1. Sublime el espectáculo de una mujer libre, en particular cuando muestra insolencia ante un caricato. Ha ocurrido ahora con Sofía Vergara y Pablo Motos en El Hormiguero, pero se dio aún mejor cuando, en los noventa, Máximo Pradera y Fernando Schwartz llevaron a Isabelle Huppert a Lo + Plus. Su altivez ante los dos homúnculos, naturalmente desenfadados, fue antológica. Con qué desprecio recibía sus chistecillos, sus intentos de dinamizar la media hora televisiva... Huppert no descendió en ningún segundo: con dignidad de esfinge, imponía seriedad, rigor, inteligencia. Los saltimbanquis que la entrevistaban, en los que residía el espíritu de aquella década espumosa, se iban ahorcando a sí mismos en su gestualidad de graciosetes sin gracia. Fue inolvidable y no lo he olvidado.
2. En la última comida de las listas, institución malagueña en que un grupo de amigos y amigas (¡ellas son las listas!) nos reunimos en enero para comentar nuestras listas de lecturas del año recién concluido, encuentro bizarro que saboreamos con fruición, surgió un tema interesante: cómo la pérdida de tensión moral de un escritor se transmite a su obra, aflojándola también. Una novela de 2023 era un buen ejemplo. El pancismo político se paga; quizá no en vida (esta puede prosperar y de hecho prospera), pero sí en obra.
3. Ya vuelve Trump a darles ocasión a los sanchistas de denunciar los vicios políticos que celebran en Sánchez.
4. Los ataques del Gobierno a la Justicia (ataques puramente trumpistas) son la expresión exacta de lo que ocurre. Puesto que el Gobierno negocia con delincuentes huidos de la Justicia, es lógico que perciba a esta como contraria a sus planes. La acción de la Justicia es un obstáculo para el Gobierno.
5. No hay que perder de vista lo fundamental: la amnistía es la impunidad para nuestra ultraderecha realmente existente.
6. Nunca el PSOE ha sido menos respetable y nunca he hecho más patéticos esfuerzos por hacerse respetar.
7. Odian a quienes no les adoran –mientras no hacen otra cosa que volverse odiosos.
8. Con qué frivolidad se habla de las "ideas" de la actriz Ituño. Lo suyo ha sido otra cosa: apoyar a los que asesinaban, secuestraban y extorsionaban con coartada política; de carácter nazi además, parte constitutiva del cual era acabar (esta vez sí) con las ideas de los otros. Pero en España basta que este carácter nazi se presente como progresista para que lo hagan suyo nuestros, así llamados, hombres y mujeres de la cultura, asiduos exhibicionistas de su deshonestidad brutal.
9. Al cabo, nuestra izquierda prueba hoy en España lo que durante siglos probó la Iglesia: la relación directísima entre la moralización y la inmoralidad.
10. Hay dos formas de hacerse notar, con inteligencia o con efectismo. Yo estoy con el efectismo, por eso me cae bien el bufón Idafe, que surte de chistes al poder. Fue memorable cuando el orangutánico ministro Puente hizo suyo lo de la fachosfera, ese ámbito donde Idafe mete a todo aquel que ose cuestionar a Sánchez; o sea, a todo lo que quede fuera de la prensa del movimiento. Idafe le da un toque Arriba o El Alcázar a El País. O mejor (o peor): un toque Egin o Gara. Idafe es un Maite Soroa sin tiros; o mejor (o peor): el Maite Soroa del BOE.
11. Habrá que dar el DNI para hacerse pajas. No sé aún si eso me pone o me quita. Lo que está claro es que ya sí será literal que el Estado nos va a tener cogidos de los huevos.
12. Por lo demás, para pornografía la de los sanchistas. ¡Inenarrable entrega!
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En The Objective.