30.6.24

Importancia del CGPJ, Montesquieu, Hamlet y Unamuno asesinado

[Montanoscopia] 

1. El CGPJ tiene mucha importancia. Sirve para calibrar quién es buen tertuliano y quién no. El bueno dice cegepejota de corrido: ¡Cegepejota, cegepejota! No sé si lo ensaya, pero en la tertulia le sale cegepejota con virtuosismo, como un Paganini de la fonética. Yo me veo incapaz de decir cegepejota sin trabucarme. Haría el ridículo, sonaría amateur. Por el CGPJ no soy tertuliano. 

2. Alfonso Guerra niega que pronunciara la frase "Montesquieu ha muerto" cuando se aprobó la Ley del Poder Judicial en 1985, de donde vienen las tribulaciones con el CGPJ. Pero sé de alguien que la pronunció, porque yo estaba allí. El profesor Fajardo entró en su clase de Historia del Pensamiento Político y Social de aquella mañana diciéndola. A los estudiantes de Periodismo de la Complutense se nos quedaban esos titulares. El PP y el PSOE vuelven ahora a sus pasteleos bipartidistas, que de repente parecen virtuosos por comparación con los pasteleos antibipartidistas de los últimos años. Los que abogábamos por una cierta pulcritud formal ya estamos fuera: el electorado español nos ha sacado limpiamente. 

3. En el turno de preguntas de la presentación de Contra Babel en Madrid (fue en la Fundación Tatiana y al autor lo acompañaban Pablo de Lora y Daniel Gascón; la pregunta la hizo Tsevan Rabtan), Manuel Toscano dijo una frase sensacional: "a lo mejor vamos a un Pentecostés tecnológico". En ese momento la problemática de las lenguas desaparecería: todos las entenderíamos todas –como los apóstoles con las llamitas del Espíritu Santo– gracias a la tecnología. Se habría disuelto entonces, técnicamente, la maldición de Babel. 

4. El problema de Biden al final no es su senilidad, sino que no se quiera ir. Ahí está la brecha de su capacidad para ser presidente, en la carencia de esa noción. Por otro lado, sigue el espectáculo glorioso de nuestros sanchistas: criticándole a Trump todas sus sanchadas. Con una furibundez claramente autoexculpatoria. 

5. Gerardo Pisarello ha venido a destruir España con resentimiento "colonial". Desde la ignorancia, naturalmente. Y es bello (y un poco tonto) que España se lo permita: al fin y al cabo, goza de la ciudadanía española y puede hacer y decir las burradas de cualquier español. ¡Unamuno asesinado! Me he acordado de aquellos dos versos de Vicente Aleixandre que me regocijaban de adolescente frente a los malos profesores (también los tuve buenos): "Se ha visto al docto profesor que no entiende / hablar largamente de lo que no entiende". 

6. Creo que en tiempos de Aleixandre no se entendía "entiende" como ahora. Decía Luis Antonio de Villena que a quien era gay Aleixandre lo llamaba "epéntico". De entenderse "entiende" como ahora, los versos citados resultarían jocosos para el circulito. Siempre me acuerdo, en este sentido, de la traducción de Hamlet que hizo Vicente Molina Foix. En el célebre momento puso: "Ser o no ser, esa es la opción". La opción sexual, claro; ser o no ser "epéntico". ¡Reconvirtió a Shakespeare en chistecillo gay! Me pareció fabuloso. 

7. Van a rehabilitar por fin la casa de Aleixandre. Yo la veía desde mi ventana del colegio mayor, amarilla a lo lejos. Aleixandre había muerto el año anterior. A veces me ponía en la puerta y me imaginaba a Luis Cernuda subiendo por la calle en los años treinta, la chaqueta en el brazo porque ya era junio. Lo imaginaba tan intensamente que lo llegaba a ver. Realidad y deseo. Pasaba de largo y entraba a visitar a su amigo. 

8. El Tour en Florencia. Escribo esto antes de que hayan empezado a rodar los ciclistas, pero puedo anticipar la plenitud: belleza pura del Renacimiento. 

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