18.5.25

Intxaurrondo: buenísima, malísima

[Montanoscopia]  
 
1. Muere Pepe Mujica: el segundo papa que el comunismo pierde en un mes.  
 
2. Bernhard en el Vaticano: las tres fumatas negras fueron por la elección sucesiva de los cardenales de Ghana, Guinea y el Congo; pero, como no estaba establecido ese significado, se quedaron sin ser papas.  
 
3. Se ha señalado, con extrañeza, la corrección ortográfica de los wasaps de Sánchez, algo que no siempre ocurría con sus legendarios tuits. ¿Y si se los pasaba a sus novelistas del régimen para que les dieran un repaso? ¿O tal vez les delegaba por completo las respuestas? En tales wasaps Sánchez parece un actor encarnando a un presidente, ¡un personaje de tales novelistas! Aunque la verdad es que Sánchez siempre parece un actor encarnando a un presidente, ¡un personaje poco creíble! Por otra parte, no hay garantía de corrección ortográfica con novelistas, del régimen o no. Descartamos la hipótesis, pues: con la navaja de Hitchens.  
 
4. Sigo encandilado con Silvia Intxaurrondo: ¡es buenísima! Todo es acierto en ella. Además de lo guapa que es, sabe hablar, se expresa con precisión, tiene una gestualidad afinada, tiene discurso, transmite credibilidad. A diferencia de Sánchez, funciona. Pero, como Sánchez y por estar al servicio de Sánchez, miente, emite bulos, manipula, su tarea no es periodística sino propagandística. Todo esto lo hace excelentemente, con una perfección que da miedo. ¡Es malísima!  
 
5. Los animalitos del PP se meten ahora en un congreso, en el que imperará el miedo: el miedo a no ganar. Un miedo más que justificado, porque no creo que vayan a ganar. Por ganar quiero decir gobernar, naturalmente. Poseen la mejor oferta electoral: limpiarnos de Sánchez. Pero la sombra de Vox la ensucia. A los socialdemócratas antisanchistas (¡especie desquiciada!) esa sombra nos reafirma en el no-voto al PP. Sin Vox tal vez nos lo pensaríamos. Con Vox, no.  
 
6. En los dicharacheros wasaps de Sánchez y Ábalos aparecían a veces, prestos a prestar servicios, tontos útiles de Ciudadanos. Convirtiéndonos también en tontos (inútiles) a quienes los votábamos. ¡La melancolía sin fin!  
 
7. Definitivamente, se me ha agriado el carácter. Me doy cuenta de que no aprecio a Eduardo Mendoza. ¡Alguien tan apreciable! Cumple además el precepto de la ligereza, que tanto defiendo. Pero mi olfato detecta al pancista. ¡El pancista delgado! ¡El pancista figurín! Lo leí con gusto y admiración, pero hace mucho que dejé de hacerlo. Tiene una conferencia descacharrante sobre el oficio de novelista en la web de la March y me lo pasé pipa hace solo unos años con ella. Encarna sin duda la civilización. ¡Si todos fueran como él no habría problema! Cae inevitablemente bien. ¡Inevitablemente! Ese es quizá su límite como escritor. Está además esa mentalidad PSC, tan irritante siempre. En el procés escribió un libro cordial, sensato... pero en el que repartía las culpas. Aunque no fue entonces. Es quizá esa inercia suya, no sé. Puede que sea el único sabio taoísta de nuestras letras, y yo simpatizo con el taoísmo. Pero hay algo... ¡qué sé yo! Será eso, que se me ha agriado el carácter.  
 
8. Impresiona la censura cuando irrumpe. Estaba escuchando una entrevista de Javier Aznar a Carlo Padial, en el podcast Hotel Jorge Juan, cuando suenan unos pitidos sobre los nombres que el entrevistado cita para ejemplificar el poco nivel de la cultura española. ¿Qué hacer ante esta ofensa a tu inteligencia? Paré el podcast. Pero lo volví a poner al rato. Me pasó lo mismo con mi boicot unipersonal a Anagrama por el caso Luisgé: lo rompí para leer La dulce existencia. Solo tengo el cabreo ocasional, fungible. ¡Estoy vendido! 
 
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