30.5.25

Los ozorianos sobrevenidos

[La Brújula (Opiniones ultramontanas), 3:08

Buenas noches. La muerte de Mariano Ozores ha vuelto a desencadenar un fenómeno entrañable: el de los que se ponen a realzarlo como si fuese Ingmar Bergman. Es cierto que se ha menospreciado al director de Manolo la Nuit, Los bingueros o ¡Que vienen los socialistas!, y está bien que se le defienda con tino como ha hecho nuestro José Ignacio Wert. Pero hay otros defensores a los que se les va la mano y no se contentan con reivindicarlo, divertirse con sus películas o simplemente resaltar su valor sociológico: desde el antiintelectualismo que suelen profesar adoptan la misma pose que sus detestados intelectuales, y pontifican sobre El liguero mágico como si se tratase de El séptimo sello. O sea, que dan pesadísimamente la brasa con Ozores como otros la dan con Godard o Dreyer. Como sucede tantas veces, incurren en lo que critican en los otros. A estos les presuponen postureo, y no conciben que puedan ver una película de Mizoguchi si no es para adornarse. Pero ahora son los ozorianos los que se adornan con Ozores. Se ha recordado que Pilar Miró lo desdeñó diciendo que hacía "cine para fontaneros" (¡o sea, que su filmografía debe de tenerla trillada la hoy famosa fontanera del PSOE!) y por aquella frase los ozorianos dogmáticos están atacando a Pilar Miró. Pero pocas mujeres me han dado tanto placer. Placer cinéfilo, se entiende. Cuando Pilar Miró estuvo de directora de Radiotelevisión Española nos proporcionó un disfrute máximo a los amantes del cine con su fastuosa programación. Porque de eso se trata: de disfrutar. Y si a mí me gusta Rohmer no es por postureo, ni por adornarme, ni mucho menos por elitismo. Es porque sencillamente me lo paso pipa con las películas de Rohmer. Algo que los ozorianos sobrevenidos no parecen comprender.