[Montanoscopia]
1. Nunca había visto El hormiguero, solo fragmentos destacados en las redes sociales. Esta semana, por profesionalidad, me puse enteras las entrevistas a Sánchez y a Feijóo. Sánchez salió bien y Feijóo salió mejor. Pero hice un descubrimiento: ellos, Sánchez y Feijóo, son los verdaderos Trancas y Barrancas. Que además así es como va el bipatidismo en este país, los dos grandes partidos avanzando malamente y desbarrancando hacia sus extremos...
2. El nombre de las famosas hormigas de Motos me recuerda el caso genial de la competición de títulos entre Mario Vargas Llosa y Alfredo Bryce Echenique, los dos grandes novelistas peruanos. El primero le puso a su recopilación de artículos Contra viento y marea. Y el segundo replicó poniéndole a la suya A trancas y barrancas. Yo, ni que decir tiene, estoy más con Bryce Echenique. No por voluntad (¡ya quisiera tener la de hierro de Vargas Llosa!), sino por destino. Carácter es destino y el mío es ir a trancas y barrancas, tropezando, zozobrando, naufragando... ¡Menudo espectaculito!
3. Algo hay que agradecerle a María Guardiola, la mujer que representa al PP ideal (para nosotros los socialdemócratas), pero que se ha resignado a encarnar al PP real: haber propiciado que El País por fin publique concienzudos artículos y editoriales sobre el incumplimiento a la palabra dada y la falta de coherencia, después de haber no solo consentido, sino festejado, todos los incumplimientos e incoherencias de Sánchez.
4. La torpeza de Guardiola, reprobada por columnistas y tertulianos que en lo esencial piensan igual que los partidos (la maquinaria mediática tiende a ser la misma que la política, con poco espacio para otras cosas), ha tenido el contrapunto de la cuestión moral, que ha aflorado tortuosamente. En lo político Guardiola se equivocaba, eso también yo lo veo: perjudicaba la estrategia del PP, una vez que este decidió no contar con apoyos que no fuesen de derechas. Pero manifestaba ese malestar de los pactos con un partido impresentable como Vox; pactos que ha legitimado Sánchez con los suyos peores, pero sin restarles impresentabilidad. Malestar que ha decidido tragarse para seguir en política y ser presidenta de Extremadura. El desenlace ha sido bochornoso, pero no ha estado ausente de vibración moral. La decisión tenía algo de tragedia griega, un poco a lo Antígona. La conciencia de Guardiola ha aflorado en su carne y en su rictus. El sapo que se comió le ha dejado huella. (Nada parecido ocurre con Sánchez: la conciencia es un animalito que no habita en él.)
5. Brillante artículo de Arias Maldonado en este periódico, en el que me clava: "el votante fino es un abstencionista que solo ocasionalmente encuentra razones para romper su mutismo electoral". Ciertamente ando desgarrado (¡también soy un Antígono!), porque estoy convencido de que hay que echar a Sánchez, pero me repugna la posibilidad de que sea a costa de un gobierno con Vox. Desde las elecciones del 28-M he sufrido constantes sacudidas. Me permito enumerárselas (¡rogándoles, a lo Apollinaire, que tengan piedad de mí...!).
Mi sismógrafo electoral
a) Alocución de Sánchez el miércoles poselectoral: voto PP.
b) Pacto del PP con Vox en Valencia: abstención.
c) Declaraciones en favor de Bildu del delegado del Gobierno en Madrid: ¡voto Vox!
d) Collboni alcalde de Barcelona gracias al PP: voto PP.
e) Lío en Extremadura: abstención.
f) Sánchez y Feijóo en El hormiguero: voto PP (¡y me enamoro de Alberto en el Orgullo Gay).
g) Cautiva y desarmada, Guardiola pacta con Vox: ¡abstención!
h) César Antonio Molina apoya al PP: ¡voto PSOE!
(Continuará...)
6. Los sanchistas de Feijóo son los animales inminentes del zoo político hispánico.
* * *
En The Objective.