Los lectores antiguos y fieles –como es mi caso– tendrán en La verdad ni más ni menos que la antología perfecta del autor. Es significativo que este acierto venga propiciado por el punto de partida: una selección de artículos cuyo asunto es la verdad (la fáctica, que es la que concierne al periodismo). Hace años tuve que escribir un ensayito sobre el tema de la muerte en Edgar Allan Poe y me encontré con que ella era el centro de todas sus obras maestras. Como si la muerte fuese su musa. En este sentido, la musa de Espada (escritor tan racionalista como inspirado) es la verdad: con ella ha escrito sus mejores artículos, que son los que recoge La verdad. El arco va de Bauluz a Cercas, del fotógrafo tramposo al novelista que juega con los "relatos reales", y entre uno y otro están sus demás hits.
El simple convencimiento de que la verdad existe supone una provocación en nuestro enturbiado mundo intelectual. El autor lleva toda la vida en el empeño de desenmascarar ficciones fraudulentas, medias verdades (o sea, mentiras), construcciones falsas, trucos. El combate es su ambiente, como se constata en la lectura acumulativa de estos textos que fuimos leyendo a lo largo de los años. Cada uno está escrito con intensidad, por lo que su concentración resulta particularmente poderosa. Es casi un espectáculo de feria: van pasando los patitos y Espada les suelta un mandoble (enérgico pero con precisión de bisturí). El efecto es el de una lucha incansable, que no desfallece. Una lucha complicada, como da a entender esta cita recurrente de Montaigne: "Si como la verdad, la mentira solo tuviera una cara, lo tendríamos mejor, pues tomaríamos por cierto lo opuesto a lo que dijera el mentiroso: pero la otra cara de la verdad tiene cien mil formas y un campo indefinido".
La verdad, por su parte, como dice otra frase recurrente (puede que apócrifa) de Josep Carner, "es una aunque esté rota en mil pedazos". Así también La verdad, libro hecho con pedazos (artículos, pero también textos del blog, citas, prólogos, alguna entrevista) cuyo propósito es unitario: defender, mostrar la verdad, o apartar lo que la estorba.
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En The Objective.