30.4.23

Ya solo queda que encuentren una novela inédita de Saramago

[Montanoscopia] 

1. Le llamaban Patxi Nadie, pero ha logrado ser Alguien: a falta de conocimientos, preparación, mérito o capacidad, se ha volcado en la afirmación tosca de sí mismo, con ínfulas bravuconas. Me molestaba mucho cuando a Patxi López lo llamaban Patxi Nadie: percibía ahí la exudación del clasismo. Entonces se jugaba la vida y merecía respeto. Hoy Patxi Nadie casi es un elogio comparado con lo que el personaje ha llegado a ser. Algo peor que Nadie: un Alguien en permanente estado de protesta viril adleriana. No, por cierto, contra quienes entonces lo amenazaban, a los que ahora abraza.

2. En otro tiempo también me exaltaban versos como este de Paul Éluard que, según leo en la reseña de Jordi Amat a Melancolía, cita la autora de este, Elizabeth Duval: "Todo rostro tendrá derecho a las caricias". Añade Amat (el ensayo de Duval no lo he leído aún): "Solo los cínicos podrían reducir el alcance de ese proyecto cuyo horizonte es la felicidad que se comparte con el otro, con los que conviven en un espacio. Porque no hay caricia sin justicia social o redistribución económica". Sentimentales palabras bajo el auspicio de un bellaco como Éluard. Palabras que suscribo en el fondo, pero que a estas alturas no bastan: puesto que no son incompatibles con la bellaquería. Esto les resta entusiasmo y enturbia toda sentimentalidad. Éluard fue un alto poeta del surrealismo, pero luego se entregó a Stalin y sus crímenes. La excusa histórica se la arrebataron los que, contra él, se mantuvieron íntegros, como André Breton. Esta emoción sí que no cesa: la del ejemplo de dignidad de este. En su libro La llave de los campos se recoge la carta abierta que le escribió a Éluard en 1950. Evocaba los tiempos en que su viejo amigo y él conocieron al checo Závis Kalandra. Este, pese a que se mostró activo en la resistencia contra Hitler, es acusado ahora por el régimen soviético. Breton le pide a Éluard que interceda. Esta es la respuesta de Éluard, recogida en una nota: "Tengo demasiado que hacer con los inocentes que claman su inocencia como para ocuparme de los culpables que claman su culpabilidad". Kalandra fue ejecutado poco después. El rostro de los réprobos ideológicos no tienen derecho a caricia alguna. 

3. Los monárquicos prestados como yo, es decir, los republicanos accidentalistas, no defendemos la pomposa "institución monárquica", sino que vamos aceptando los reyes de uno en uno. Hay, digamos, una aceptación republicana de cada rey. Y si alguna vez falla la cadena genética y nos brinda un espécimen inadecuado, se acabó. La monarquía española moderna solo podrá subsistir si cumple con nosotros, los republicanos que la aceptamos bajo la condición de la ejemplaridad. Me parece incomprensible que el rey Juan Carlos no lo supiera. Aunque, como también se ha dicho, parece que los parámetros de ejemplaridad eran otros en su época. Ahora le salen negocios e hijas, más o menos conjeturales. No es conjetural, en cambio, el oscurantista destino que ha elegido para vivir. Su berrinche contra la reina Letizia (leo en el Lecturas que la llama "la mandona") tal vez prueba que, paradójicamente, es la sangre plebeya de ella la que va a garantizar la monarquía en España durante dos generaciones más, al menos: por el rey Felipe y por la princesa Leonor, futura reina rubia. 

4. Ha aparecido una novela inédita de Manuel Vázquez Montalbán. Un mazazo. No me había repuesto cuando anuncian que también se va a publicar una novela inédita de Gabriel García Márquez. Otro mazazo. Ya solo queda que encuentren una novela inédita de José Saramago. 

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