30.6.23
Estar en una mesa electoral el 23-J
29.6.23
Espada y Padilla: conjunciones y disyunciones
27.6.23
Las canciones brasileñas de 'Oficio pasajero'
He hecho una lista de reproducción con las 21 canciones brasileñas (si no he contado mal) cuyos títulos aparecen en Oficio pasajero, en su orden. Acaba (ítem 22) con el álbum entero del Noel Rosa "inédito e desconhecido", el último que se cita en el libro.
25.6.23
Los errores del PP, los 'apretaos' de Vox y las pelotas de Nivea
[Montanoscopia]
1. Esta precampaña electoral está siendo la comedia de los errores. Con una salvedad: es una comedia sin gracia. Sí puede que haya diversión, pero de un nivel ínfimo: como las risas cuando vemos a alguien resbalar con una piel de plátano. Cada candidato parece recuperarse cuando calla. El problema es que nunca calla. Ni él ni los suyos. Yo que, hoy por hoy, estoy en la abstención, no encuentro estímulo para salir de mi madriguera. Todo voto es inútil para mí. Peor que inútil: sin gracia.
2. El PP no lo puede estar haciendo peor: montó su circo electoral y le crecen los enanos voxistas. Tal vez Sánchez fuese un gran estratega después de todo y anticipase el despiporre. El eje horizontal Valencia-Extremadura saca de quicio al PP. La paradoja es que la extremeña Guardiola acierta pero se equivoca, mientras que el valenciano Mazón se equivoca pero acierta. Guardiola acierta de fondo (y de principios): el PP debería ser el partido que ella propone y cortar radicalmente con Vox. Pero hoy por hoy eso sería un fracaso electoral: el voto prestado que conseguiría, si consiguiera alguno, no compensaría las pérdidas. Hace tiempo que, en términos de poder, el antisanchismo era una cuestión exclusiva de la derecha. Era la derecha la que se tenía que apañar. Por una razón muy sencilla: porque existe Vox. La derecha son PP y Vox. Por esa misma razón, los antisanchistas de izquierda ya no pintábamos nada. Ahora está por ver que la derecha se apañe.
3. Me dice un amigo que votará al PP para echar a Sánchez y que los que voten a Vox lo harán también para echar a Sánchez. Esto, dice mi amigo, está clarísimo, por lo que deberían aliarse sin melindres el PP y Vox para el objetivo común: echar a Sánchez. Le digo que no lo veo así. La prioridad de Vox no es echar a Sánchez, sino fastidiar al PP e imponer su agenda apretá. Echar a Sánchez es secundario para Vox. Por eso Vox es el error. Los apretaos están en lo suyo. Sánchez brinda todas las noches por su existencia.
4. Electoralmente es ridícula la pantomima de la playa del PP, con Sémper descalzo (¡y mangalarguista orugado!) y la alusión a 'Verano azul'. Pero intelectualmente es enjundioso. De hecho, su único valor es intelectual. Y de un intelectualismo yo diría que de izquierda: de la izquierda pasada. El PP, con su playa de 'atrezzo', con el decorado a la vista, le ofrece a la ciudadanía un adulto ejemplo de distanciamiento brechtiano. Pero la izquierda, como la antigua derecha, se ha dedicado a señalar su 'falsedad'. No se es identitario impunemente.
5. Un acierto involuntario del PP es haber escogido el referente de 'Verano azul'. Lo ha hecho por la metáfora cromática, que en realidad emparenta al PP con Nivea (debería haber lanzado también pelotas promocionales), pero el significado es más hondo: una reivindicación de los tiempos de la UCD. La escritora Mercedes Cebrián lo vio maravillosamente en un libro genial y delicioso: 'Verano azul: unas vacaciones en el corazón de la Transición'. Editado en 2016, es un ensayo agudo y divertido sobre la serie, y también la crónica de una visita de la autora a Nerja en busca de los escenarios.
6. El presidente Sánchez empezó la semana sometido a la primera entrevista de verdad en cuatro años, la de Alsina. Y la ha continuado siendo él mismo entrevistador de sus ministros, en entrevistas de nuevo falsas como las que le habían venido haciendo. Pero sin distanciamiento brechtiano, sino con la jerga de la autenticidad autopromocional.
24.6.23
Alquimia del ventilador
23.6.23
La vedette Sánchez
21.6.23
18.6.23
Bildu salvavidas, el gafe Bolaños y el adiós a Pam
[Montanoscopia]
1. El delegado del Gobierno en Madrid, ese Francisco Martín, fue mezquino con Bildu cuando dijo que el partido heredero de ETA les salvó la vida a miles de españoles. ¿Solo a miles? No, señor delegado. Escatima usted. Bildu, la ETA de la que procede, les salvó la vida a todos los españoles. Absolutamente a todos. Menos a 853.
2. Una amiga me escribió partida de risa cuando se supo, tras sus elogios a Bildu, que el delegado Martín es un hombre de confianza del ministro Bolaños. Mi amiga sostiene, apoyándose en datos que me pasa a menudo, que Bolaños es gafe (¡toco madera!). Todo a su alrededor falla, fracasa. Le pasa como a aquel Yáñez (¡toco madera!) de los tiempos de Felipe González. La primera vez que me fijé en Bolaños fue en el traslado aquel, tan Dolce vita, de Franco. Él estaba allí con cara de "estoy protagonizando la historia". La mediocridad del personaje solo es comparable, de acuerdo con los datos de mi amiga, a la mala suerte que da. Ha sido sin duda el gusano en la manzana del sanchismo, que tiene agujereadísima. Esta vez andaba el PSOE tratando de poner el acento en la economía, para enderezar de una vez su campaña, cuando va Bolaños, es decir, el hombre de confianza de Bolaños, a poner a Bildu de nuevo en el mostrador... ¡Toquemos madera!
3. Lo de que "lo personal es político", que ha articulado tantos nefastos discursos de la izquierda reaccionaria, ha adquirido un significado muy específico en las carnicerías de Podemos y Sumar. Aunque en sus navajazos y descuartizamientos era más bien la inversión de la frase lo que primaba: "lo político es personal". Nada de ideas, solo nombres. No argumentaciones, sino vetos. Estar en la lista. Optar al escaño. La política como estricta salida profesional. Codazos darwinistas entre los fraternos. Cada abrazo de estos años era un tantear la espalda del compañero para ver dónde encajar la futura puñalada. Cada beso era un olisquear a la futura presa. Los excesos de sentimentalidad acaban en baños de sangre. En este caso, por fortuna, y gracias al "régimen del 78" que desprecian, solo simbólica.
4. Por quien de verdad lo siento es por Pam. Ya lo dije. Nadie se ha acordado de ella, nadie ha pedido que le levanten el veto. Ha sido la auténtica víctima propiciatoria de estos aquelarres. Ella y tal vez el pobre Echenique, cuya permanencia tampoco nadie ha querido. Se van ya por el sumidero de la historia, Pam con mi devoción. Fue ella la que dijo lo de la "diarrea legislativa". Llegó el momento de cerrar el culo.
5. La política pequeña, la de las Nuevas Generaciones del PP. El líder, Ignacio Dancausa (un Sánchez jovencito), habla de los acuerdos a los que están llegando con discotecas de Madrid para que les proporcionen chupitos y otros privilegios a los afiliados. Teniendo en cuenta que pertenecen al partido del poder en la capital, me imagino esas negociaciones como las de Lucky Luciano. Les harán ofertas que los resignados empresarios no podrán rechazar. Y si no fuese así, queda feo en cualquier caso. Pero nos tocará asistir a eso en el nuevo ciclo político: la eclosión de los nuevos ejecutantes del poder.
6. Esos alcaldes de Bildu. Tipos que, en sus buenos tiempos, no se oponían a que les descerrajaran un tiro en la nuca a sus paisanos mientras paseaban por su población.
7. El socialista Collboni, alcalde de Barcelona. O sea, que no lo será el puigdemontista Trias. El PP ha hecho lo que tenía que hacer. Y los comunes.
16.6.23
Pasión por el ventilador
[La Brújula (Zona de confort), 1:24:20]
Hola, querido Rafa Latorre. He escrito más de una vez sobre mi pasión por el ventilador y quiero traerla a la radio, que al fin y al cabo también está hecha de aire. Nuestro hombre del tiempo, Roberto Brasero, ha decretado el comienzo del verano, unos días antes de la fecha oficial, y en estos asuntos hay que hacerle más caso a Brasero que al almanaque. Sobre todo cuando nuestra sensación térmica se corresponde. Sí, ¡qué calor hace! Es el momento en el que yo enciendo el ventilador y ya no lo apagaré hasta octubre o noviembre. Decir que es mi mascota es poco: el ventilador es mi pareja, ¡mi amor de verano! ¡De todos los veranos! Vivo como el protagonista de aquella película de Berlanga, Tamaño natural, con su maniquí. Soy feliz cuando estamos juntitos. Y si tengo que salir por lo que sea, no veo el momento de volver a casa. Aquí no me separo ya de mi ventilador. Lo llevo conmigo cuando cambio de estancia, como el enfermo que arrastra su gotero por el hospital. Necesito su aire en mi piel, las caricias de su vientecito refrescante. Por la noche lo dejo puesto, naturalmente. ¡La noche es fundamental para los amantes! Y hasta lo meto en el cuarto de baño. Y lo dejo esperando para cuando salgo de la ducha. Es una verdadera historia de amor. De amor y sexo. Y de cariño. Sentir continuamente su aire me hace feliz. Si viajo, me lo llevo; pero no en la maleta, sino del brazo. Como todos los españoles, tengo terror de que me toque estar en una mesa electoral el 23 de julio. Pero si me toca, ya sé lo que haré: me llevaré el ventilador y lo tendré puesto todo el día, aunque se vuelen las papeletas.
15.6.23
Deshonestidad brutal
11.6.23
Palmeros, narcisistas y satisfyers
[Montanoscopia]
1. "Estoy harto de palmeros", dice el presidente Sánchez. Se le plantea así un peliagudo problema. ¿Estará harto de sí mismo? Porque el principalísimo palmero de Sánchez es Sánchez. Pero no corre el riesgo: el núcleo ciego del narcisista es su yo. Digamos que el yo es el azogue de su espejo: en el cual se refleja (se proyecta) su fantasía omnipotente.
2. Llevo toda la vida fascinado con los narcisistas. El padre de un amigo lo era en grado sumo. Era un hombre influyente y yo quería caerle bien. Así que la noche en que me lo presentó, le pregunté a mi amigo qué es lo que debía hacer. "Dorarle la píldora", me respondió sin dudarlo. "¿Pero hasta qué límite?", quise saber, para no pasarme. "¡No hay límite!", zanjó mi amigo. Durante la cena se demostró que, en efecto, no lo había.
3. Claro que el padre de mi amigo tenía cinco carreras, era un prohombre, mientras que Sánchez es un doctor al que le hacen las tesis y un autor al que le escriben los libros. (Es también un presidente que no sabe qué hacer como presidente, solo estar de presidente.) Su ego está comido, en el fondo del fondo, por la verdad: su mediocridad, su inanidad. Eso le hace ser un narcisista de piel fina, extremadamente susceptible a la crítica o el rechazo. Por eso demoniza a sus oponentes, los excluye de manera radical (el "no es no", llamar "facha" a todo el que se le opone: tales son sus mecanismos de defensa). El narcisista con cualidades ciertas, en cambio, suele tener la piel dura; o resbalosa: las críticas no le hacen mella, porque sencillamente le resbalan.
4. Lambán, Page y Barbón se revuelven contra Sánchez. Este va a descubrir ahora que su partido también estaba lleno de fachas. (En cuanto a los barones en cuestión: ya da igual. En el PSOE ya todo da igual.)
5. Dolores Delgado y Baltasar Garzón: los Bonnie & Clyde de la justicia española.
6. El Tribunal Constitucional permite los juramentos folclóricos de la Constitución en el Parlamento. No va a ser él el que contenga la degradación de la democracia formal; ni el que frene el creciente sectarismo antiuniversalista de nuestras instituciones: es decir, la apropiación de lo común por parte de las tribus, contra la ciudadanía. El Constitucional amenaza con ser las uñas (¡las garras!) que le seguirán naciendo al cadáver del sanchismo.
7. Sabedores de mi pasión por Pam, la secretaria de Estado de Igualdad, los amigos me comentan su situación: nadie la defiende en Podemos. El veto de Sumar a Irene Montero es contestado, aunque por el momento parece que se consuma. Pero el veto a Pam no. Lo aceptan, la tiran por el sumidero. Yo solo (y mis amigos, por mí) me acuerdo de Pam. Es (¿era?) la mejor. La más inteligente, pero de una inteligencia no práctica, sino artística: demasiado para la política española. Espontánea y efectista, ha dado espectáculo del bueno. Lo último ha sido decir que el satisfyer mata fascistas. ¡Claro que sí! ¡Se despeñan por el coño satisfecho de la mujer, los pichatristes! Sin Pam todo será más aburrido. Faltará su chisporroteo, no sonarán sus petardos: ¡Pam Pam! ¡Pam!
8. Cayó un texto de Innanity en selectividad. Técnicamente, perversión de menores. Pero a él no le darán cicuta, sino medallitas.
9. El PP de Feijóo va a hacer alcalde de Barcelona al independentista Xavier Trias, del partido (golpista) del prófugo Puigdemont. Pone muy difícil el voto útil antisanchista; al menos el de los antisanchistas de izquierdas, jacobinos. Me veo condenado a la abstención.
9.6.23
Militantes y simpatizantes furibundos
[La Brújula (Zona de confort), 1:25:00]
Buenas tardes, querido Rafa Latorre. Ignacio Varela nos recordó el otro día en Málaga cómo se define ahora el expresidente Felipe González respecto al PSOE: dice que es "militante, pero no simpatizante". Es una fórmula brillante, de carácter estoico, mediante la cual González se mantiene fiel al partido, al tiempo que señala su distancia emocional e insinúa una discrepancia política. Un caso opuesto, salvando las diferencias de talla histórica, y de todo tipo, es el de Amparo Rubiales. Esta es militante, simpatizante y lo que haga falta: siempre a machamartillo. Es tan simpatizante que se hace antipática. Una de mis aficiones es asomarme a su Twitter para ver hasta dónde llega en su sectarismo. Nunca defrauda. Pero esta semana ha alcanzado su culminación cuando ha llamado "judío nazi" a Elías Bendodo, coordinador general del PP. ¿Por qué "nazi"? En la cabeza turbulenta de Rubiales, por criticar al presidente Sánchez. Si criticas a Sánchez eres nazi, sin más. Y si eres judío, pues ya está: eres "judío nazi". Como se ve, la militancia extrema produce monstruos. Al final Rubiales, presionada por sus compañeros, ha tenido que dimitir como presidenta del PSOE de Sevilla, y es lo que el PSOE de Sevilla tiene ganado. Los militantes, y también los simpatizantes furibundos, han contribuido al aislamiento en que han vivido y siguen viviendo en Moncloa. En la tertulia de 'La Brújula' del lunes poselectoral, Carmen Morodo dijo que en Moncloa no lo habían visto venir. Y tú, Rafa, apostillaste: "El problema es que no lo ven pasar". Diego Garrocho, filósofo y jefe de opinión del 'Abc', ha escrito sobre la responsabilidad de la prensa afín al Gobierno, que no ha ejercido la crítica. Esa prensa se ha comportado todos estos años como militante y simpatizante y hasta mayordoma. Es una Amparo Rubiales colectiva.
8.6.23
Astrud Gilberto: la felicidad no muere
4.6.23
Pagafantas, mala conciencia y las esclavas sexuales del sanchismo
2.6.23
Sánchez: un Trump antitrumpista
[La Brújula (Zona de confort), 1:24:58]
Hola, querido Rafa Latorre. En España tenemos un problema politológico endiablado. Casi parece un koan, una de esas preguntas enigmáticas del zen sin aparente respuesta. Lo podríamos formular así: ¿Cómo se combate el trumpismo si aparece un Trump que dice ser antitrumpista, que es alto y guapo y se llama Sánchez? Nuestros politólogos han optado por no combatirlo, sino adherirse a él: son trumpistas antitrumpistas, como su pastor Sánchez. El electorado español, en cambio, sí parece haber encontrado una solución: no votarlo. El gran error de Sánchez ha sido pensar que le iba a resultar tan fácil convencer a los votantes como a los politólogos. En su ya tristemente célebre discurso del pasado miércoles al grupo parlamentario socialista, Sánchez habló de los Trumps de enfrente, cuando nuestro Trump es él. Y no solo nuestro Trump: él es también el que se disfraza de bisonte. Dijo unas cosas tan extremadas y tan irresponsables que me dieron miedo. Ningún presidente de la democracia se había colocado nunca ahí. Literalmente dijo: "Hablarán de pucherazo y de que hay que detenerme". Y evocó las "turbas enloquecidas asaltando el Capitolio". Es algo que, por supuesto, no va a pasar en España. Pero Sánchez, al en teoría prevenirlo, parecía estar alentándolo. Yo creo que tiene que ver con ese anhelo suyo de pasar a la historia del que han hablado algunas personas cercanas. Ya que no va a pasar a la historia como un gran presidente respetado por su pueblo, ahora fantasea con pasar a la historia como un presidente derrocado y detenido. Pero me temo que su salida del poder será tranquila y gris: tras unas tristes elecciones democráticas. La épica tal vez le aguarde cuando sea jefe de la OTAN. Ahí sí que puede pasar a la historia. Aunque, bueno, ya no quedaría historia.