No sé si existirá la famosa mano invisible que postula el liberalismo, esa mano que hace que de la libertad de mercado surja Jauja (aunque una Jauja con las etiquetas del precio), pero si existe parece que de lo que se está ocupando es de escribirnos un buen guión político. Y ateniéndose a la estructura clásica además: con presentación, nudo y desenlace.
La presentación terminó hace dos meses con las elecciones andaluzas. Y ahora, tras las autonómicas y municipales del domingo, nos encontramos en pleno nudo. La cosa se ha puesto de lo más interesante. El fuerte, que era el PP, se ha debilitado. El otro grande, el PSOE, que estaba débil, ha aguantado bien. Y los nuevos, Podemos y Ciudadanos, van ganando cada vez más fuerza (Podemos más que Ciudadanos). IU y UPyD menguan; este último hasta su desaparición. A nivel regional, los nacionalistas se mantienen, aunque, en el caso de los catalanes, algo refrenados en el soberanismo.
En resumen: una tendencia a la igualación, que augura una buena pugna para las generales de otoño, en que se producirá el desenlace. Los meses que se avecinan van a ser muy entretenidos, porque habrá que ir gobernando, o pactando, o no pactando, con la vista puesta en esas últimas elecciones de la temporada.
La citada tendencia a la igualación entre PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos, naturalmente, es dinámica (como buena tendencia): unos se van fortaleciendo y otros (fundamentalmente el PP) se van debilitando; a la vez que, de momento, se mantiene la diferencia de tamaño entre los dos primeros y los dos segundos. El sesgo esta vez ha sido hacia la izquierda. Pero todo se está moviendo y seguirá haciéndolo hasta el desenlace. Y puede que también después: no se descarta que haya secuelas, ni que empiece otra película con suspense.
La mano invisible, por ahora, nos mantiene atentos a la pantalla. No sabemos qué pasará con nuestros intereses, pero está saliendo bien lo de la emoción.
[Publicado en Zoom News]