28.9.24

"Me he convertido en un personaje de Thomas Bernhard"

He respondido a unas preguntillas de Manuel L. Sampalo para La Razón:
¿Cómo ves la rentrée literaria, Montano? 
¡Mal, muy mal! Los libros que he empezado, y llevo unos cuantos, los he tenido que abandonar en las primeras páginas. ¡Muy flojitos! Grandes lanzamientos y escasa calidad. 

¿Títulos, autores? 
¡No pienso decirlos! Defiendo el derecho del escritor a engañar a sus lectores. Defiendo que se gane sus eurillos timándolos. No quiero desmontarles el chiringuito a esos truhanes. 

¿Pero no le ha gustado ninguna novedad este año? 
Este año sí. Ahora hablaba de septiembre. Antes del verano me gustaron Presente, de Tania Padilla (autobiografía); Lloro porque no tengo sentimientos, de Bárbara Mingo (artículos); Raíz dulce, de Juan F. Rivero (poesía); El arte de encender las palabras, de Berta García Faet (teoría poética); y De donde viene el viento, de Manuel Arroyo-Stephens (textos varios). 

¿Y clásicos? 
Las Memorias de ultratumba de Chateaubriand. Muy entretenidas hasta la caída de Napoleón; un peñazo a partir de la Restauración. Ahora me he puesto con los Pensamientos de Pascal. Y bueno, llevo un año y medio leyendo todos los libros de y sobre Thomas Bernhard. 

¿Y qué tal? 
Horrible. Mi propósito es escribir un librito sobre Thomas Bernhard, pero me he convertido en un personaje de Thomas Bernhard. El protagonista de Hormigón se dedica a acumular material sobre el músico Mendelssohn Bartholdy pera escribir el estudio definitivo sobre Mendelssohn Bartholdy. Pero no escribe ni la primera línea. Eso me pasa a mí con mi estudio (¡naturalmente, definitivo!) sobre Thomas Bernhard.