15.2.22

Museo provincial de los horrores (Popurrí postelectoral)

El título de esa vieja novela de Vicente Molina Foix define la actualidad política española. Me sirvo de él para este popurrí postelectoral. Los resultados de Castilla y León concentran nuestros horrores no solo provinciales, sino también (o ante todo) nacionales

Efecto Mañueco. Mañueco aspiraba a un efecto Ayuso sin Ayuso y apenas ha obtenido un efecto Mañueco. Tal vez se deba a que Mañueco no es Ayuso. 

Teruelización. Acuñan donde Alsina un término nuevo e inquietante, a propósito de las candidaturas de provincias: teruelización. Teruel no se ha conformado con existir: se está dedicando también a teruelizar

Pasear por Soria. Recuerdo agradables paseos por Soria, con ánimo machadiano. En el próximo no me podré quitar de la cabeza la idea de que la gente con la que me cruce ha votado a Soria ¡Ya! 

La quiniela. Siempre se ha hablado de la quiniela electoral, en referencia a las apuestas previas a las elecciones. A partir de ahora, como dice Fulgencio Barrado, la quiniela será literalmente el resultado de las alianzas de después: Málaga-Teruel, Soria-Castellón, Gerona-Palencia... 

Sánchez está donde quería. Pese a la derrota del PSOE en Castilla y León, y pese a la mengua creciente de su partido en general, Sánchez está donde quería: como única alternativa a la ultraderecha (es un sueño para él que el PP ya esté condenado a la ultraderecha). Es presidente del Gobierno gracias al populismo de izquierdas y al nacionalismo (incluidos el golpista y el proetarra), o sea, es el gran legitimador de los pactos con la ultraderecha; pero ahora o hay que votarlo a él o hay que votar a la ultraderecha. Ha forzado el chantaje, igual que hizo Rajoy con el populismo de izquierdas. Presidentes cuyo único valor es no ser la alternativa chunga que fomentan... 

Y Casado donde no quería (pero se merece). El PP se ha visto en la cama con Vox en el mismísimo Día de San Valentín. Un amante gañán que se las hará pasar canutas. Y que le regala todas las futuras campañas electorales al PSOE, que ya las tiene hechas. En Políticamente indeseable, el libro de Cayetana Álvarez de Toledo, que he estado leyendo estos días, se expone la genealogía exacta que ha llevado al PP a este estado: una mezcla de incompetencia, torpeza, falta de inteligencia, cortedad de miras, cobardía, flojera y espíritu autodestructivo. El alucinado triunfalismo de Egea en la noche electoral es la culminación. Hasta ahora: sin duda, el PP seguirá culminando

Iglesias preocupado. Pablo Iglesias exhibe preocupación en Twitter por el ascenso de la ultraderecha. Falso como él solo. Nadie ha hecho más por la ultraderecha en España. Pertenece a ese tipo de irresponsables (el primero fue Zapatero) que se pensaban que los consensos de la Transición iban a poder romperlos solo por un lado. El PSOE-Podemos, además, le dejará al PP-Vox una España desinstitucionalizada y con los controles al poder debilitados. Como verdadero antifascista estoy que trino. 

El ciudadano. Por Guillermo Cabrera Infante supe que la película Ciudadano Kane se tituló en Cuba El ciudadano. Hoy podría protagonizarla Igea, que ocupará el único escaño de Ciudadanos. El plural del nombre de este partido ya le viene grande. Aunque podría significar un ideal: el ideal de un solo individuo. 

Mi confín ataráxico. Si les soy sincero, hubiera preferido que Ciudadanos se quedase sin ningún escaño. Quiero que acabe esta agonía y regresar, para siempre, a la algodonosa abstención. No salir ya más de mi confín ataráxico, de mi campana de vacío electoral, puro, absurdo, inútil, bello. Y, como dijo Max Estrella, no llevar ni una triste velilla en la trágica mojiganga. 

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