Hola, Rafa. Cuando le oí al ministro Bolaños que estaban pensando exhumar los cuerpos de Queipo de Llano y Primo de Rivera, me acordé de la novela de Balzac 'La piel de zapa'. En ella el protagonista consigue un trozo de piel o cuero mágico que hace que se cumplan sus deseos cuando le corta un pedacito. El problema es que con cada pedacito también se le consume la vida. Al final, cuando corta el último, su vida se acaba. El gobierno de Pedro Sánchez dispone de su propia piel de zapa, que es el franquismo. O imaginémoslo mejor como una pata de jamón, que es más vistoso: la pata de jamón del franquismo. Sánchez le va cortando lonchas con la esperanza de que se produzca el efecto mágico de que la gente le quiera y le vote. Cortó en su día la loncha de Franco y ahora va a cortar las lonchas de Queipo de Llano y Primo de Rivera. Pero llegará el momento en que la pata de jamón del franquismo se termine y ya no haya más lonchas franquistas que cortar. ¿Qué pasará entonces? ¿Se acabará la vida de este gobierno...? En 'Un tal González', el nuevo libro de Sergio del Molino, se cuenta entre otras muchas cosas que Felipe González no quería mirar al pasado, sino al presente y al futuro. Los viejos dirigentes socialistas del exilio vivían en la burbuja de la república y la guerra civil. González quería devolver al PSOE a la España real. Pareciera que el propósito de Sánchez es justo el contrario: regresar a aquella burbuja para protegerse de la España real, que tantos disgustos le está dando. En el futuro, desde luego no piensa: sus nuevos presupuestos están hechos contra el futuro. Total, allí no quedará franquismo. Ni gobierno Sánchez.