23.7.13

Rajoy, uno de los nuestros

Cuánto nos identificamos con Rajoy los apasionados del ciclismo. Nosotros hubiéramos hecho igual: suspenderlo todo hasta después del Tour. Durante la Grande Boucle nos metemos en una burbuja hermética, en la que solo caben pedaladas, contrarrelojes, subidas, escapadas, abanicos, demarrajes, gregarios, montoneras, sprints y hasta pájaras. Si afuera todo se hunde nos da igual. Nos da incluso igual que nos estemos hundiendo nosotros mismos: en tanto podamos seguir conectados a la carrera. Todo lo que no es Tour molesta. Y molesta el doble si ese todo es malo. Aunque cuando estamos metidos en el Tour no sabemos si lo de afuera es bueno o malo, porque no hay afuera.

Los periódicos de todas formas sí los hemos mirado, camino de la información deportiva. Y qué familiar nos parecía Rajoy en su encapsulamiento: era como nosotros mismos. Si se repasan sus respuestas (o mejor: sus no respuestas) sobre el caso Bárcenas, o si se observa su resistencia a comparecer en el Congreso, reconoceremos a un correligionario, víctima de nuestra propia enajenación. Se le ha echado la culpa a Arriola (ese asesor cuya convivencia con la lenguaraz Villalobos ha destilado en él la fe de que lo mejor es callar), pero durante estas tres semanas no han hecho falta sus consejos: Rajoy no pensaba hablar ni loco. Solo de pensar que pudieran haberle puesto la sesión el día del Alpe d’Huez le entran sudores fríos.

Pero una vez terminado el Tour, ningún problema. Mejor dicho: todos los problemas. Al salir de la cápsula se ha dado cuenta de “la que está cayendo”, que es en verdad digno de la frase hecha, y se ha debido de acojonar (¡un saludo a mi colega Bustos!). Ha anunciado su comparecencia en el Congreso; y lo bonito, para los apasionados del ciclismo, es que lo haya hecho justo el día después, sin disimulo, para subrayar la relación. Al fin y al cabo somos los últimos cómplices que le quedan. Y sí, le entendemos perfectamente. Otra cosa es que no nos asuste que en Moncloa haya alguien capaz de aplazarlo todo, como nosotros, hasta París.

[Publicado en Zoom News]