1.7.14

Una izquierda sin complejos

El otro día me quedé pensando en la expresión "una izquierda sin complejos", que uno de los tres candidatos a la Secretaría General del PSOE reclamó para el partido. Lo dijo uno pero, tal y como están las cosas, lo podrían haber dicho también los otros dos; incluso algunos (¡y algunas!) de los que no se han presentado o no han llegado a la final.

Es una expresión importante, porque me parece que sintetiza el problema del PSOE, lo que lo ha arruinado y amenaza con seguir arruinándolo: la creencia de que su derrumbe se debe a una falta de izquierda y no a una falta de sensatez; de que su problema es ideológico y no pragmático o de competencia. La creencia de que lo ha hecho mal ideológicamente, y no de que lo ha hecho mal sin más.

La cuestión tiene aún más enjundia, por cuanto que en su haberlo hecho mal ha desempeñado un papel decisivo la interferencia ideológica. Esta, en sujetos poco preparados (como ha venido siendo el caso en el último PSOE), solo puede incidir como cortapisa mental o como impulso para la patanería. En último extremo, como causa de alejamiento de la realidad.

Lo cierto es que al PSOE le han perdido los complejos, pero exactamente en la dirección opuesta a la de esa "izquierda sin complejos" que indicaba el candidato. Porque esta que se llama izquierda sin complejos es en verdad la izquierda más acomplejada: la que vive pendiente de que puedan llamarla facha, o españolista, o clasista, o machista, o capitalista, o monárquica, o procatólica, o proestadounidense... Es la izquierda incapaz de definirse por sí misma y que todo lo apuesta a la diferencia nominal (con el PP, naturalmente; o con el lejano franquismo). La izquierda incapaz de dar un paso que considere razonable por el qué dirán.

Para mí la izquierda sin complejos es la que han encarnado, por ejemplo, Fernando Savater, Antonio Muñoz Molina o Félix de Azúa: todos ellos acusados, en un momento u otro, de "fachas". Este vendría a ser, de hecho, el certificado de que se ha sido izquierdista sin complejos en estos últimos años españoles (tan irrespirables, tan pesadísimos). Y todo aquel supuesto izquierdista que no haya sido acusado de "facha", o ha estado ciego de sectarismo o ha vivido ahogado, sí, en los complejos.

[Publicado en Zoom News]