1. El desatado antisemitismo de la izquierda española (¡con lo de derechas que fue siempre en España el antisemitismo!) no debe extrañar si atendemos al hecho de que la izquierda española lleva años siendo la principal ejecutora del gran rasgo histórico del antisemitismo español: la obsesión por la limpieza de sangre; una obsesión inquisitorial. Aquí al que disiente un poquito o manifiesta un atisbo de crítica a la izquierda (incluso, o sobre todo, si dirige su disidencia o crítica a sus desviaciones reaccionarias), esta lo tacha de facha; técnicamente, según el esquema mental de la izquierda hoy exhibido sin complejos, de judío.
2. Muy decepcionado con Pam (¡Pam, Pam! ¡Pam!). Se ha quejado amargamente de los gordófobos, pero no ha tenido ni un recuerdito para los gordófilos, que hemos dado la batalla por ella (¡nuestra genuina batalla cultural!). La he defendido contra viento y marea y a trancas y barrancas, pero, como dice un amigo, ha hecho conmigo la vista gorda. Prefiere fijarse en lo malo de la vida y no en lo bueno, que soy yo. Pero acepto con deportividad lo que expresó Borges: "Infinitamente existió Beatriz para Dante. Dante, muy poco, tal vez nada, para Beatriz".
3. Desgracia de Argentina: lo único que se le ocurre para acabar con peronismo es un peronista del antiperonismo.
4. El respeto de Feijóo por Puigdemont. Ahí está todo. Es decir, en la falta de respeto de Feijóo por sus votantes. Y por sí mismo.
5. Cantinflea el presidente del Cercle d'Economia donde Alsina sobre la inminente amnistía para los independentistas catalanes. Cantinflea como si el cantinfleo de un catalán siguiera gozando de crédito ante los demás españoles. Ese crédito es uno de los lujosos intangibles que los nacionalistas catalanes, también los empresarios del Cercle, arruinaron para todos los catalanes. No parecen haberse dado cuenta aún de lo que han perdido. Por ejemplo, antes un catalán tenía que demostrar que era idiota; ahora tiene que demostrar que no lo es.
6. Sábado por la mañana. Pincho en un minivídeo de Marlon Brando en el Comité Federal del PSOE untándoles mantequilla a sus miembros y miembras para introducirles la amnistía. Ellos y ellas aplauden, sonríen, celebran la exultante arenga de Marlon. Mi imagen es de un obvio mal gusto, pero el de la realidad que tan ramplonamente me inspira es aún peor. El último tango en Ferraz.
7. El periodista activista Fran Sevilla, corresponsal de Hamás en RNE (¡con el dinero de los españoles!), y el fotógrafo Javier Bauluz, cuyos manejos fotográficos es una de las asignaturas de los discípulos de Arcadi Espada, celebran la foto de un padre palestino cargando a sus cinco hijos entre ruinas de Gaza. Escribe Bauluz: "Esta foto vale más que 1.000.000 de palabras. Palestina contra Goliath". Es una foto creada con IA, y con un montón de detalles chapuceros que escaparon a la mirada profesional del fotógrafo. O no: porque su auténtica profesión, como la del periodista activista, es la ideología. (Luego se han tenido que desdecir: de este episodio concreto, no de su profesión ideológica.)
8. Es un gran libro Mi padre alemán, de Ricardo Dudda, que edita Asteroide. Ha logrado combinar los elementos trágicos y cómicos de modo que su lectura resulta una delicia emocionante. El retrato analítico, cariñoso, humorístico del padre alterna con la historia de su familia alemana a partir de las dos guerras mundiales: una historia terrible; también de lucha por la supervivencia (imposible no pensar en los refugiados palestinos de hoy). Uno de mis estímulos de lector: los hilos frágiles, azarosos (¿o necesarios?), para que Dudda naciera y escribiera el libro.
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En The Objective.