En la fiesta del antizapaterismo, a la que me sumé gustosamente, resulta que nos encontrábamos dos tipos de antizapateristas: los que veíamos en Zapatero una serie de incompetencias e irresponsabilidades que, por lo que fuera, se habían encarnado en él; y aquellos otros que, aunque parecían atacar lo mismo, en realidad solo atacaban el nombre y la adscripción política. Con la victoria de Rajoy se produjo el deslinde. De pronto muchos de aquellos antizapateristas, literalmente nominales, pasaron a convertirse en algo así como “zapateristas rajoyanos”. Hoy defienden las incompetencias e irresponsabilidades que antes criticaban; únicamente porque el que las que las protagoniza ya no se llama Zapatero, ni pertenece al PSOE.
El domingo nos trajo la cumbre, hasta hoy, de esta tendencia, con la apabullante portada del Abc. El dibujito del brote aureolado con la bandera española, y el titular: “Brotes verdes, esta vez sí”. Con ese “esta vez” delator, enraizado en aquellas “otras veces” en que los perpetradores del titular se rasgaron teatralmente las vestiduras. Se cachondeaban del presidente Zapatero y de la ministra Salgado, y hoy se han zapaterizado y salgadizado. En cuanto ganaron los suyos, se acabó para ellos la diversión. Para los demás, por desgracia, sigue. Como si esto fuera un after interminable, la fiesta del antizapaterismo se ha prolongado en la fiesta del antirrajoyismo. Es la misma fiesta con distinto dj. Los que llevamos en ella desde el principio ya estamos machacados, y con ganitas de volver a casa.
Pero no hay manera. Por la noche seguíamos bailando al son de la portada del Abc, cuando nos topamos con la entrevista en La Sexta a Zapatero. Qué conmoción. No sé si estábamos preparados para semejante ejercicio en bruto de memoria histórica reciente. Parecía un episodio desgajado de aquellas Historias para no dormir que nos asustaban de niños. Ahora tampoco podemos dormir, pero porque para el que no encuentra acomodo en ninguna de las dos Españas esto es un no parar.
[Publicado en Zoom News]