24.3.23

El País Vasco y la ultraderecha

[La Brújula (Zona de confort), 1:24:40]
 
Hola, querido Rafa Latorre. En la moción de censura de esta semana, que corre ya hacia el olvido, saltó una noticia yo diría que espectacular, pero en la que pocos repararon. La dio la diputada de Bildu Mertxe Aizpurua, que no en vano es periodista. El titular podría formularse así: "En el País Vasco la ultraderecha no existe". Fabuloso. La palabras exactas de Aizpurua fueron: "Euskal Herria es un país antifascista con una sociedad con profundos valores democráticos, por eso la ultraderecha es inexistente en nuestro país". Si no fuera de mal gusto tratándose de proetarras, valdría decir lo de José María García: "Estalló la bomba deportiva". En el País Vasco no hay ultraderecha. Pasando por alto que el líder de Vox, Santiago Abascal, es vasco, cabría aceptar lo que dice Aizpurua si atendemos a los resultados electorales en esa comunidad. Es cierto, en el País Vasco la ultraderecha no existe. La razón es menos honrosa: la ultraderecha no existe en el País Vasco porque todas las pulsiones ultraderechistas ya están más que cubiertas por los partidos nacionalistas vascos. El lema del principal, el PNV, es "Dios y ley vieja": un lema que parece de Franco. Del mismo modo que las frases racistas y xenófobas del fundador Sabino Arana les hubieran resultado simpáticas a Le Pen y Salvini. Por su parte, el gusanillo de la violencia ultraderechista ya lo mató ETA (nunca mejor dicho) con sus crímenes, secuestros y extorsiones. De estos es heredera Aizpurua, que los defendió cuando se cometían y de los que nunca ha renegado. En el bello País Vasco no existe la ultraderecha porque, si existiera, resultaría redundante. Es más, la ultraderecha quedaría postiza allí, y estaría más rebajada y resultaría menos satisfactoria que la ultraderecha que, con otro nombre, produce espontáneamente la democrática tierra vasca.