2.10.14

La oportunidad perdida

A Joan Manuel Serrat, con lo que era Serrat, con lo que se le quería, lo abuchearon en Málaga cuando cantó una canción en catalán. Debía de ser 1983 o 1984, en el teatro Alameda. Yo estaba allí. Y abucheé a los abucheadores. No fue un gesto mío solitario. Formaba parte de la mayoría. La inmensa mayoría del público abucheó a los abucheadores, que eran muy pocos. Tales eran las pedagogías de la Transición.

Durante años me he acordado de aquel abucheo al catalán, con vergüenza por mis conciudadanos malagueños. Hasta que un día caí en que lo revelador de aquella velada no fue el abucheo de los palurdos que, como escribió Antonio Machado, "desprecian cuanto ignoran". Lo revelador fue el abucheo que recibieron ellos. La defensa activa, que la mayoría hizo de Serrat y su canción.

Recuerdo también a una compañera del instituto, hija de un guardia civil, que decía con naturalidad Euskadi. Y al profesor de tercero de BUP leyéndonos un poema en gallego de Rosalía de Castro. Y un concierto en euskera de Mikel Laboa en el Johnny de Madrid, en 1985 o 1986, en que todo fueron aplausos. De nuevo en Málaga, en la universidad, otro profesor nos leía poemas de Joan Margarit, Pere Rovira o Gabriel Ferrater... Yo mismo me aficioné a las ediciones bilingües de poetas catalanes, en especial las de Visor, con sus libros negros: Gimferrer, Joan Brossa, J. V. Foix, del que adoraba el título Sol, i de dol (Solo, y dolido).

Los nacionalistas no se dan cuenta de la oportunidad que han perdido. Durante aquellos mismos años estaban fomentando el ceporrismo en sus zonas. Mientras la España monolingüe se abría (arrastrando a la mencionada minoría recalcitrante), ellos cerraban sus lenguas, las imponían en la medida de su poder, las convertían en chiringuitos. La lástima es que el franquismo fue una gran vacuna antinacionalista solo en las regiones que no contaban con un nacionalismo de repuesto. Donde este existió, ha terminado pareciéndose al franquista, porque el nacionalismo es lo que es.

También en los años ochenta estaban todo el tiempo en la televisión y de gira por España las compañías catalanas de teatro. Por Málaga pasaban con frecuencia Els Comediants, Els Joglars, La Fura dels Baus, Dagoll Dagom... Ahora uno de esta última compañía, el individuo Joan Lluís Bozzo, ha evacuado en Twitter, a propósito de la suspensión cautelar del referéndum secesionista por parte del Tribunal Constitucional: "La decisió del TC recorda les codemnes a mort del franquisme: ja venien signades abans que es reunis el tribunal". Esto era un país que se estaba civilizando pero que contenía brutos que lo embrutecían.

[Publicado en Zoom News]