Jot Down Books. Recoge sus editoriales para Claves de Razón Práctica entre 2012 y su desaparición en 2023. La revista nació en 1990, pero hasta la muerte en 2011 de Javier Pradera (codirector con Savater) no llevaba editorial. Es un libro sin duda menor, pero con gracia; y con apuntes de ideas; y con una sintomatología de la situación nacional que se va degradando. No me resisto a poner unas líneas del prólogo, quizá significativas: "Nos divertíamos haciendo la revista: dos o tres veces al mes me reunía con Javier en su despacho de Miguel Yuste y Juan Cruz, que ocupaba el despacho de al lado, ha contado que nuestras carcajadas le escandalizaban un poco".
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En The Objective.