Arcadi Espada suele citar como ejemplo de titular perfecto este que escribió nuestro añorado Félix Bayón cuando eligieron a Juan Pablo II: “El nuevo Papa, un polaco joven, abierto en política y moderado en el dogma”. Ciertamente, ex cathedra. Bayón murió un año después de que llegara al papado Benedicto XVI, por lo que el cónclave de ahora ha sido el primero en su ausencia. No he podido evitar recordarlo mientras miraba las fumatas. Riéndome además, al pensar en la gracia que le habría hecho saberse propulsor de emociones vaticanas. Puede que tuviera para un buen artículo.
La última vez que hablamos salió el nombre de Chesterton, y le conté la anécdota, no sé si apócrifa, de por qué este autor inglés se convirtió al catolicismo. Una vez, paseando por Londres, vio una iglesia católica abierta y entró. En ese momento estaba dando su sermón el sacerdote. Se quedó a escucharlo. “Me pareció tan horrible”, se dice que dijo Chesterton, “que consideré que algo bueno debía de tener la Iglesia católica para haber sobrevivido tantos siglos a este tipo de sermones”.
Ahora, mi emoción particular aparte, ha vuelto a percibirse ese cierto carácter hipnótico. Hemos estado pendientes del cónclave, del “extra omnes”, de las fumatas, del “habemus Papam”. Comentándolo con ironía, pero comentándolo. Los católicos lo vivirán como algo suyo. El resto, como un gran espectáculo, entre pomposo y kitsch, pero con una solemnidad que impresiona. Es algo vivo en lo que anidan milenios. Cuando se ve la serie Roma, de la HBO, se comprende cuánto queda de romano en la Iglesia: túnicas, ceremonias, ademanes, el eco de los sacrificios. Borges habló de “la nostalgia del latín”. Y también de “la púrpura, la mitra, la liturgia”.
Entonces ha salido la fumata blanca y un rato después el nuevo Pontífice, que es argentino como Borges, y jesuita, y que ha escogido llamarse Francisco I. Suenan campanas en el barrio y pienso que solo el fútbol hace también que se note en estas calles lo que ocurre lejos. Los católicos ya tienen Papa. Yo me acuerdo del hombre que, en un momento como este, se metió en algún sitio a redactar la noticia. Y le supo poner el titular.
[Publicado en Zoom News]